Esta mañana se publicó en el Boletín Oficial la ley que promueve el blanqueo de capitales para la construcción de obras privadas nuevas. Con el objetivo de reactivar al sector de la construcción tras un año marcado por la pandemia de coronavirus, este sería el primer sinceramiento fiscal que lleva a cabo el gobierno de Alberto Fernández. Sin embargo, para las desarrolladoras y cámaras del sector, todavía se tiene el recuerdo de los Certificados de Depósito para Inversión (Cedin), que implementó en 2013 la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
“El Cedin apuntó a ser una herramienta que iba a movilizar US$4000 millones, pero se llegaron a captar US$1300 millones. Más allá de que no se logró el éxito que se esperaba, estuvo bueno ese número porque se hicieron muchas operaciones inmobiliarias”, indicó Daniel Bryn, titular de Invertire Real Estate. En esta ocasión, desde la Cámara Argentina de la Construcción estiman que captarán unos US$5000 millones con los CECON, pero ¿qué plantea la nueva norma y cuáles son las diferencias con la herramienta utilizada en el pasado?.
El dinero sólo puede destinarse a obra privada nueva o con un avance inferior al 50%
El dinero derivado del sinceramiento fiscal actual tendrá que destinarse únicamente a la construcción de obras privadas nuevas o con un grado de avance inferior al 50%. “Esta vez es un beneficio para el sector inmobiliario, muy útil para construcciones desde el pozo, pero también tiene beneficios para construcciones nuevas y ya iniciadas”, explicó Alejandro Ginevra, presidente de la Cámara de Empresas de Servicios Inmobiliarios (Camesi). Esta es una diferencia clave con el sinceramiento fiscal que realizó Cristina Fernández de Kirchner en 2013 cuando el fin era movilizar al sector inmobiliario que, tras el cepo cambiario, se vio paralizado. Por esa razón, su destino era únicamente a dicho mercado, aunque el abanico de opciones era bastante más amplio: se podía comprar propiedades usadas, terrenos, campos, construcción de nuevas viviendas, e incluso para la refacción de la casa propia.
El problema que admiten en el mercado es que los Cedines no reactivaron la ejecución de obras de construcción privadas. “El 98% de las operaciones fueron a parar a bienes usados. ¿Por qué? Para refaccionar y justificar el Cedin se debía presentar una certificación de obra efectuada por profesional arquitecto o ingeniero. Mientras que, para la obra nueva, tenías que tener un certificado de obra avalado por el Colegio de Arquitectos. Entonces, los pozos no se movilizaron con los Cedines, excepto para la compra de terrenos”, indicó Bryn.
Se pueden blanquear dólares y pesos
A diferencia del 2013, cuando solo se podían blanquear dólares, ahora también se pueden declarar pesos, los cuales deberán depositarse en una Cuenta Especial de Depósito y Cancelación para la Construcción Argentina (CECON.Ar). “Eso es muy bueno. Podes declarar pesos y los depositas en una cuenta especial, que está en el Banco Central. Sos propietario de la cuenta, sea dentro de un banco público o privado. Esa plata después la tenés que aplicar a la construcción”, añadió el titular de Invertire Real Estate.
El desarrollador Daniel Mintzer, CEO de GyD Developers recuerda que “los Cedines fueron fantásticos para el mercado inmobiliario; uno tenía dólares, los depositabas en una cuenta, te daban un bono y con eso podías comprar cualquier propiedad”. En definitiva, las personas que estaban interesadas en blanquear tenían que solicitarlo en los bancos y se suscribían mediante la entrega de dólares billete o transferencias del exterior. Luego, a través del Certificado de Depósito para Inversión, podía canalizar ese dinero hacia la compra de una propiedad.
Hay que pagar un impuesto especial
En contraposición del Cedin, que no tenían costo de operación, ahora quien se adhiera al régimen de sinceramiento fiscal deberá pagar un impuesto especial. “Está bien que la gente pague algo, tampoco podes hacer un blanqueo gratis. No es que favorezcamos la evasión, sino que es incentivar que lo que ya está en negro para que se metan en el sector productivo. Así, se empezará a pagar impuesto a los Bienes Personales, Ganancias, además de que a través de la construcción se generará empleo y un montón de cosas más”, opinó Mintzer.
Por tanto, quienes blanqueen dinero en esta ocasión dentro de los primeros 60 días -desde hoy, día en el que salió publicada en el Boletín Oficial- pagarán un impuesto especial del 5%. Hasta el día 90 la alícuota asciende al 10% y escala hasta el 20% para aquellos que ingresen al régimen hacia el final de los cuatro meses que durará el blanqueo.
El blanqueo durará 4 meses
Quienes quieran blanquear dinero tendrán 120 días, un plazo que las cámaras del sector piden extender. Pero hay que tener en cuenta que el blanqueo de 2013, que originariamente tenía 90 días, se prorrogó una y otra vez.
“El Cedin apuntó a ser algo que duraba un par de meses y duró casi dos años. Se prorrogó porque no tenía éxito, hasta que se aceitó todo el circuito de los bancos, de cómo iba a llegar la plata, de cómo accederías al dinero. Recién después de mucho tiempo se agilizó, por eso se fue extendiendo”, recordó Bryn. En el mismo sentido apuntó Mintzer, quien remarcó que “siempre tenían el mismo ciclo”, ya que al principio “nadie preguntaba, después se sumaba alguno y para el final había que hacer cola en el Banco Nación”.
El proceso será sencillo
Si bien la ley ya fue publicada en el Boletín Oficial, los detalles acerca de su reglamentación que deberá informar la AFIP son clave. En principio el proceso sería así: “La persona va con el dinero al banco, lo deposita en una Cuenta Especial de Depósito y Cancelación para la Construcción Argentina. Luego la persona va a la desarrolladora con el certificado que se le otorga y paga un porcentaje de la unidad que quiere comprar o su totalidad, dependiendo dinero que blanquee y que en ese momento quiere invertir”, comentó el tributarista Santiago Sáenz Valiente, quien insistió en que la ventaja impositiva es que ese bien no le impactará en Bienes Personales por ese bien (por dos años) y además se le computará el 1% del valor invertido como pago a cuenta de otros bienes que puede tener. “Un dato clave es que cubre el periodo 2020 porque es retroactivo al 31 de diciembre del año pasado y la declaración vence en junio”, explicó
Damián Tabakman, presidente de la Cámara de Desarrolladores aclaró que: “El plazo de 60 días son para introducir los dólares en tu cuenta. Para dárselos al desarrollador tenés dos años. Es exiguo, es para poner la plata en el banco, no para gastarla. La gente no tiene que decidir ya. Aunque hay que tener en cuenta que hay una oportunidad que es que el costo de construcción está en uno de los valores más bajo de la historia”.
El tipo de cambio al que los dólares “blanqueados” podrán cambiarse por pesos es otro tema importante. Carlos Spina, presidente de la Asociación de la Vivienda (AEV) aseguró que “ quien sincere dólares podrá convertirlos al valor del contado con liquidación”.
A la hora de hacer historia, Ginevra recordó: “El Cedin era bastante complejo. Al principio la gente desconfiaba porque había que dejar la plata en el Banco Nación y hacer un trámite bastante engorroso. Dejabas todos los dólares, y a cambio te daban un certificado, generaba ciertas dudas. Pero, con el tiempo, eso fue mejorando”.
“La pandemia causó un gran perjuicio a la obra, primero porque se frenaron y segundo porque las construcciones cuando volvieron se vieron ralentizadas por los protocolos. Estamos contentos con que el Gobierno le puso cabeza a poder solucionar el problema de la industria. Todavía no está reglamentado y esperemos que no cometan un error al hacerlo complejo. Tiene que ser sencillo para que el sinceramiento fiscal sea fácil y confiable. La construcción es un sector que beneficia al resto de la población, genera mano de obra, emplea gente, reactiva otras industrias. Para poner en marcha la reactivación económica del país, empezar por la construcción me parece muy bueno”, cerró el presidente de Camesi.
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