Las terrazas se posicionan en almuerzos, cenas y afters; una recorrida por las mejores de la ciudad
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El cielo gana adeptos y las terrazas porteñas, con sus vistas y posibilidades, son las superficies elegidas tanto por los grandes del retail como por los desarrolladores más innovadores, quienes, en lugar de un local clásico en planta baja, piensan en un rooftop a la hora de diseñar un espacio gastronómico para un nuevo edificio.
Entre los ejemplos y en tiempo presente, en Alcorta Shopping se puso en marcha Arriba, un rooftop de 700 m², de los cuales 300 son descubiertos. Es un restaurante de alta gastronomía y bar con espacio para 240 personas sentadas.
Otro caso es el de Maldini en el Dot, autodefinido como un bar de playa en la ciudad y el local que más factura en el centro comercial. A la gente le gusta el aire libre.
Además de aire sin viciar y vistas de la ciudad, el rooftop también puede ofrecer ambiente. ¿Cómo? Sin paredes ni cuadros, son los cielos y la zona los que consiguen el efecto deseado, de ahí que la elección de la locación para instalar la iniciativa no sea un detalle menor. Así, la historia del edificio donde esté instalado el rooftop en cuestión y su zona, juntas, pueden crear una escenografía particular. Es el caso de The Dome, en Congreso, en la que posiblemente es una de las cuadras más europeas de Buenos Aires.
“El edificio donde hoy está el hotel Tango es de 1913 y era la fábrica de máquinas de coser Singer y tiene, a su vez, un gemelo en París”, introduce Martín Ratto, su gerente general, resaltando el estilo Art Nouveau de la construcción que tiene de laderos al Palacio Barolo y al edificio de La Inmobiliaria.
“En 1880 cuando se decidió la ampliación de la Avenida de Mayo lo que buscaron fue unir el Congreso con la Casa Rosada, con una variedad de construcciones emblemáticas como las mencionadas u otras como el edificio La Prensa, el palacio de los Ortiz Basualdo, el hotel Chile y el pasaje Urquiza Anchorena, entre otros”, complementa.
“La terraza estaba en muy mal estado, al igual que el edificio. Lo que se hizo fue ponerla en valor”, puntualiza en relación con el rooftop. “Se llama The Dome (La Cúpula), ya que se observan las mejores de Buenos Aires. Es un ambiente muy agradable donde se hacen after, eventos y ahora estamos por lanzar un almuerzo de seis pasos. Se hizo un paseo de las cúpulas con fotos y descripciones de lo que se visualiza”, prosigue Ratto.
De acuerdo con el ejecutivo, el foco de las obras estuvo puesto en el hotel y en cómo hacerlo más lindo. Con esta meta, la terraza surgió como un espacio para los huéspedes. “Luego, cuando vimos como quedó, pusimos una barra y la abrimos al público”, completa Ratto.”Todo es muy valorado por los huéspedes y por los locales”.
En The Dome entran 200 personas. Está en un noveno piso, rodeado de cúpulas de más de 100 años y estatuas. “El lugar es único; es trasladarse a otro espacio, en plena Avenida de Mayo tiene una impronta muy europea y eso la hace distinto a todo. Sumado a buena comida con tragos de autor, hace que esté siempre lleno”, cierran en The Dome. “Por cierto, hay unos churros de papa con fondue que son únicos”, rematan, con un dato poco inmobiliario pero muy foodie.
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