El proyecto propone incorporar más de 7 millones de metros cuadrados de tierras, lo que permitiría construir unas 180.000 viviendas
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“El único límite es la imaginación”, decía el músico norteamericano Steve Lacy. Y tenía razón. Recientemente, el profesor de Rutgers, Jason Barr, propuso agregar 1760 acres (unos 7.122.467 m2) de tierra recuperada a la isla de Manhattan. Ésto permitiría proporcionar viviendas a unas 250.000 personas y colaborar en el combate contra el cambio climático. El proyecto llamado New Mannahatta prevé la extensión de la isla de Manhattan hasta el puerto de Nueva York más allá de la Estatua de la Libertad.
“New Mannahatta puede ayudar a resolver dos grandes crisis en Nueva York”, aseguró Barr, profesor de economía en la Universidad de Rutgers, en un artículo de opinión publicado recientemente en el New York Times. El docente argumenta que la extensión a Manhattan, que incorporaría Governors Island, ayudaría a generar resiliencia ante la amenaza del aumento del nivel del mar. Este nuevo sector serviría para proteger las áreas vulnerables y estaría diseñado con humedales y marismas alrededor de su perímetro para absorber las marejadas ciclónicas. “En primer lugar, está el problema cada vez más inminente de las marejadas ciclónicas y las inundaciones debido al cambio climático. En segundo orden, Nueva York necesita más casas para la gente. Existe un problema importante de asequibilidad de viviendas en la ciudad y cualquier aumento en la oferta puede ayudar a aliviar el problema”, explica Barr.
Los 1760 acres de nuevas tierras (delimitadas por los ríos Hudson y East) proporcionarían unas 180.000 viviendas nuevas que podrían albergar a más de 247.000 personas. “Actualmente, se necesita una acción drástica porque el statu quo de los pequeños pasos no ha demostrado ser adecuado para resolver los crecientes problemas que enfrenta la ciudad”, explicó. Y agregó: “La supertormenta Sandy en 2012 y el huracán Ida en 2021 demostraron lo devastadoras que pueden ser las marejadas y las inundaciones y, sin embargo, se han tomado pocas medidas en torno a ello”.
La propuesta se basa en precedentes históricos anteriores, dado que la isla de Manhattan se ha ampliado en numerosas ocasiones desde que los europeos la colonizaron en el siglo XVII. “La creación de nuevos terrenos a través del relleno es una tradición centenaria. El Bajo Manhattan, al sur del Ayuntamiento, se ha ampliado en casi un 50 por ciento. Los holandeses, luego los ingleses y luego los estadounidenses crearon esta tierra porque ayudó a que la economía de Nueva York creciera y prosperara. Es momento de continuar con esta sana tradición”.
El docente de economía en la Universidad de Rutgers afirma que existe una lógica económica que avala el proyecto. Según sus cálculos la propuesta podría ser financieramente factible debido al alto costo de los bienes raíces en Nueva York. “La diferencia entre los costos de construcción de edificios y los valores de venta de viviendas podría usarse para financiar la creación del terreno artificial y la infraestructura asociada”, dijo Barr.
Los inmuebles ubicados en el Bajo Manhattan son algunos de los que tienen las mejores cotizaciones inmobiliarias no sólo Estados Unidos sino también en el mundo. Es por este motivo que el catedrático se pregunta: Entonces, ¿por qué no producir más?
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