La propiedad de 929 metros cuadrados tiene 34 celdas con baños
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Vagones de trenes, micros escolares y contenedores marítimos. Cada día es más común ver cómo estructuras que terminan con su vida útil se reversionan para introducirse en el mundo del real estate. Muchas veces estas transformaciones se dan por la voluntad de vivir en edificaciones sustentables y recicladas pero en otras ocasiones surgen a partir de oportunidades de negocio.
Un caso que recorrió el mundo es el de una cárcel en Misuri, Estados Unidos, que después de apenas un mes de salir a la venta ya encontró un comprador. Se trata del Centro de Cumplimiento de la Ley y Centro de Detención, también llamado Cárcel del condado de Cass Missouri, que estuvo abandonado durante los últimos 20 años.
“Se ha utilizado como espacio de almacenamiento en el condado y ha estado vacante”, dijo al medio The Post, Paula Voss, la broker que tenía a cargo la venta de la propiedad. La especialista en bienes raíces contó que la cárcel se había vendido dos años atrás en una subasta y que dicho comprador iba a transformarla en un complejo residencial. Sin embargo, Voss relata que los planes dieron marcha atrás y optaron por ponerla a la venta.
El flamante inversor desembolsó US$195.000 para darle una nueva vida a la construcción de 929 metros cuadrados, ya que planea hacer un lugar de entretenimiento en el que haya un lugar para hospedarse y alquilar temporalmente. No se ha utilizado durante más de 20 años. Así lo confirma Voss, quien dijo al medio que el nuevo dueño tiene entre manos un plan para reformar la propiedad “en varias opciones de generación de ingresos, desde un Airbnb hasta un espacio comercial y un complejo de departamentos”.
Si bien su identidad todavía no fue revelada, habló de su proyecto en un comunicado y admitió estar en búsqueda de socios que los acompañen en el emprendimiento. Pero el misterioso comprador no fue el único interesado en la propiedad. Voss compartió haber tenido más de 350 consultas por el inmueble que resultaron ser más de las que ella esperaba.
Cómo era la cárcel
Recién empezaba la década del 60 cuando se inauguró la cárcel, emplazada en una esquina de 2000 metros cuadrados. La mita del edificio estaba destinado a oficinas con “un lote cercado muy seguro en la parte trasera de la propiedad”.
La discontinuidad en el uso de la cárcel se generó a partir del gran crecimiento poblacional en el pueblo de Harrisonville. Cada vez más gente habitaba la zona y se hallaron en la necesidad de construir una cárcel más grande. La nueva infraestructura se llevó a cabo a cinco minutos del ex centro.
Desde ese entonces, la cárcel original pasó a ser un esqueleto de cemento abandonado que no sumaba ni aportaba a la vida vecinal. “La intención de Harrisonville es realmente actualizar y mejorar su área cuadrada histórica. Y esta cárcel que está a la venta está justo al lado de la plaza”, sostuvo Voss, y en ese sentido agregó: “Entonces, en los últimos dos años, se ha visto un gran crecimiento y una gran cantidad de ventas y vecinos que están mejorando edificios y restaurantes”.
A pesar de haber estado deshabitada, el dueño se encargó de limpiarla y pintar su fachada en el tiempo. Incluso fue el sitio elegido para filmar la película Solitary Confinement (estrenada en 2022) en la que, como su nombre lo indica, su protagonista es encerrado en soledad después de ser sentenciado a 25 años de prisión por robo agravado y homicidio grave.
La locación fue ideal para el rodaje ya que la cárcel todavía mantiene su apariencia original: hoy en día siguen en pie las 34 celdas con inodoros y lavabos.
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