Se ubica en San Patricio del Chañar, en el departamento Añelo. Está distribuido en un eje de 2000 hectáreas de viñedos plantados en espaldera baja; la facturación estimada para este año es de 384 millones de pesos
San Patricio del Chañar es una localidad del departamento Añelo, en la provincia de Neuquén, ubicada a 45 kilómetros al norte de la capital y a la vera del río Neuquén. Conforma junto a Centenario, Vista Alegre, Neuquén, Plottier, Plaza Huincul, Villa El Chocón y el Lago Los Barreales, la denominada ruta del vino, manzanas y los dinosaurios.
En este punto se desarrolla, sobre alrededor de 2000 hectáreas de viñedos plantados en espaldera baja, tecnología con riego por goteo, un canal de 20 kilómetros desde el río Neuquén, para asegurar que cada planta tenga exactamente la cantidad de agua necesaria, el polo bodeguero patagónico. A esta altura es un foco consolidado y se estima que este año culmine con una facturación de 384 millones de pesos, superando a 2015, que totalizó 295 millones de pesos.
“Siempre todo fue pensado para producir vinos de alta calidad enológica, y a 20 años del inicio de este proyecto, podemos decir que ese objetivo se ha cumplido. Todos los vinos que salen de San Patricio son de alta calidad”, dijo Julio Viola, fundador y propietario de Bodega Del Fin del Mundo y Bodega Malma en sociedad con la familia Eurnekian. Y agregó: “En la región trabajan enólgos reconocidos mundialmente como Michel Rolland y Paul Hobbs que vieron la calidad y el potencial de la zona”.
En todo este polo actualmente se emplean alrededor de 1000 personas y se estima que se generan tres puestos indirectos de trabajo por cada uno directo, también mujeres. El desarrollo de San Patricio del Chañar se hizo pensando en generar no solamente una industria renovable, sustentable y con valor agregado sino capaz de asociares y potenciar el turismo en la región. Neuquén es una provincia con atractivos naturales muy importantes, con una industria turística creciente. Hay varios centros de ski como Chapelco, Caviahue, Cerro Bayo, pesca con mosca como en Junín de los Andes o el río Correntoso, lagos, volcanes, termas, yacimientos paleontológicos y arqueológicos.
“Todos estos atractivos hacen de Neuquén un destino muy interesante y si a eso sumamos el vino y la gastronomía, se forma un paquete completo. Por eso es tan importante trabajar en la identidad enológica y gastronómica de la región”, amplió Viola.
Entre el año actual y el anterior se invirtió en la expansión de la champañera. “Creemos que dada la gran calidad del pinot noir de la zona y que somos unos de los principales productores de esta variedad a nivel nacional, podemos hacer vinos espumosos sobresalientes”, expresó Viola. Sobre el futuro, comentó: “Superarnos es nuestro desafío y eso requiere de mucho trabajo e inversión en recursos humanos y tecnología aplicada a la producción y a la búsqueda de nuevos horizontes en la elaboración de nuestros productos premium”.
Las ventajas de este polo son el nombre Patagonia, reconocido en todo el mundo y asociado a naturaleza. “Se suma que las bodegas están diseñadas para producir exclusivamente vinos de alta calidad. No hay los conocidos de volumen. Se busca identificar las características propias del terruño. El tipo de clima para los cultivos no requieren la aplicación de agroquímicos y que por las características de riego, el agua utilizada es la justa y necesaria haciendo de la viticultura una práctica sutentable y amigable con el medio ambiente”, opinó Viola.
Al ser una región pequeña, con pocas bodegas y estar lejos, a veces cuesta promocionar los vinos o el destino Patagonia por eso se organiza una nueva entidad llamada Wines of Patagonia, justamente para promocionar en conjunto nuestros vinos en el mundo. Además, la zona de San Patricio del Chañar está lindera al valle frutícola de producción tradicional de manzanas, peras y frutas. Las bodegas lugareñas exportan principalmente a Estados Unidos, Europa y América latina. “En Bodega del Fin del Mundo exportamos a 33 destinos y actualmente lideramos las exportaciones de toda la Patagonia”, afirmó Viola.
La Patagonia como región tiene un precio FOB más alto que el promedio de Argentina y esto tienen que ver con la calidad, que es el resultado de producción y exportación exclusiva de vinos de alta calidad. “Actualmente estamos reiniciando las exportaciones que, debido al tipo de cambio y sobre todo a la falta de acuerdos con otros mercados, habían quedado estancadas. Venimos de una época muy difícil para las economías regionales. Tratamos de recuperar los años perdidos con mucho esfuerzo. Reabrir un mercado a veces es más costoso que hacerlo de cero. Ahora, tenemos un mercado de exportaciones que se abre lentamente, y uno interno con el consumo algo parado debido a las situaciones que todos conocemos”, detalló Viola.
En un principio, se tomaron algunas medidas que parecía que iban a reactivar las exportaciones, como la actualización del tipo de cambio y el tema de los reintegros, pero otras circunstancias dificultaron la recuperación de la competitividad. “Creemos que este gobierno apostará a las economías regionales porque antes de las elecciones se interesaron por las necesidades del sector. Es fundamental trabajar en acuerdos con otros países como los tiene Chile y suponemos que eso es algo que se va a dar en breve en base a las señales que se están dando. No sabemos si será con o sin Mercosur”, dijo el bodeguero.
Reabrir un mercado a veces es más costoso que hacerlo de cero. El sector necesita que Argentina sea un país competitivo en la producción. “En argentina necesitamos tomar como ejemplo lo que hicieron países como Chile, que tiene acuerdos multilaterals con los principales mercados importadores de vino, para que los aranceles no terminen afectando el precio de góndola, la competitividad de los productos y mantener políticas adecuadas”, concluyó Viola.