Marcello Rodriguez Pons es el arquitecto argentino premiado en Nueva York: recibió el World Architecture Community Award en la categoría “Designed Award Winning Architecture Projects” por el emprendimiento Parque Caballito que diseño en ese barrio. El galardón que se entrega desde 2006 reconoce emprendimientos con potencial de inspirar preguntas y cuestionamientos sobre la arquitectura contemporánea. “Realmente no lo esperábamos”, asegura Raúl Seivane de FS, la desarrolladora del emprendimiento.
Uso de energía solar para la iluminación de zonas comunes y para el precalentamiento del agua, recolección de agua de lluvia para riego y hasta el uso de materiales específicamente pensados para garantizar aislamiento térmico y sonoro. Estas características, dignas de un nuevo edificio corporativo o de oficinas LEED, están en un proyecto residencial ubicado en la cercanía de Parque Chacabuco y al corredor más cotizado de la zona, Pedro Goyena. Se trata de un proyecto de 2500 metros cuadrados cubiertos sobre un lote de 500 que contará con 35 departamentos de entre 35 y 40 m2, estacionamientos para autos, motos y bicicletas, así como SUM, laundry y terrazas verdes. Más que del valor por metro cuadrado, Seivane prefiere hablar del precio final de las unidades que oscilan entre los US$65.000 y los US$90.000. "Este proyecto está inspirado en la arquitectura náutica, en la que cada centímetro cuadrado está finamente pensado", describe.
Seivane aclara que, el hecho de que un proyecto sea pensado y diseñado desde la sustentabilidad, no quiere decir que vaya a ser "más caro. Diseñar con sustentabilidad es como hacer un buen diseño arquitectónico. Lo que importa es ponerle mucha cabeza, investigar", explica.
El desarrollador destaca que el nuevo código de la Ciudad de Buenos Aires posee, desde su concepción, muchas pautas relacionadas con lo ambiental y a la sustentabilidad, como el contar con un 25% de espacios verdes o gestionar de manera responsable el manejo del agua. "Realmente no tenemos un mayor costo, puede haber un leve porcentaje de diferencia, pero no es mucha", explica y asegura que "se compensa con las ventajas de mayor valor del producto final" como la aislación en muros, en los techos, o la posibilidad de tener paneles solares y que eso, compense en el costo final que se hace en electricidad.
A esto, el desarrollador suma una característica que, a partir del Covid-19, se valora mucho más: los espacios verdes. “A este proyecto lo pensamos antes y ahora vemos lo importante que son los valores agregados, de espacio”, afirma el desarrollador que junto a su socio, Walter Félix comenzó con este proyecto en 2018, con una alta incertidumbre por delante, pero veíamos que iban a bajar los costos de construcción. “Por eso, nunca más cierto el dicho, en toda crisis hay una oportunidad. Es una época interesante para analizar proyectos”, concluye.
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