Nouria y Nordine Ramdani se mudaron en junio pasado a su nuevo hogar de 95 metros cuadrados en la ciudad de Nantes, Francia. Hasta ahí todo normal. Sin embargo, la noticia corrió por el mundo entero, al convertirse en la primera familia en vivir en una casa impresa en 3D.
Una grúa robot de cuatro metros, dirigida por un software, se encargó de levantar las paredes desde la base. Fue delimitando el contorno como si escribiera sobre el suelo. En el trayecto disparaba dos capas de aislante de poliuretano, con un espacio entre ellas que se rellenaba con cemento. En cada vuelta hacía una hilera, hasta que llegó a la altura prevista, donde luego se colocó el techo en la forma tradicional. Por ahora es solo un prototipo, pero según la Universidad de Nantes, quien llevó a cabo el experimento con el método llamado Batiprint3D, podría ser el principio de un gran cambio en la industria de la construcción.
Benoit Furet, líder del proyecto en la Universidad de Nantes, contó a la nacion que desde que fue habitada, la casa tiene monitoreada su temperatura, dióxido de carbono, y humedad en cada habitación. "Este tipo de construcción es un proceso complementario a los ya existentes. Todo el trabajo actual que se está haciendo en el mundo, en China, en Dinamarca, en Rusia, en los Estados Unidos .imprime con un mortero (cemento, arena, agua). Somos los primeros en haber construido una casa de concreto (cemento, agregados, arena, agua) que es el único método actualmente certificado para cumplir con la resistencia a la intemperie", explica Furet, quien ya empezó a levantar una casa de las mismas características en París.
Según cuenta, desde el dibujo en la computadora hasta la fabricación hecha por el robot, todo se trató de una cadena digital. Esta tecnología redujo el costo de construcción en 25 por ciento, pero se espera que esa cifra suba al 40 por ciento en los próximos 10 años, ya que la tecnología se irá haciendo más barata y refinada.
Entre sus próximos pasos está haciendo estudios para un resort de 80 casas en Mauritius, un edificio abierto al público de 350 metros cuadrados, y un barrio en las afueras de una gran ciudad, con casas de diferentes formas.
Mientras las firmas de ingeniería corren por presentar modelos, en este camino ya hay varios jugadores ocupando los primeros lugares. Los experimentos están saliendo a la luz.
Este año la compañía Icon, de Estados Unidos, también presentó su prototipo de casa impresa en 3D. El modelo tiene 60 metros cuadrados. Se levantó en 24 horas y costó menos de US$ 10.000. Por ahora, será la oficina de Icon en Texas, mientras se pone a prueba su durabilidad.
Si todo se cumple según el plan previsto, la firma construirá una comunidad de 100 casas para personas sin hogar en El Salvador. Estructuras similares se están construyendo en Rusia, Dubai, y Amsterdam. Apis Cor construyó al Sur de Moscú la primera casa en 2017 como prototipo de 38 metros cuadrados, con un modelo circular. Se proclama como la primer casa impresa en 3D enteramente in situ, y con una grúa fácilmente transportable. "En los siete continentes vive gente que quiere mejorar sus condiciones de vida. Pero hasta ahora esto costaba mucho. Hoy con el 3D y nuevos materiales de construcción podemos construir de forma rápida y eficiente", anuncia su página web. Y anticipa que desembarcarán en Europa, Asia, África, Norteamérica, Sudamérica y Australia.
En 2016 Dubai tuvo su primera oficina impresa en 3D, justamente para albergar a la Dubai Future Foundation, ente que traza la agenda futura y trabaja para convertir al país en un incubador de innovaciones en el mundo.
La iniciativa es parte de la Estrategia Dubai 3–D, lanzada en abril de 2016, orientada a desarrollar este método para mejorar la vida de las personas. Los Emiratos Árabes asumieron el compromiso de usar la impresión 3D en el 25 por ciento de la construcción de los edificios para 2030. En este caso, la impresión que tardó 17 días, se hizo en Shanghai y se envió a Dubai. El montaje se hizo en el lugar definitivo en 48 horas. El resto del trabajo como interiores y paisajismo tardó tres meses más. El costo laboral fue del 50 por ciento del que se asume en un método tradicional y se redujo un 30 por ciento los deshechos. Entre otras ventajas además de costos y tiempos, la impresión 3D permite a los arquitectos ser mucho más creativos a la hora de imaginar las formas de las casas que diseñan. Una vez que la impresión está terminada, una compañía ingresa a colocar el techo, ventanas, puertas, la electricidad y plomería.
¿Y si me compro una impresora?
Si está pensando en imprimir su casa, necesitará una impresora. Tal vez pueda contactar a BetAbram, un negocio de Eslovenia que quiere vender las impresoras no solo a negocios sino particulares que quieran incursionar en el rubro. "Somos pioneros en construcción con impresoras 3D. Creemos que venderemos 500 unidades en los próximos 5 años, ya que tenemos las máquinas más accesibles del mundo", dice René Ribic, Vicepresidente de BetAbram. Su meta es hacer estos robots al alcance de todos. "Sabemos que las compañías pueden pagar nuestras impresoras más fácilmente que los particulares, pero esta es la oportunidad para meterse en el negocio, Este será el estándar de construcción en el futuro", asegura. Por 277.000 euros la compañía vende los robots, todo el hardware y software necesario con soporte técnico por un año y videos tutoriales. El costo de construcción dependerá de los materiales que se usen. Para una casa de 10x8 metros, si se construye con el concreto normal, el costo es de entre 3000 y 5000 euros (dependiendo el grosor de la pared y cuántas subdivisiones se hagan).
Hace poco parecía ciencia ficción, pero la impresión 3D de casas ya se puede palpar. Incluso hay quienes se animan a soñar más alto: Cazza Construction, compañía de Silicon Valley, tiene planes de imprimir el primer rascacielos en Dubai: usará impresoras robots con la ayuda de grúas que permiten imprimir a 80 metros de altura.
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