Petra Ecclestone, la millonaria heredera de las carreras de Fórmula 1, asesora a propietarios de mega mansiones a decorar, remodelar y armar sus equipos de servicio doméstico
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La mayoría de las personas pasan su juventud viviendo con compañeros de cuarto. Petra Ecclestone -heredera de las carreras de Fórmula 1 y nacida en Londres- no es como la mayoría de la gente. En 2011, a los 22 años, compró una de las casas más grandes de los Estados Unidos, Spelling Manor en Los Ángeles, por US$85 millones. La joven, con esa compra, se convirtió, en ese entonces, en la persona que más cara pagó una propiedad en California.
Petra pasó la siguiente década aprendiendo a vivir en esa propiedad, rodeada por más de 30 empleados entre amas de llaves, paisajistas, personal de seguridad y choferes.
Ahora, Petra y su prometido, Sam Palmer, están trabajando en una empresa inspirada en su experiencia en Spelling Manor (vendieron la casa en 2019 por US$120 millones). Su objetivo es ayudar a otras personas ricas a comprar, vender, dotar de personal y decorar sus mansiones. Será un servicio integral para una clientela muy especializada: compradores de vivienda ultrarricos.
Palmer ya dirige Staffing Properties, una empresa que coloca a los empleados en las casas de los ricos. Ellos obtuvieron su licencia de bienes raíces el mes pasado y se unieron a la firma de bienes raíces de lujo Hilton & Hyland. Ecclestone dijo que planea manejar el diseño de interiores y la marca.
La pareja atenderá al creciente número de personas millonarias del mundo que han acudido en masa a Los Ángeles en los últimos años tentados por el clima, el estilo de vida.
Ellos pueden dar fe personalmente al mercado de lo que pueden ofrecer. Después de todo, saben mejor que nadie que ser propietarios de viviendas multimillonarias requiere cierta experiencia.
Rick Hilton, fundador de Hilton & Hyland (y padre de Paris y esposo de Kathy), conoce a Ecclestone desde que le vendió la mansión en 2011. “Palmer tiene muchas conexiones globales y creo que podría ser un agente muy importante. Y Petra, con su gusto refinado podría aportar un plus genial”, dijo Hilton.
Sin dudas, pasó el tiempo desde que compró Spelling Manor. Ecclestone, ahora de 32 años, es esbelta y rubia. Ella es una mujer que resulta difícil de impresionar. Madre de cuatro niños pequeños, habla en voz baja y es un poco reservada, pero puede ser franca, tajante y divertida.
Sentada afuera en una tarde cálida, mientras dos miembros del personal servían tranquilamente café y fruta fresca y su hija mayor se acurrucaba en su regazo, explicó que compró la mansión en 2011 sin verla. Pero la idea no fue suya, sino de su exmarido. “Era un poco egoísta y maniático”, dijo, a modo de explicación.
Antes de mudarse a Spelling Manor, contrató al diseñador Gavin Brodin para supervisar una renovación casi total de la vivienda. Construida originalmente en la década del 80 para el productor de televisión de inifinidad de series exitosas, Aaron Spelling, la casa tenía 27 baños, una sala para envolver regalos (que Ecclestone convirtió en una oficina para su asistente), una barbería (que ella mantuvo como estaba) y una sala de 2286 metros cuadrados (que es del tamaño de una mansión más estándar).
Brodin describió a Ecclestone como deliciosamente decisiva. Una vez que se establecieron los planes, “no hubo cambios”, dijo. Se contrató a un equipo de 500 trabajadores para completar las obras en 12 semanas (en lugar de un cronograma típico de nueve meses o más).
Cuando se mudó a Manor, Ecclestone estaba casada con James Stunt. Pasarían varios años antes de que conociera a Palmer, que tiene 38 años y también es inglés.
Palmer era amigo de su cuñado de entonces, vivía y trabajaba en Australia. Ellos se conocieron en una reunión en 2017. Los dos se llevaron bien desde un primer momento. Palmer dijo que su primera cita fue en Tao, un restaurante en Los Ángeles. Su segundo encuentro fue en un viaje a Dubái.
Palmer, que tiene el encanto de un vendedor apuesto y es el más sociable de los dos, dijo que no era del tipo que se dejaba cautivar por la casa de una persona, pero la de Ecclestone era “espectacular”. Estaba impecable. “Nunca hubo una hoja en el suelo”, dijo. Pronto se enteró de que mantenerla así era una operación compleja y costosa.
Después de que Palmer se mudó a Los Ángeles para vivir con Ecclestone y sus tres hijos, se interesó profundamente en cómo se administraba la mansión. Luego la pareja tuvo un hijo en común en 2020.
Palmer afirmó que la gente estaba cobrando de más a Ecclestone a diestra y siniestra. Es casi como si se detuvieran en una casa de 17.373 metros cuadrados y pensaran que el dinero no es un problema. Descubrir las complicadas matemáticas que permitieran sacar adelante al hogar, dotar de personal capacitado a la casa y asegurarse de que funcionara sin problemas se convirtió en el “trabajo de su vida”.
En 2019, Palmer comenzó Staffing Properties, apoyándose en esta obsesión. “Soy la única persona que puede decir que ha vivido en la casa más grande de California y sé cómo manejarla”, dijo.
Piso de soltero multimillonario
El extremo más alto del mercado inmobiliario en Los Ángeles ha tenido una especie de boom de la construcción en los últimos años, con desarrolladores en Bel-Air, Brentwood y Beverly Hills derribando casas antiguas para construir mansiones lujosas, algunas con cines caseros y clubes nocturnos privados, a menudo para compradores desconocidos.
Estas casas de especificaciones contemporáneas blancas, tipo caja de vidrio, están diseñadas para maximizar las vistas y atraer a una clase de multimillonarios globales en expansión que acuden al área. Muchas de ellas tienen un precio de US$100 millones o más, muy por encima del precio que Ecclestone pagó por la mansión hace una década.
Palmer dijo que la mayoría de las casas recién construidas de nueve cifras que la pareja ve en Los Ángeles son básicamente pisos de solteros de alta gama.
Un ejemplo de ello es Billionaire, una casa de Bel-Air construida especulativamente por el diseñador y desarrollador de bolsos Bruce Makowsky que contaba con un helipuerto en el techo y que se cotizó por US$250 millones en 2017. Esa misma propiedad dos años más tarde se vendió por US$94 millones.
La nueva vivienda de Ecclestone y Palmer
En los últimos años ellos decidieron reducirse. La pareja pagó US$22,7 millones por una casa de campo moderna de 5500 metros cuadrados al otro lado de la calle de LeBron James. Ahora están más cerca de la escuela de la hija mayor de Ecclestone. “La gente escribe sobre esto como si viviéramos en una tienda de campaña en Brentwood”, dijo Palmer.
La casa de Brentwood es una especie de experiencia de marca, que es, no por casualidad, cómo describen el servicio que quieren brindar a los clientes. A esta propiedad la llamaron Vita Nova, para representar su nueva vida juntos.
Los visitantes ingresan a través de una puerta adornada con el nombre en una fuente distintiva. Un guardia de seguridad recibe a las visitas vistiendo una camiseta con el logo de Vita Nova, sosteniendo un portapapeles con un acuerdo de no divulgación. Hay velas Vita Nova y toallas Vita Nova e incluso un aroma característico de Vita Nova, una sutil mezcla de coco y lavanda.
Un equipo relativamente reducido de alrededor de una docena de personas administra y dirige la casa desde las dependencias del personal que se convirtieron en un garaje para 10 automóviles. El área incluye varias oficinas con paredes de vidrio, una sala de descanso y un sector de lavandería de nivel profesional que también puede manejar la limpieza en seco.
Palmer, cuyas oficinas de la empresa también se encuentran en este espacio, dijo que a menudo prueba a posibles empleados domésticos en su propia casa para ver si trabajan bien antes de colocarlos en la casa de un cliente.
Un desafío: encontrar el personal adecuado. Como ocurre con muchas industrias que se recuperan de los efectos económicos de la pandemia, el mercado laboral para el personal doméstico es acotado. Algunas familias ricas que despidieron empleados durante la pandemia han tenido dificultades para volver a contratarlos.
Aunque la pareja dijo que finalmente se sienten instalados en su nuevo hogar, Ecclestone comentó que su flamante empresa la ayudará a eliminar su deseo de buscar una vivienda nueva. Por su parte, Palmer dijo: “Estoy muy apegado a esta casa y me encanta. Pero si podemos sacar provecho de esta propiedad. ¿Por qué no seguir moviéndonos? En un punto, esto es algo emocionante.”
Actualmente, Ecclestone también es propietaria de una mansión georgiana del siglo XVIII en Londres, según la pareja, que se vende por unos US$200 millones.
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