Tras la operación, la empresa que preside Eduardo Elsztain conserva sus derechos por 20 pisos del inmueble
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De cara a la “nueva normalidad” pospandemia y con el progresivo retorno a la presencialidad, la empresa IRSA Propiedades Comerciales (IRSA PC) cerró este miércoles la venta de tres pisos de la torre Della Paolera 200, ubicada en el distrito de Catalinas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). El edificio es la última incorporación de la compañía a su portafolio de oficinas y el primero totalmente desarrollado y construido por la misma.
Según pudo saber LA NACION, la empresa compradora fue el Banco Santander, que se suma así a las otras que desembarcaron en la torre a partir de abril de este año, cuando fue inaugurada. De los 30 pisos que tiene el edificio, dos fueron ocupados por IRSA y otros por Globant, Microsoft, Exxon Mobil, Cargill, Banco Industrial y Endava.
El grupo que preside Eduardo Elsztain negoció la venta de aproximadamente 3582 m² y 36 unidades de cocheras ubicadas en el edificio. El precio de la transacción fue de aproximadamente $3197 millones, que ya fueron abonados en su totalidad. Tras la operación, IRSA conserva sus derechos por 20 pisos del inmueble con una superficie locativa aproximada de 24.000 m², además de unidades de cocheras y otros espacios complementarios, según informó la empresa en un comunicado.
El submercado Catalinas–Retiro es una de las zonas del centro que mejor defiende los valores de alquiler del mercado corporativo y que presenta también la menor vacancia (12,4%). Los precios de alquiler mensual alcanzan los US$29,0/m² por mes, mientras que en el resto de esa área, el alquiler promedio es de US$27,3/m² por mes, de acuerdo a un informe realizado por Newmark Argentina.
La torre ubicada en Della Paolera 200 cuenta con 35.850 m² de área rentable sobre una superficie total de 55.000 m². Tiene vista al río y 70 metros lineales de frente. La inversión de IRSA ascendió a US$110 millones y la obra se terminó de construir el año pasado, en medio de un escenario marcado por la llegada de la pandemia de coronavirus.
Se trata de una construcción de vanguardia que se destaca por el diseño de sus esquinas con vidrios curvos (únicos en el país), como una piel de vidrio de más de 70 metros de frente con vistas extraordinarias al río y a la ciudad y el empleo de materiales y tecnología de última generación.
Este proyecto, junto con otros que tiene en carpeta la empresa, se enmarcan en una tendencia global a renovar con edificios “verdes” el parque de oficinas. La torre, además, posee adelantos tecnológicos en materia de ventilación, transporte vertical, seguridad y ahorro energético, entre otros.
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