Avanza el Parque Industrial del Buen Ayre en el que ya operan 10 empresas y se levantan las obras civiles de otras que apostaron por el lugar; la etapa dos en marcha
Los complejos fabriles siguen ganando espacio en el sector productivo de nuestro país. Entre los que muestran bastante actividad y crecimiento se encuentra el Parque Industrial del Buen Ayre (PIBA), que está en Martín de Gainza al 800, partido de Moreno, cerca del cruce del Camino del Buen Ayre y el Acceso Oeste.
El desarrollo de este establecimiento ya demandó más de 10 millones de dólares en obras que incluyeron los accesos y otras áreas de infraestructura vitales para que puedan operar varias compañías en forma simultánea. Está diseñado en 30,5 hectáreas. Ya operan 10 empresas, 7 están en obras de ejecución de sus naves y otras comenzarán la edificación entre el último trimestre de 2016 y el próximo año.
Al respecto, Guillermo González, de Santiago González Inmuebles, la comercializadora y una de las firmas impulsoras del PIBA, puntualizó, que “las obras marchan a buen ritmo y no quedan lotes en venta. Por suerte, tuvimos muy buena respuesta de las empresas desde el primer momento. Algunas son compañías que ya operan en la zona y se reubican en el parque y otras son nuevas. Sí hay naves en alquiler a razón de 7 dólares por m2”.
Llama la atención desde el ingreso al PIBA los edificios de oficinas que están distribuidos para que las empresas puedan tener sus espacios allí como también las puedan ocupar otros profesionales que de alguna forma estén ligados con las firmas que operan en el parque. También allí habrá dos bancos y restaurantes para satisfacer la demanda.
Algunas de las empresas que confiaron en el PIBA son las siguientes: Famiq (caños de acero); Hellermann Tyton Arg. (precintos de plástico); LEsedife (marroquinería); Valtellina Sud América (cables y postes para telefonía); Pat Food (distribuidora de alimentos); Las Margaritas (insumos para las peluquerías y belleza de la mujer); Logísticas de calzado; Logísticas de electrodomésticos, y, Faraon (fabrica de Ojotas). “Se puede afirmar que se combinó un mix de fábricas con empresas de logística. Hay que tener presente que el complejo está cerca de rutas muy importantes y el Oeste empieza a consolidarse en un eje muy demandado”, amplió González.
Tras el éxito del PIBA, surgió la etapa 2, que está en plena ejecución de movimiento de suelos e instalación de cañerías para que funcionen bien las redes de servicios (como agua, electricidad y gas industrial, por ejemplo), y a unos 500 metros del ya consolidado, se encuentra la ampliación con el PIBA 2 en 14 hectáreas (y este complejo utilizará las oficinas y áreas comunes del 1). Allí si quedan lotes en venta de 2600 a 5000 m2 en 150 dólares el metro cuadrado.
Sobre el diseño
En tanto que el profesional Tomás Maza, titular de Etmarquitectos, del estudio que proyectó y dirige las obras del PIBA, indicó, que existen conceptos básicos y fundamentales que se aplican a la hora de diseñar un parque fabril moderno. “El primer desafío a resolver es el impacto de llegada al parque, o sea, el pórtico de acceso, que debe ser contundente y funcionalmente simple y claro. Este edificio debe concentrar la seguridad y seguramente las áreas de administración”.
“El segundo paso es la resolución de la infraestructura general, como las instalaciones (redes, acometidas externas y distribución interna), y, las de servicios (banco, gastronomía, recreación, shop, librería, correo, etc.) ubicados en zonas comunes con prestaciones para los socios y visitantes, incluyendo playas de maniobras y espera de camiones, entre otras posibilidades”, amplió.
Otros aspectos claves son la ubicación. El cuidado ambiental tanto en la producción como en el tratamiento de efluentes, y la seguridad perimetral. “El máster plan, se caracteriza por el modelado de las calles con sus curvas y articulaciones con rotondas que generan un paisaje urbano de sorpresas donde los edificios aparecen parcialmente y en su totalidad a modo de collage, y el segundo punto es el tratamiento de las pieles de los galpones, dándole a cada uno una identidad. “Los recursos utilizados son colores, texturas y diferentes tratamientos de los cierres de chapa y vidrio teniendo como resultado galpones boutique”, concluyó.
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