La Anses anunció que en breve empezará a fondear un volumen importante de créditos hipotecarios a tasa subsidiada. El plan se destina a propietarios de lotes que quieran financiar la construcción de su casa propia. Los interesados ingresan sus datos por Internet y, entre quienes cumplen con todos los requisitos, se hacen sorteos en Lotería Nacional. Para quienes no cuenten con terrenos, el Estado se los proveerá urbanizando grandes predios fiscales. La cantidad de gente que cargó sus datos en la Web fue gigantesca, pero los que fueron al primer sorteo apenas superaron los veinte mil (un porcentaje ínfimo de los solicitantes). Los ganadores, a su vez, fueron la mitad, y ahora deberán iniciar su carpeta de crédito en el BHN. Una proporción no menor quedará en el camino debido a las dificultades que ese trámite bancario formal siempre supone. Además, quienes lleguen a la meta luego deberán realizar su obra cumpliendo con las regulaciones bancarias en materia de aprobaciones municipales, técnicas constructivas, seguros, etc, lo cual es muy inusual para quienes resuelven su necesidad habitacional mediante autoconstrucción. El debate instalado en la sociedad sobre el uso de los fondos previsionales para esta operatoria carece de entidad por cuanto difícilmente se logre un gran volumen, salvo que la urbanización de tierras fiscales cambie mucho la dinámica. Lo mismo puede asegurarse respecto de la potencial reactivación de la construcción, que sólo se logrará a nivel sectorial cuando se pongan en marcha proyectos de escala. Es muy loable que se instale en la primera plana el tema de la vivienda. Pero creo que el plan del gobierno podría tener mayor impacto si le asignara un rol al desarrollista, hoy ausente. En Brasil, donde la vivienda de clase media y media baja tuvo gran expansión en los últimos años, el modelo que utilizan es similar al que se comenzó a aplicar acá desde la perspectiva del fondeo. Pero allí, los emprendedores son quienes promueven, construyen e invierten, y de esa forma motorizan en gran escala la actividad. Por lo que se sabe hasta hoy, en nuestro medio el desarrollo de las tierras fiscales estará en manos públicas, aunque el gobierno anunció que esto podría cambiar. Un aspecto destacable del plan Procrear es la mecánica de adjudicación de los préstamos y la posibilidad que el Estado llegue con el financiamiento al beneficiario, para que destine esos fondos para solucionar su problema habitacional. Sería ideal que el proveedor de la vivienda fuera un desarrollista y no la auto-construcción.
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