Los edificios eléctricos se imponen. Tienen fans y haters. Más allá de su fama, la realidad muestra que la energía eléctrica es hoy el sistema de preferencia de los desarrolladores para construir inmuebles. Si bien el gas está arraigado a la cultura argentina, hoy hay una transformación clara en las maneras de concebir una obra. En los últimos años, el gas evolucionó como matriz energética hacia la industria, mientras que la electricidad se orientó al sector residencial convirtiéndose en una tendencia que se mantendrá para los próximos años.
Actualmente, la mayoría de los edificios construidos en los últimos cinco años son de estilo mixto, es decir, que utilizan el gas para abastecer de agua caliente a las unidades, mientras que horno, anafe y calefacción funcionan de manera eléctrica. Si bien no hay datos precisos de la cantidad de inmuebles que funcionan bajo este sistema, los desarrolladores sostienen que en el último tiempo más del 70 por ciento de las obras construidas en la ciudad de Buenos Aires son eléctricas y mixtas. Ahora bien, cuáles son las fortalezas y debilidades de los emprendimientos eléctricos. La primera que marcan los especialistas es la facilidad de construcción, además de tiempos más cortos para finalizar la obra y ahorro económico. Las contras se basan sobretodo, en la posibilidad de quedarse sin servicio por cortes de luz. La clave para que este no sea un problema es que el emprendimiento se diseñe con grupo electrógeno, aunque son minoría por el alto costo que implica. "Esta es una tendencia que se viene dando en forma creciente desde hace unos ocho o nueve años atrás. En nuestro caso comenzamos a explorar la posibilidad de calefaccionar las unidades de nuestros proyectos debido a lo complejo que significaba por aquella época lograr factibilidad de conexión de gas. Las distintas etapas de aprobación durante la obra resultan muy complejas y burocráticas", explicó Flavio Galli, CEO de la empresa constructora Grupo Tueroc. De igual manera opinó Leonardo Rodriguez Nader, CEO de CMNV Comunidad de Inversión: "En una obra de vivienda en altura, el proceso de inspección y aprobaciones de electricidad es bastante más simple que el del gas. Dependiendo de la empresa proveedora del suministro eléctrico, en general, es una inspección en el final de obra para la conexión, mientras que en el caso del gas, se hacen inspecciones parciales que suelen tener entre os y tres etapas en el transcurso de una obra de características usuales y una inspección final para la conexión del servicio", relató. Al mismo tiempo que agregó que "el desarrollo y construcción de edificios que utilizan una sola solución energética es, básicamente, por una cuestión de costos en el desarrollo. Ejecutar una obra de gas hoy tiene un costo para el desarrollador que el mercado no está dispuesto a pagar. Es decir, que si hay dos edificios iguales en la misma cuadra y uno tiene gas pero el otro no, muy pocos clientes están dispuestos a pagar el costo extra de esa instalación".
Pero no solo por cuestiones económicas y de simpleza en la construcción es que gana auge la electricidad. Hay también una arista relacionada al diseño y la seguridad dado que las instalaciones eléctricas tienen menos limitaciones y requerimientos en comparación a un edificio con gas. "El tablero de los artefactos eléctricos no tiene condicionantes ni limitaciones de seguridad como los de gas respecto a su ubicación física dentro de las unidades. También desde el lado del usuario, hay un importante beneficio y es que se sienten más seguros con el uso de dispositivos o calefacción eléctrica. Otro factor importante, es que facilitan la instalación para la generación de edificios inteligentes", sostuvo Galli.
Ahora bien, muchos creen que el horno eléctrico no cocina igual que uno a gas o que la calefacción tampoco genera calor como otros sistemas. Pero la realidad es que es sólo cuestión de costumbre. Sí hay una diferencia en cuanto a la calefacción a través del aire acondicionado ya que el calor que brinda este tipo de artefacto no es un calor contante sino que se esfuma más rápido. "Nosotros utilizamos como sistema principal el piso eléctrico, dado que los sistemas de calefacción a través de aire acondiciona frio-calor, a pesar que estén instalados con carpinterías con doble vidriado hermético producen condensación sobre los muros fríos del interior de las unidades", detalló Galli.
Otro análisis merece qué sucede a la hora de vender una propiedad de este tipo. "El cliente no ve a los sistemas eléctricos como algo negativo. Un poco por tendencia y otro porque los edificios eléctricos son los más nuevos. Al momento de vender el departamento tampoco perjudica. De hecho, actualmente, mucha gente que hace refacciones está instalando hornalla a gas y horno eléctrico", explicó Francisco Altgelt de la inmobiliaria homónima.
En líneas generales, la mayoría de los departamentos que cuentan con este sistema son unidades de uno, dos y tres ambientes, todos con pocos años de construcción. Incluso, gran parte de los proyectos que están hoy en pozo, apuntan a un sistema eléctrico o mixto para su funcionamiento. Esto no quita, que ya haya estudios proyectando departamentos más grandes que funcionen también de manera eléctrica.
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