El CEO de Consultatio cerró el Summit de Real Estate de LA NACION en un mano a mano con el secretario general de Redacción, José del Rio
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El empresario más relevante del real estate argentino no titubea al asegurar que, lo que no vio en sus 50 años de experiencia en el sector, ocurrió en el último año y medio. “El mercado estuvo muy lento y tomado por la situación económica, las malas expectativas políticas y económicas de la Argentina, el riesgo país y la suba del dólar”, sostiene. Ante este escenario y de cara a las elecciones legislativas, afirma que la Argentina solo podrá revertir la situación si se genera “una transformación social y un acuerdo político de ambas minorías”. “Sin consenso político, el cambio radical que hay que hacer no puede materializarse. Lo que el argentino espera es un cambio radical de las reglas de juego, de la calidad jurídica, económica y política para poder desenvolvernos”, manifiesta.
Además de la Argentina, el fundador y líder de la desarrolladora Consultatio hoy tiene operaciones en Uruguay y Estados Unidos, mercado que, asegura, “está muy activo” y en el que construyó el proyecto más grande de Florida, Oceana Bal Harbour, con una inversión de US$600 millones, además de Oceana Key Biscayne. “La pandemia ha caracterizado de distinta forma a las diferentes regiones. Miami, por ejemplo, adquirió una fuerza enorme porque es un lugar más abierto, con menor densidad. Las ciudades han sufrido mucho porque la pandemia las castigó, pero allá la economía está muy vibrante y la ayuda del Gobierno ha sido enorme”, cuenta y agrega que hay una gran cantidad de inversores y un fácil acceso a créditos hipotecarios.
Sobre Uruguay, indica que es un país “ordenado, con acceso al crédito y donde se está tratando de bajar la inflación, que es de un dígito”. Sin embargo, remarca: “Tiene valores altos en relación a lo que es la Argentina. Es un mercado lento, aunque la venta de terrenos anduvo bastante bien en el último año”.
El “éxodo” al verde
En este escenario atípico en el que Costantini asegura estar presenciando tendencias jamás antes vistas, hay un dato que resalta: “Por primera vez en mi vida vi una suba del dólar y, sin embargo, un aumento de las operaciones fuera de la ciudad, como vivimos en Nordelta y Puertos, donde hemos hecho récord de ventas en el segundo semestre”. Con su proyecto estrella en el 2000, fue uno de los precursores de la migración suburbana y el furor por la vida en el verde que volvieron a tener un boom durante la cuarentena. Hoy, Nordelta es una ciudad pueblo que eligen 40.000 personas e incluye todo tipo de servicios, colegios, salud y, en líneas generales, los valores inmobiliarios más sólidos de Buenos Aires.
De la mano de Nordelta, Puertos en Escobar, el proyecto que emprendió en 2010, no para de crecer. “Entre los dos, se están construyendo 1000 casas y hay entre ambas más de 500 permisos de construcción para hacer nuevas. La gente quiere calidad de vida viviendo al aire libre”, afirma. Es que la pandemia de coronavirus, el aislamiento estricto y la modalidad de trabajo y estudio remotos aceleró el “éxodo” de las ciudades hacia las zonas suburbanas.
En ese sentido, para el empresario, hoy la clave está en saber elegir los proyectos y sus localizaciones. Mientras la rentabilidad que deja un alquiler en Capital Federal cae, los valores en Nordelta, por ejemplo, no paran de crecer. “Esto pasa porque hubo un cambio enorme en la forma de usar el espacio y los proyectos se tienen que adaptar a los requerimientos actuales. Ya había paradigmas anteriores pero la pandemia los aceleró, ya sea en el ámbito de las oficinas, como en el de las casas y departamentos”, explica. ¿Los puntos centrales de cara al futuro? Zonas verdes, aire limpio y conectividad. “Se trata de enhebrar una propuesta integral y el inversor tiene que buscar esos planes, porque la demanda va a funcionar muy bien”, afirma Costantini.
El futuro
No hay dudas de que la pandemia llegó para cambiar las reglas del juego. El sector inmobiliario, que se vio plenamente afectado, tiene ahora el enorme desafío de reinventarse. El empresario asegura que las ciudades y las tipologías de las propiedades se reconvertirán, aunque señala que ese tipo de procesos “llevan tiempo”. Mientras tanto, ¿qué tiene que pasar para que el mercado logre despegar? Para Costantini, el paso fundamental es alcanzar “un reordenamiento económico”. “Si tuviésemos estabilidad económica, lo que requiere bajar la inflación y tener estabilidad cambiaria y mejorar las expectativas, el sector explotaría”, analiza, a la vez que cuestiona la falta de acceso a créditos hipotecarios.
“El tema fundamental histórico y exacerbado en los últimos 10 años es que somos un país sin rumbo. La cultura política es la de la confrontación entre distintos partidos y en el medio queda la Nación. Mientras eso ocurra y no haya un pacto social fundamental basado en el respeto a la ley y en tener una moneda, el mercado no despegará”, analiza. “Tenemos una Argentina descarrilada”, remata. Aunque remarca que existe una gran vitalidad a nivel local, que se pone de manifiesto en el sector agro y tecnológico, asegura que hay “problemas estructurales” y un sistema que “expulsa el ahorro”. De cara al futuro, anticipa que lo único que podría sacar a flote al mercado son “reglas de juego claras y estabilidad económica”.
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