La ciudad tiene uno de los metros cuadrados más caros del mundo; esde la arquitectura y el mercado de real estate, las razones por las que sigue siendo la elegida por los millonarios y el jet set
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Si su banda de sonido involucra necesariamente a Frank Sinatra o Liza Minelli, cualquiera de sus postales más típicas tiene que tener, sí o sí, alguno de sus más emblemáticos edificios. Así, New York o Nueva York, que de ella se trata, es, además de una ciudad fascinante y el escenario de mil películas, la capital del real estate mundial, la urbe donde el m² -el pie cuadrado, mejor dicho- es uno de los más caros del mundo.
Algunos datos urbanos de la ciudad, que ayudan a responder los cómo y los por qué. Con sus nueve millones de habitantes, cerca de la mitad de la población estatal, no solo es la mayor ciudad de Estados Unidos sino, también, su centro financiero y comercial. Además, es uno de sus principales centros portuarios y ferroviarios. Y sede de las Naciones Unidas (ONU).
Hiperconectada, cuenta con la red de transportes más compleja y extensa del país, con una importantísima flota de taxis, un tráfico de 120.000 ciclistas al día, una extensa red de subte y autobús, enormes aeropuertos, fotográficos puentes, un servicio de ferry e incluso un teleférico. Alrededor de uno de cada tres usuarios de transporte público de Estados Unidos viven en Nueva York y sus suburbios.
A cualquiera que se haya sentado alguna vez frente a una pantalla a consumir un producto audiovisual, los nombres de los cinco distritos de la ciudad le resultarán totalmente familiares: Bronx, Brooklyn, Queens, Staten Island y por supuesto –la Argentina alberga a una de las comunidades más fanáticas de Woody Allen del mundo—, la singular Manhattan.
Es justo allí, en la isla, donde se encuentra gran parte de su riqueza arquitectónica tan retratada al momento de viajar. Cuna de rascacielos –tiene casi 900, una de las mayores concentraciones en el mundo-, es exactamente en Manhattan donde, por caso, conviven el estilo neogótico y el art decó. El edificio Woolworth y la torre Chrysler, ambos del siglo pasado, representan al uno y al otro.
La presente centuria agrega tendencias y, seguramente, suma a las que serán las joyas arquitectónicas del día de mañana, a algunas de las cuales, ya se las valora hoy. Un ejemplo simbólico es el One World Trade Center, de 94 pisos y con su peculiar diseño triangular, denominado en principio Freedom Tower, que se inauguró el 3 de noviembre de 2014 y que ofrece el punto más alto de la ciudad.
En este sentido, New Architecture New York, un libro de 2017, da cuenta de una colección de construcciones bien actual en la que aparecen desde el edificio Via 57 West de Bjarke Ingels Group hasta el Barclays Center de SHoP Architects, algunas de las iniciativas más emblemáticas que el siglo XXI ha traído consigo y que hoy ya son parte de la ciudad.
Mercado y location
Aun cuando sigue albergando la vanguardia de siempre, Nueva York, como otras, sufrió a finales de la primera década del siglo XXI caídas en los precios inmobiliarios, principalmente resultaron golpeados Queens y Brooklyn. Sin embargo, el sector empezó a recuperarse en 2013, aunque después debió atravesar la pandemia. Según distintas fuentes, el valor promedio de una vivienda en la ciudad de Nueva York es de US$629.516.
Los valores varían según el distrito. En particular, el Upper East Side fue durante mucho tiempo sinónimo de la élite adinerada de la ciudad, inclusive un siglo antes de que nuevas torres como 15, Central Park West y One57 se convirtieran en direcciones de moda. La referencia es el pie para hablar de las inversiones en ladrillos, que acompañan.
Por ejemplo, el grupo brasileño JHSF invirtió más de US$150 millones para 815 Fifth Avenue, desde que adquirió la propiedad hace casi una década. El caso pone de relieve la importancia de la location, un factor relevante hasta en Nueva York: después de cuatro años de trabajo, Fasano Fifth Avenue se hizo realidad a fines de 2020 en una parte de la Quinta Avenida que no había visto una nueva construcción residencial en casi 100 años.
La propiedad comprada en 2012 era una casa adosada del siglo XVIII, de cinco pisos de altura, e intercalada entre dos edificios de 17 pisos. Se presenta como una de las direcciones más codiciadas de Manhattan. Lo cierto es que está en “La calle de los billonarios” y con vecinos como Ricky Martin y los Obama.
Después del proceso de aprobación y revisiones históricas, JHSF comenzó la construcción de un edificio residencial completamente nuevo de 17 pisos bajo la visión del aclamado y recientemente fallecido Thierry W. Despont, quien tuvo una amplia cartera de clientes millonarios -era el arquitecto preferido de Bill Gates- y responsable de la modernización de la estatua de la Libertad.
“Fue un proyecto único. Y pensé cada departamento como si fuera yo quien iba a hospedarse allí. ¡Me encantaría ser dueño de alguno de esos dúplex!”, declaró el arquitecto, ante Architectural Digest acerca de la propiedad (que fue conceptualizada por Gero Fasano) y, particularmente, de los departamentos para compra y alquiler que conviven con hotelería en la iniciativa.
Segmento alto y ultraalto
Así y por lo expuesto, en la Quinta Avenida, las propuestas suelen apuntar a lo más alto. Asociado con JHSF, empresa reconocida en Brasil como un grupo de lujo, que incluye bienes raíces residenciales, minoristas, comerciales, hotelería y gastronomía, y aviación privada, en el caso citado, Fasano optó por un Private Members Club & Hotel con apartamentos de aproximadamente 334 m² cada uno.
Con exactitud, son siete suites tipo estudio y cuatro residencias dúplex de 3600 pies cuadrados solo disponibles para miembros en viajes de larga distancia. El edificio también cuenta con clubhouse y un bar comedor íntimo y privado. Además, ofrece lo exclusivo y más deseado: vistas panorámicas del Central Park y el horizonte de Manhattan.
By the way, Fasano Fifth Avenue hoy tiene el alquiler más caro de Manhattan: su penthouse cuesta US$140.000 por mes. Aun cuando las paredes de la residencia están envueltas en textiles de Loro Piana y la casa está adornada con muebles personalizados, lo cierto es que tiene tres ventanas del piso al techo de estilo francés, cubiertas con gruesas cortinas, que enmarcan perfectamente las vistas del parque.
Si son los valores los que determinan los segmentos, quienes conocen bien el mercado de la ciudad indican que hay un nicho ultralujo, además del de lujo. Según Manhattan Miami Real Estate, firma que se autodefine como especialista en propiedades residenciales de primera clase en las mencionadas ciudades de EE.UU., la categoría de ultralujo implica pagar desde US$5000 por pie cuadrado en adelante.
Según consignan, superlujo abarca un rango de precios que oscila entre los US$3000 y US$5000 por pie cuadrado. La casa más cara de Nueva York puede cotizarse a US$13.000 por pie cuadrado o más. En consecuencia, el precio medio de una propiedad de lujo es de US$ 7,7 millones o US$2900 por pie cuadrado.
¿Qué distingue las casas más caras? De acuerdo con los brokers especializados en Nueva York y en el segmento de lujo, se trata de departamentos que tienen pisos completos, espacio exterior privado, como su propia terraza, ventanas de piso a techo, espacios vitales de gran tamaño.
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