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También a las estrellas del cine les llegan las ganas de terminar el año en paz y tranquilidad. Quizás, sobre todo a ellos. Lejos del caos de diciembre que suele apoderarse de las ciudades, muchos migran hacia sus espectaculares propiedades en la playa o en el campo. Priorizando la desconexión urbana y la reconexión natural, estas celebridades han invertido millones en casas o fincas que sirven de escape. Sea en la playa, la selva, el campo o el bosque, acá te mostramos algunas propiedades bien privadas con dueños famosos que eligen pasar este particular fin de año con tranquilidad.
Robert Downey Jr en East Hampton
El popular actor norteamericano, protagonista de éxitos como Iron Man o Sherlock Holmes, elige la tranquilidad de la exclusivísima localidad de East Hampton. En este balneario tradicional y ultra chic a dos horas de Manhattan, Robert Downey Jr. se instala todos los años en su histórico Edward DeRose Windmill Cottage. Construida en 1885, la propiedad tiene hasta un molino de viento en el que actualmente hay una oficina y una biblioteca. La casa tiene un estudio, siete habitaciones, seis baños completos y cinco aseos. Además cuenta con un garaje para tres autos, pileta, cancha de tenis, y enormes jardines que rodean la propiedad.
La decoración estuvo a cargo del diseñador Joe Nahem y combina una sofisticada y a la vez ecléctica mezcla de arte pop y libros por todos lados.
Lenny Kravitz en Río de Janeiro
El excéntrico y talentoso Lenny Kravitz, uno de los guitarristas más consagrados del planeta, tiene una gigantesca finca cerca de Rio de Janeiro, en Brasil. La propiedad es una antigua plantación de café del siglo XVIII, y está decorada con el refinado gusto de Kravitz, quien también es diseñador. Con una superficie de 4,5 kilómetros cuadrados, además de la vivienda principal hay un pueblo con diferentes edificaciones de estilo colonial portugués del siglo XIX, en el que sus numerosos invitados se instalan cuando llegan al paraíso de Kravitz en Sudamérica. El artista conoció la finca un día antes de volver a los Estados Unidos después de una gira. Impactado, se terminó instalando durante seis meses. Dos años después, la compró.
Además de las instalaciones para huéspedes, cuenta con un gimnasio, un quincho sobre la pileta y un moderno estudio de grabación. Con el objetivo de preservar la identidad del lugar, el músico decidió mantener la granja de la finca en funcionamiento.
Taylor Swift en Rhode Island
Con apenas 20 años, la estrella del pop y del country, Taylor Swift, compró una propiedad de 1000 m² cerca del estudio de grabación en el que comenzó su carrera, en la ciudad de Nashville. Fue la primera en una larga lista de mansiones, departamentos y casas con historia que la artista tiene repartidas por Estados Unidos. Para las épocas de fiesta y disfrute, Taylor Swift tiene una casa en el estado de Rhode Island, conocida como High Watch. Ubicada frente al mar, esta propiedad de 3000 m² tiene ocho habitaciones, diez baños, un enorme jardín y una pileta en la que suele organizar todos los años una fiesta por el 4 de julio, fecha patria y festiva para los norteamericanos. La casa, que pertenecía a una heredera de la Standard Oil Company, fue comprada por US$17,75 millones.
Cindy Crawford en Ontario
La ex supermodelo, actriz y empresaria Cindy Crawford vive con su marido y sus dos hijos en California. Sin embargo, más de una vez manifestó que su verdadero hogar está en Ontario, Canadá. Allí, el lugar de retiro elegido es una cabaña en una diminuta isla privada del lago Muskoka, en la que todos los años se instala un mes junto a su familia. A horas de cualquier ciudad grande, es en este remoto lago que la pareja Crawford-Rande Gerber encuentra soledad. Interiores de madera, piezas de decoración creadas por las tribus locales y mucha cocina con ingredientes autóctonos parecen ser el escape perfecto para ellos.
Chris Hemsworth en Australia
El galán australiano, protagonista de Avengers, Thor y Rush, vive con su mujer, la también actriz y española Elsa Pataky, y sus tres hijos en una mansión que estrenaron a finales de 2019 en Byron Bay, Australia. Un paradisíaco enclave junto al mar, rodeado de palmeras y vegetación, la inmensa casa se sitúa en un terreno de más de cuatro hectáreas, tiene cinco dormitorios, un vestidor de más de 25 m²s, zonas comunes, gimnasio con sauna, sala de masajes, pileta con borde infinito, vista al mar y garaje para siete autos. Está construida enteramente con terminaciones blancas y de cristal, y costó unos US$20 millones.
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