Un grupo de desarrolladores de Puerto Madryn desembarca en Buenos Aires después de negociar por el terreno donde Nicolás Repetto y Gerardó Rozín compartían la producción del icónico programa televisivo
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Leyes y códigos moldeaban el mundo de Marcelo Costanza cuando, en sus primeros pasos como profesional, ejercía de abogado hace 22 años. En 1987, año en el que empezó a estudiar derecho en la Universidad de Buenos Aires, no imaginó que el tiempo y la experiencia lo iban a conducir a su rol de consultor en el mundo del real estate. Mucho menos proyectaba que se iba a enamorar del universo de los ladrillos e iba a renunciar a su plan original.
El primer paso fue el primer desarrollo inmobiliario que hizo junto a su hermano y grupo de amigos más allegados. Corría el año 1999 cuando destapó la olla de su pasión subyacente y construyeron un dúplex en Puerto Madryn, localidad de donde es oriundo Costanza. El correr de los años alimentó el nuevo hobby y lo transformó en oficio. Para hacerlo oficial, fundó junto a sus socios Caleta Desarrollos y para 2010 ya manejaban varios proyectos en simultáneo. Al día de hoy, están involucradas entre 250 y 300 personas y ya lleva construidos y en proceso 60.000 m² junto a su equipo.
Su trayectoria en el sur del país fue a la par del desarrollo en la ciudad de Buenos Aires, lo que los ayudó a volverse competitivos en un mercado principiante. “Cuando comenzamos, nuestro primer proyecto en Puerto Madryn era un mercado muy resiliente, en cambio hoy está muy consolidado. Es una zona que se ha desarrollado mucho, que creció de la mano industrial, comercial y turística”, cuenta el fundador y presidente de la desarrolladora.
Con gran parte del terreno ganado en Chubut, dos años atrás sus hijos llegaron a la edad de querer trasladar sus estudios a la Ciudad de Buenos Aires y a Costanza se le prendió la lamparita. Hacía tiempo que escuchaba a sus clientes hablar sobre mudarse a la Capital y apareció frente a él un nuevo escenario donde ampliar los horizontes de la empresa. Llenó la valija y se mudó a su nuevo desafío: incursionar en un mercado mucho más consolidado, distinto y competitivo. ¿El objetivo? Palermo: el barrio referente para los habitantes del sur. “A cualquier persona del interior le interesa la posibilidad de invertir en Buenos Aires. Hoy, de todos los jóvenes que vienen a vivir acá, el 95% vive a seis cuadras a la redonda de Coronel Díaz y Santa Fe. La zona tiene conectividad, oferta gastronómica y está fundamentalmente cerca de las facultades. Entonces buscamos un lugar a 600 metros de esa esquina y, en base a la demanda que tenemos, vemos que no nos equivocamos”, señala.
El análisis del mercado porteño, según él, llevó a Caleta Desarrollos a correr con la ventaja de la calidad de sus productos: “La caída de la demanda hizo que haya una migración del mercado a proyectos de bajo costo para tener margen de negociación y eso va en contra de lo que queremos hacer”.
De la mano de su socio, Hernán Egurza, encontraron en el mercado bonaerense un atractivo a algunos kilómetros de la Ciudad. San Fernando, en la zona norte del Gran Buenos Aires, es otra de las zonas de mayor interés en la provincia. Su primera ficha en el consolidado barrio de casas bajas fue de la mano del estudio de arquitectura ZIM, con el cual desarrollaron Punta Chica, un proyecto de cinco casas a una cuadra de avenida Del Libertador.
Los buenos resultados del trabajo en conjunto llevaron a ambas empresas a unirse una vez más -ahora en San Isidro- y se encuentran dándole forma a Caleta Haus. El proyecto de $500 millones de inversión se construirá en donde funcionaba la productora de Nicolás Repetto, a quien le compraron el terreno en 2021. Cuando Caleta Desarrollos nacía en el sur, en este lugar se empezaba a producir el programa televisivo Sábado Bus, hace poco más de 20 años, donde Gerardo Rozín acompañaba en la producción y conducción a Repetto. El actual emprendimiento estima una obra de 30 meses y recién empieza su etapa de demolición. Donde alguna vez abundaron luces y micrófonos ahora va a haber nueve casas de tres dormitorios, dos baños completos, living, comedor y cocina integrada, con jardines propios, caracterizadas por sus amplios espacios. El precio de las viviendas va a partir desde los US$315.000 en adelante según sus características. “Allí, el perfil de comprador ronda entre los 35 y 40 años con hijos chicos, que son de la zona y que si vivieron en la Ciudad ahora quieren volver a su lugar de origen”, describe el desarrollador.
Cada localidad tiene su público y su dinámica. El desarrollador reconoce que hay grandes diferencias entre el mercado porteño y el andino. “La competencia es mucho mayor en Buenos Aires, cuesta más establecer una relación con el comprador y con empresas constructoras o corralones y además los tiempos son diferentes. Acá el cliente al que apuntamos tiene un nivel de conocimiento de producto diferente. Al tener mucha oferta, a veces conoce bien el segmento de precios y el tipo de terminaciones que tiene un departamento, cosas que compara. Pero a veces no conoce la calidad de los productos que compra. Por ejemplo, no sabe de aspectos ligados a la estructura y mampostería del edificio y solo conoce la grifería y tipo de piso, que en los costos es mucho menor. Eso te lleva a un proceso de compra mucho más prolongado que el que tenemos cuando vendemos un departamento en Puerto Madryn, donde la gente ya conoce la diferencia entre nuestro producto y el de la competencia”, concluye.
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