En sus habitaciones se hospedaron personalidades argentinas destacadas del siglo XX; cuánto piden los dueños y qué ofertas recibieron
- 3 minutos de lectura'
Tras dos años sin actividad por la pandemia de coronavirus, uno de los hoteles porteños más emblemáticos acaba de colgar el cartel de venta. Conservado con el mobiliario original durante más de 90 años, el Hotel Castelar hospedó a figuras argentinas destacadas del siglo XX tales como presidentes, ministros, escritores y artistas. Ahora, el inmueble ubicado en Avenida de Mayo al 1100, a pocas cuadras del Congreso de la Nación, cambiará de manos. Por el mismo, los dueños piden US$7 millones.
El tiempo parece haberse detenido en esos casi 10.000 m² distribuidos en 14 plantas. Es que por dentro todo se mantiene igual que cuando se inauguró, en 1929. “Las arañas son de cristal, todas traídas desde Europa. También hay distintos tipos de mármoles, que llegaron desde Italia. Las escaleras y los pisos se conservan como en los inicios”, cuenta a LA NACION Ana Simeone, titular de la inmobiliaria homónima que comercializa la unidad. Dice que además tiene, entre otras cosas, una planta para lavar sábanas con maquinas de principio de siglo que aún funcionan, calderas y hasta una carpintería donde se reparaban los muebles del hotel.
Está dividido en más de 150 habitaciones y cuenta con spa, una terraza con vista al río, salón de eventos con capacidad para 240 invitados, un restaurant e incluso un café en la planta baja con salida a la calle que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires declaró “Bar Notable”. Hasta que cerró sus puertas, el 9 de mayo de 2020, el hotel funcionaba como un alojamiento cuatro estrellas, aunque en sus inicios se inauguró con la categoría de cinco estrellas. “Los dueños no querían alojar a pacientes de coronavirus y prefirieron cerrarlo”, informa Simeone. Ahora, el inmueble se vende en bloque con todo el mobiliario original.
El edificio es obra del arquitecto italiano Mario Palanti, quien proyectó también el Palacio Barolo. Lo construyó el ingeniero José Pizone. Fue inaugurado con el nombre de Hotel Excelsior. “Desde allí se transmitía una de las primeras radios de la Argentina, Radio Excelsior”, cuenta la broker. La historia que atesora el inmueble es invaluable. En 1933, tuvo como huésped al escritor español Federico García Lorca, quien permaneció allí hasta marzo de 1934. Su habitación, ambientada por el Gobierno porteño, podía visitarse hasta antes de la pandemia y desde la inmobiliaria consideran que, aunque la propiedad cambie de dueños, eso se sostendrá.
Por el hotel también pasaron escritores como Oliverio Girondo y Alfonsina Storni, el artista Carlos Gardel y los expresidentes Arturo Frondizi y Marcelo T. de Alvear. “Toda la elite argentina estuvo ahí”, asegura Simeone y hace hincapié en el valor histórico del inmueble. “Por el spa del hotel pasaron presidentes, ministros y diputados que tenían su sector de boxes con una placa con su nombre impreso en bronce, que aún se conserva”, cuenta. En esa línea, sostiene que construcciones de ese estilo “no van a volver a hacerse nunca más en la Argentina”.
La propiedad, que pertenece a descendientes de una familia acaudalada de principios del siglo pasado, tiene en total 169 unidades funcionales y desde la inmobiliaria señalan que existe la posibilidad de convertir las habitaciones en monoambientes, algo clave dada la ubicación estratégica. “También se podría reformular como apart hotel y usar el resto de la superficie de forma comercial”, indican. Por el momento, evalúan dos ofertas. Una de ellas es de un inversor europeo que, según explicaron, “quiere comprarlo porque cree que en caso de desatarse una guerra en su continente, la Argentina podría ser un excelente país receptor”.
Otras noticias de Hoteles
Más leídas de Propiedades
Créditos hipotecarios. Un nuevo banco se suma a los que dan préstamos UVA y acepta sumar los ingresos de 4 personas
Historias. La insólita decisión que tomó un empleado de Google porque no podía pagar el alquiler
Conecta Palermo con Colegiales y Belgrano. La historia detrás del puente de 1916 que fue construido para el tranvía
"Pensé que veía tiburones pero no...". La historia detrás de la única casa de la costa diseñada por Clorindo Testa: dónde está