La profesional alteró los contornos de la arquitectura y el diseño moderno, su legado
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Desde la muerte de Zaha Hadid, hace cinco años, se ha escrito mucho sobre el glorioso e imponente legado que dejó la legendaria arquitecta británica-iraquí. Sin embargo, pensar en lo que empezó es más instructivo.
Nacida en Bagdad, Irak, en 1950, Hadid, también conocida como la Reina de la Curva, alteró fundamentalmente los contornos de la arquitectura y el diseño modernos. La arquitecta rompió los estereotipos de género al convertirse, en 2004, en la primera mujer en recibir el Premio de Arquitectura Pritzker (el reconocimiento más importante de ese rubro).
Mientras el mundo lidia con la crisis climática, la arquitectura está en el centro de atención. Las construcciones son responsables de casi el 36% del consumo energético mundial. El cemento por sí sólo causa el 8% de las emisiones globales.
En este contexto, la contribución más valiosa de Hadid fue la inspiración y la innovación que encarnó. Ella concibió la modernidad como un proyecto incompleto a abordar. Y demostró a los estudiantes no sólo cómo imaginar formas revolucionarias sino, fundamentalmente, cómo darles vida.
A lo largo de su vida la imponente obra arquitectónica de Hadid, por momentos, eclipsó su búsqueda por la sostenibilidad. Pero en 2015 ella definió claramente su postura al afirmar que: “los arquitectos tenían soluciones concretas para aportar a esta problemática”.
Hadid enfrentaba y solucionaba inconvenientes. Desde el principio, fue única. Supo aprovechar tanto la tecnología como el talento a través de su innovador grupo de investigación interdisciplinario. Fue una de las pioneras en adoptar un proceso de diseño 3D totalmente digitalizado. También, la primera en adoptar la realidad virtual a la arquitectura.
Como estudiante en la Architectural Association de Londres a mediados de la década del 70, Hadid llamó la atención desde el principio con sus ideas. Pero le tomó más de una década hacer realidad sus diseños. Fue con su primer gran trabajo, la estación de bomberos Vitra de 1993, en Alemania, que el mundo pudo ver el poder de su imaginación arquitectónica.
El arquitecto danés Bjarke Ingels (fundador de Bjarke Ingels Group) describió la visita a la estación de bomberos de Vitra como una “experiencia reveladora”. Sin embargo, los bomberos que lo ocuparon criticaron el edificio calificándolo como inadecuado.
Sin inmutarse, Hadid siguió creando diseños atrevidos y experimentales para los espacios de exhibición Millennium Dome de Londres y el pabellón anual de verano de la Serpentine Gallery. Le dio a Innsbruck (la capital de Tirol y la quinta ciudad más grande de Austria) un nuevo hito: el salto de esquí de Bergisel, y se convirtió en la primera mujer en diseñar un museo de arte estadounidense con su icónico Centro Rosenthal de Arte Contemporáneo en Cincinnati, una ciudad en el estado norteamericano de Ohio.
Influencia inconmensurable
Aunque su carrera había comenzado con esa etiqueta infame de que sus edificios no eran edificables, Hadid se estableció rápidamente como una arquitecta radical al crear una declaración de diseño sólida y única a nivel mundial. No se conformó con revolucionar la arquitectura y expandió su marca global llevándola al diseño de productos, la moda y la joyería.
En el libro de la historiadora de arquitectura canadiense Despina Stratigakos, ¿Dónde están las arquitectas? Hadid explicó cómo sobrevivió y luchó contra el sexismo en su profesión. Su actitud inspiradora y su comportamiento profesional eran neutrales al género. Pudo alternar entre la feminidad y la masculinidad, según se requería, para sobrevivir y sobresalir en lo que es un negocio despiadado y ultracompetitivo.
Una estrella de Instagram
Su presencia continúa sintiéndose en los mundos del diseño y la arquitectura contemporáneos. Con alrededor de 1,2 millones de seguidores en Instagram, Zaha Hadid Architects es ahora el estudio de arquitectura más seguido en el mundo. Sus líneas sinuosas y formas cautivadoras han sido referenciadas por los escenógrafos en películas que marcan tendencia, incluida Black Panther.
Sus palabras, especialmente la famosa cita, “Hay 360 grados. ¿Por qué ceñirse a uno?” han marcado a arquitectos en China y diseñadores en Alemania e India. Sus principios han permitido nuevas posibilidades en la investigación, el pensamiento y los procesos arquitectónicos.
En todos los sentidos, Hadid sigue siendo una musa. Era rebelde y desafiante. Abrazó lo inimaginable. Conocida por provocar controversias, incluso sus críticos coincidieron en el hecho de que sin Hadid, la arquitectura sería menos interesante.
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