El anuncio de la apertura de fronteras para propietarios desde el miércoles y en noviembre para vacunados avivó al sector turístico y activó también a los argentinos que planifican emigrar a Uruguay
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Algunos días atrás, cuando el presidente Luis Lacalle Pou anunció el plan para abrir las fronteras de forma paulatina, los ánimos comenzaron a agitarse de un lado y del otro del Río de la Plata, y más allá también. Para los operadores turísticos esta era la buena noticia que añoraban y algunos hasta se ilusionan con el inicio adelantado de la temporada. También se alegraron visitantes habituales del país, en especial aquellos propietarios sin residencia que llevaban varios meses reclamando su derecho a ingresar para hacer uso de sus inmuebles. Como una especie de privilegio, el primer segmento de la apertura los contemplará especialmente a ellos. Pueden ingresar desde el primero de spetiembre.
Pero además, en territorio argentino la novedad reactivó el interés de aquellos que están evaluando empezar una nueva vida aquí, o al menos en probar unos meses. Luego de un período de perfil bajo, tras el anuncio crecieron las consultas a inmobiliarias, expertos en residencias legales y fiscales, colegios y mutualistas.
Los que tienen más recursos ya están invirtiendo en propiedades, mientras que decenas escriben a diario en grupos de Facebook y de WhatsApp creados para que quienes ya cruzaron asesoren a los que sueñan con hacerlo. Les responden todo tipo de dudas sobre trámites. Les dan su opinión acerca de si hay trabajo y para qué rubros, qué tan caro es el costo de vida, cuáles son los mejores lugares para instalarse. En esos posteos se habla de Uruguay como “un paraíso”, “un refugio” e incluso “el oasis de los argentinos”.
El asunto es que por estos días de apertura todo es expectativa y cuando hablamos de extranjeros que quieren entrar —sobre todo argentinos y luego brasileños del sur, entre otros— se entrecruza el turismo con las inversiones y la inmigración. Entonces, vamos por partes.
Que entren primero
“Desde agosto de 2020 que le pedimos al presidente que permita que entren propietarios que no tengan la residencia y ahora que se dio tenemos muchísimas esperanzas de que venga mucha gente”, dice Javier Sena, presidente de la Cámara Inmobiliaria de Punta del Este y Maldonado. Hasta ahora los asociados recibieron “muchísimas” consultas pero “pocas confirmaciones”, “supongo que debido a que se desconocían los requisitos exactos para el ingreso”, plantea Sena.
La reglamentación del decreto que incorpora la entrada de los propietarios como una más de las excepciones se demoró más de lo que los operadores turísticos hubieran deseado. Según supo El País, esto se debió a que la casuística del tipo de propietario que se debió analizar era amplia, y además a que se pretendía que, para agilizar el trámite en las fronteras, la documentación se ingresara en la aplicación Coronavirus UY, algo que finalmente no se incluyó en la norma.
En definitiva, desde este próximo miércoles se habilitó el ingreso de propietarios inmunizados contra el COVID-19 en los últimos seis meses y cumplidos los plazos de espera para lograr la inmunidad efectiva. Para entrar, deberán presentar un test negativo, examen que deberán repetir una semana después. Los propietarios podrán ingresar junto a su cónyuge o concubino y familiares de primer y segundo grado de consanguinidad; esto es padres, hijos, hermanos, abuelos y nietos del poseedor.
Varios miembros de estos grupos confirman que vendrán a establecerse el próximo verano, aprovechando que las puertas se abrirían desde el 1° de noviembre para todos los extranjeros vacunados, siempre que la situación sanitaria se mantenga estable. Entre quienes no tienen aún la residencia en curso, muchos planifican hacer el trámite desde acá.
El flamante director Nacional de Turismo, Roque Baudean, advierte que es difícil proyectar cuántos vendrán en los días que siguen. “Sabemos que la mayoría de los propietarios están en Argentina donde la vacunación no ha sido fácil”, desliza poniendo paños fríos a las expectativas más optimistas.
Para Baudean, lo que suceda en las próximas semanas deberá tomarse como “una prueba” para evaluar cómo transitar hasta la apertura definitiva de las fronteras para vacunados, en noviembre. “Es en esa segunda etapa que está puesta la ilusión”, dice el director, coincidiendo con la mayoría de los comerciantes.
Ilusiones y señales
Sigamos con el escenario que podría desplegarse a partir de la semana que viene. Según un análisis de la Dirección Nacional del Registro a la Propiedad, que realizó un cruzamiento de datos, unos 90.000 argentinos tienen propiedades aquí. El director de Turismo de Maldonado, Martín Laventure, estima que entre 30.000 y 40.000 estarían ubicadas en ese departamento. Del resto, otros tantos están en Colonia y menos en Canelones y en Rocha.
Por estos días el entusiasmo reina especialmente en los dos primeros departamentos, mientras que desde la comuna de Rocha dicen que los indicios de que llegarían vecinos “son muy leves”. “Creo que los argentinos van a esperar para venir en verano y no antes”, presagia Federico Zerbino, su director de Turismo.
¿Y el resto que anticipa? Desde Maldonado, el intendente Enrique Antía dijo este sábado a El País que estima que en esta primera etapa ingresen entre 8.000 y 10.000 familias. En tanto, Marina Cantera, presidenta de la Cámara Uruguaya de Turismo (Camtur), sostiene que “no es momento para esperar ingresos masivos”. Ella también cree que “la hora de la verdad” será en noviembre. Sin embargo, reconoce que empresarios turísticos de Maldonado, Colonia y Canelones le transmiten que, conforme pasan los días, “el movimiento” se hace más latente. “Hay buenas señales”, dice y advierte con cautela, “consultas hay muchas; habrá que ver qué tantas se concretan”.
El asunto, dicen los expertos, es que muchas personas “aprendieron” que en tiempos de pandemia es mejor resolver a último momento. Algo de eso ya estaría sucediendo.
Uno de los principales sanatorios de Maldonado —que viene incrementando la cantidad de afiliados gracias a la radicación de extranjeros que trajo el COVID-19— el lunes pasado experimentó una demanda “infernal”. “No dábamos abasto con las llamadas telefónicas”, relata un trabajador. Varias de las consultas, desde Argentina, se efectivizaron.
Otro indicio podría ser que, tras meses de consultas, colegios como el International College comenzaron, últimamente, a concretar entrevistas con familias interesadas que habían pospuesto la instancia debido a la demora en el trámite de residencia. “Tengo unas 15 entrevistas semanales, muchas online, la gran mayoría con familias argentinas”, dice Marcia Alves, del departamento de admisiones. Ya recibieron varios pagos de matrículas e inscripciones para 2022.
La actividad privada en el aeropuerto fernandino también es buena. Según informa Alejandro Rivero, su gerente general, “se está trabajando muchísimo con residentes extranjeros que van y vuelven”. Aerolíneas Argentinas retomará las operaciones el próximo 14 de setiembre, según se confirmó ayer, y también habría compañías brasileñas interesadas, todas anticipándose a un movimiento mayor.
Algo similar está pasando en Colonia. “Hay una cantidad de propietarios que están preguntando las condiciones para entrar”, afirma Andrés Castellano, presidente de la Asociación Turística de Colonia. Emanuel Dalmás, de la Inmobiliaria Terrasol, dice que desde que se produjo el anuncio de la apertura de fronteras empezaron a agendar entrevistas con argentinos interesados en comprar inmuebles y terrenos. “Hasta el momento recibíamos varias preguntas pero quedaban ahí, recién ahora estamos concretando encuentros, lo que nos da muchísimo aliento porque llevamos más de un año sin un movimiento grande”, apunta.
Eso sí, entre quienes pretenden venir a Colonia se repite la pregunta de cuándo estarán operativas las compañías del puerto. “Este es un problema grande, porque nuestra gran fortaleza es estar a una hora de Buenos Aires y con buena frecuencia de barcos”, plantea Daniela Hernández, presidenta de la Cámara Inmobiliaria. Sobre esto, Martín de Freitas, director de Turismo departamental, dice que están a la espera de que las navieras confirmen las frecuencias a la brevedad.
Otra preocupación de los argentinos es la incertidumbre de cuándo podrán retornar a su país. El gobierno vecino estableció que entre el 6 de setiembre y el 1° de octubre el cupo de ingresos de vuelos para argentinos, residentes y familiares directos será de 2300 plazas diarias. A su regreso deben firmar una declaración jurada, presentar un PCR negativo de 72 horas antes del abordaje, hacerse un test de antígenos al llegar y realizar aislamiento preventivo obligatorio. Luego, a los siete días del arribo se deberán hacer otro PCR. A su vez, Argentina planea sumar nuevos corredores seguros de ingreso a partir del 6 de setiembre. De acuerdo a la situación sanitaria en origen y en destino, los gobernadores de cada provincia podrán proponer la implementación de un plan piloto de ingreso de extranjeros desde Chile y Uruguay, inmunizados y siempre cumpliendo con una cuarentena.
Competencia feroz
Las intenciones de los que ingresen a partir de esta semana que viene son variadas. “Algunos vendrán a disfrutar su casa, otros a hacerle el mantenimiento (lo que genera mucho trabajo en el departamento) y otros concretarán la decisión de radicarse”, dice Laventure, el director de Turismo de Maldonado. El Portal Regional Este publicó la semana pasada que en los últimos dos años, allí, la solicitudes de la carta de ciudadanía se multiplicaron por tres o cuatro.
Por lo pronto, la certeza que sobrevuela en las reuniones que el Ministerio de Turismo está teniendo con los directores departamentales y operadores es que la próxima temporada será “la más desafiante de los últimos años”.
En esas instancias, por un lado aprovechan para presentar a las nuevas autoridades tras la abrupta salida del ministro Germán Cardoso, y por el otro comienzan a delinear cuál será la batería de promociones para competir con la región.
Pero, eso sí, en la región cada país peleará por retener a su población puertas adentro para incentivar el turismo interno, una conquista de la pandemia que nadie quiere perder (Colonia por ejemplo, multiplicó por cuatro su público nacional).
A su vez, habrá que ingeniárselas para restituir las rutas fluviales y aéreas que acerquen a los turistas a estas tierras. Para ello las autoridades dependen de las voluntades de los gobiernos vecinos: “Las cosas son más burocráticas de lo que se podría pensar”, concluye Baudean.
Otro frente de batalla es combatir la informalidad, que se disparó durante la pandemia. Y otro, el más importante, es resultar competitivo en precios con Argentina y Brasil. Una de las noticias más comentadas sobre el sector fue el pedido de la Cámara Inmobiliaria de Punta del Este y Maldonado a sus socios de que mantengan los precios de temporadas anteriores. Sena, el presidente, explica que surgió como una respuesta al comentario de que los alquileres se incrementaron 20% desde el anuncio de la apertura.
El presidente Lacalle Pou y varios intendentes pidieron a los operadores “prudencia” y “sensatez” al fijar precios. Desde Colonia, Dalmás sostiene que los anuncios de un megaproyecto inmobiliario, la próxima inauguración de la restaurada Plaza de Toros, la instalación de una zona franca y de una cadena de supermercados, sumado al rumor de que vendría “un aluvión de argentinos”, está haciendo que algunos propietarios argentinos —uruguayos también— pidan que suban el valor de sus inmuebles. “Hay gente que se piensa que con la apertura de fronteras Colonia va a ser Miami y no es así”, dice el empresario.
En Maldonado, a pesar de que el director de Turismo tranquiliza diciendo que “si hay desfasaje será circunstancial ya que la oferta ajustará sus precios a lo que puede pagar la demanda”, lo cierto es que varios comerciantes expresan “que ya subió todo”. Cuenta una empresaria gastronómica: “Se comenta que este verano la rompemos y que se llenará de argentinos. Todos queremos eso, pero empezaron a pedir precios dementes por los locales. No tienen coherencia, es como si no hubiera existido la pandemia”.
Paraíso celeste
La demanda de solicitudes de residencias desde Buenos Aires creció exponencialmente, dicen a El País fuentes consulares. Antes de la pandemia se recibían entre 20 y 30 pedidos mensuales, que treparon a unos 600 con la propagación del virus y ahora son unos 700. En tanto, según información a la que accedió El País, en el primer semestre de 2021 el consulado de Rosario tramitó más de 570 residencias, el de Gualeguaychú unas 300 y el de Córdoba alrededor de 350.
Se sospecha que muchas de estas residencias se estaban gestionando como una forma de ingresar al país con las fronteras cerradas y no con una intención de establecerse acá. En ese sentido, Carlos Enciso, embajador en Argentina, presume que lo lógico sería que con la eventual apertura de fronteras la magnitud de esta demanda amaine. Puede ser.
Según la experiencia de Gerardo Tasende, socio de GTS, un estudio que asesora en residencias legales y fiscales, hay un grupo de argentinos que llevan un año “contenidos” sin poder venir por las demoras en los consulados y están decididos a aprovechar la apertura para hacer desde Uruguay el trámite. “Algunos quieren la residencia fiscal para mudarse ellos y sus empresas”, agrega. En 2020 se emitieron 641 contra 207 un año atrás. En cuanto a las legales, fueron 7261.
En estos días turismo, negocios e inmigración están mezclados. Cristina Imelio, propietaria de la inmobiliaria Antares y una de las directoras del sitio Quiero vivir en Uruguay, cuenta que en los últimos días proliferó el relato de personas que piensan radicarse ahora para encontrar trabajo en los balnearios en temporada. Muchos pretenderían hacer el trámite de residencia una vez estén en el país.
De 5000 seguidores, 600 están activos y comprometidos con dar el paso. “El perfil es variadísimo. Hay muchísimos profesionales, jubilados, familias, gente que quiere invertir. Otros prueban y se vuelven, muchas veces porque les está costando vender sus bienes en Argentina. Y también hay gente a la que hemos tenido que plantearle la realidad tal y como es, tal vez desestimulándolos, porque pretendían venir sin un sustento y luego buscar un trabajo y no siempre se tiene la suerte de encontrarlo rápido”.
Algo parecido relata Silvina, una de las administradoras del grupo de Facebook Argentinos viviendo en Uruguay, con 15.600 miembros. “Yo veo que las consultas nunca mermaron. Te diría que desde agosto de 2020 se duplicaron”, dice.
Silvina es paciente y responde todo tipo de consultas, desde trámites hasta qué rubros son los más solicitados en el mercado laboral, precios de vivienda y el costo de vida. ¿Cuántos de todos esos usuarios ya dieron el paso y cruzaron el charco? “Nadie sabe, pero da la impresión que la mayoría se fue y allí se quedó”, dice. Ella espera a que llegue el verano para hacerlo. Ya falta menos.
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