El lugar donde Al Capone dijo sus últimas palabras enfrenta su fin ineludible debido a los daños en su estructura
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En los años 20 y 30, el nombre Al Capone era el más popular entre las miradas disimuladas y los negocios oscuros. El mafioso transcendió en la historia por ser uno de los gánsteres estadounidenses más famosos de la época, quien en lugar de caer por su actividad ilícita terminó preso por evasión de impuestos.
Parte de los millones que ganó en el mercado negro los destinó a comprar una casa en Miami Beach, propiedad donde el capo exhaló su último aliento en 1947 y que 74 años después también enfrenta su fin. Dado que presenta daños por inundaciones y agua estancada debajo de sus cimientos, sus actuales dueños ya cerraron el trato para su demolición.
La antigüedad de la casa ya la lleva a encontrarse a un metro por debajo del nivel del mar, en una ciudad que ya se está en problemas por el crecimiento de las aguas.
De estilo colonial, la propiedad tiene tiene tres casas: la de la entrada, la villa principal y una cabaña al costado de la pileta. La principal cuenta con cuatro dormitorios, tres baños completos y un toilette. Detrás de la pileta de 9x18 metros hay una cabaña de dos pisos con terraza que mira a la bahía y un medio baño en el primer nivel, con un dormitorio y un dormitorio completo en el segundo. Hacia la entrada se puede acceder a una casa de huéspedes con dos dormitorios y un baño.
La casa, que en gran parte fue reformada antes de venderse por última vez, está a 30 metros del mar en la Bahía de Biscayne y se encuentra en el barrio de Palm Island. La finca se extiende por un poco más de 9000 m² y sus propiedades se caracterizan por tener puertas francesas, pisos de madera y arcos abiertos.
Su dueño actual es el urbanizador Todd Glaser, quien a pesar de que la casa está lista para una posible designación histórica por parte de la ciudad de Miami Beach, no detendrá sus planes de tirarla abajo para construir una nueva casa ocho dormitorios y la misma cantidad de baños.
La casa que Al Capone compró por US$40.000 en 1928 le costó US$10,75 millones a sus nuevos propietarios a principios de este invierno. Cuando el delincuente se mudó a la propiedad, gastó US$200.000 de aquella época para instalar una puerta de entrada, una pared de dos metros de alto, reflectores, una cabaña y una gruta de rocas de coral.
Sin embargo, el legado del gánster no se perderá con la casa ya que sus nietas están subastando algunos de sus artículos personales en California, incluidas joyas con diamantes incrustados con sus iniciales, fotografías familiares y su pistola favorita.
LA NACIONTemas
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