Adaptan las oficinas según la cantidad de metros que quiera el cliente y los precios parten desde los US$130.000; cómo lo hacen
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La secundaria es un semillero de amistades. Recién empezaba la década del 2000 cuando tres amigos, Patricio Rozenblum, Marcelo Saul y Guido Cabrosi, finalizaban más unidos que nunca su primera etapa educativa. La vida profesional los separó en distintas carreras -Publicidad, Contaduría y Administración de Empresas- pero su afianzada relación y espíritu emprendedor los llevó a unir fuerzas y a sus 21 años fundaron la empresa Baires Apartments. La compañía que, en muy poco tiempo pasó a liderar el rubro de alquileres temporarios de departamentos amoblados en la ciudad de Buenos Aires. En 2006 viraron el timón hacia la parte más dura del rubro inmobiliario, la compraventa, y luego al negocio de los desarrollos. Con esta evolución, fundaron juntos Grupo Oslo, un conjunto de empresas conformado por Oslo Propiedades, PBG Desarrollos y Baires Apartments que se especializa en la ejecución de proyectos de construcción servicios de compraventa de usados y alquileres tradicionales. Hoy llevan ocho emprendimientos desarrollados.
El último es Azur, un edificio de US$10 millones de inversión, ubicado en pleno Palermo Nuevo, tiene nueve pisos y 6000 metros de oficinas con la particularidad de adaptarse a los metros cuadrados que necesite el cliente. ¿Cómo lo hacen? Cada nivel está predividido en siete módulos, cada uno de 55 m², que, quienes compran en pozo, pueden unir o separar a pedido.
Por otro lado, si el edificio ya está construido y dividido, la oficina se vende y el nuevo comprador que quiera un tamaño distinto al existente puede volver a modificar el espacio con las limitaciones de las otras oficinas que haya en ese piso. ¿Cómo hacen? El secreto es usar “losas sin vigas -significa que si sacás la pared no queda una viga donde estaba la pared que dividía- y paredes divisorias de durlock. Implica también algunas adaptaciones con los núcleos de los baños”, detalla Marcelo Saul, director comercial del grupo Oslo. “Como no hay nada en el techo, es como una caja y se puede mover”, resume.
En caso de no querer una medida estandarizada y solicitar un metraje intermedio entre dos módulos, las oficinas también se pueden diseñar a medida. Para eso, se cambia el lugar “donde ubicamos la pared divisoria que hace que la superficie te dé la cantidad de metros que estás buscando. En ese caso, vamos a tener que readaptar el sobrante y del otro lado se une al resto de los metros”, explica Patricio Rozenblum, licenciado en Publicidad.
El proyecto Azur que estaría listo para fines de 2023, el metro cuadrado promedia los US$2700, aunque puede encarecerse en los pisos más altos. Teniendo en cuenta que cada módulo consta de 55 m², las oficinas más baratas de estas medidas parten desde los US$130.000. El rango se extiende hasta espacios de 460 m² (una planta entera) que puede llegar a costar hasta US$1,5 millones. El plan de pago se esquematiza con un 40% de anticipo en dólares o pesos convertidos a dólar blue y el resto se paga en cuotas actualizadas por CAC o cuotas fijas en dólares, según explica Guido Cabrosi, uno de los socios. Sin embargo, la facilidad de readaptar el espacio permite que los compradores no tengan que definir de antemano el espacio que quieren comprar, sino que después se puede “levantar y tirar durlock que es facilísimo y barato, sin complicar la obra”, define Rozenblum.
Si bien el edificio está pensado para uso profesional, también es apto para viviendas. Dependiendo del espacio del que quiera disponer el comprador, estos también pueden unir de uno a siete módulos para armar monoambientes de 55 m² o viviendas más grandes de hasta 460 m².
Además este proyecto incluyó balcones en todas las unidades, que se extienden en sus 32 metros de frente, un espacio inusual en los edificios de oficinas. “Entre los amenities también contará con un bicicletero por unidad, una terraza verde grande para desayunar, almorzar y tener reuniones. Además, tenemos dos subsuelos de cocheras, todas con enchufe para conectar autos eléctricos. Va a haber una batería de alto rendimiento como las que usan los coches eléctricos en vez del grupo electrógeno tradicional para abastecer partes comunes del edificio, como los molinetes, ascensores y entrada biométrica, y todas las unidades van a tener cerradura electrónica. Además, habrá una sala de reuniones modular en el primer piso, que vas a poder armar como una sala grande o dividirla para tener dos mas chicas”, agrega.
Adaptarse al mercado
“Las ventas que tuvimos hasta ahora fueron muy diversas: hubo modulo simples, dobles, triples y seguramente a algunos le interese comprar la planta entera. Lo que más piden es el doble módulo que tiene una superficie de 118 m²”, comenta Rozenblum, y especifica que para este modelo se debería pagar alrededor de US$300.000. El éxito de la personalización del espacio también se extendió a los 20 metros de locales que hay en la planta baja, todos reservados .
Esta innovación es una respuesta al mercado que busca personalización en los espacios. “Nos dimos cuenta de que la posibilidad de modular las plantas ofrecía mucho más versatilidad a la hora de salir a comercializar”, analiza Rozenblum.
En términos de competencia, Rozenblum observa que “no hay muchos proyectos que lo hagan”. Opina que “tiene que ver con una adaptación que hace el mercado para encontrar a los distintos clientes y momentos de la obra, porque no es lo mismo vender un departamento en pozo que uno terminado. Hay productos que tienden a venderse más con la obra avanzada y otros en pozo, entonces es la búsqueda de encontrar a todos los mercados a tiempo”, considera.
Los socios también tienen entre manos dos proyectos residenciales: uno en Palermo Hollywood y otro en Belgrano, de los cuales sólo el primero se realizará bajo el mismo concepto versátil de la personalización de espacios . “Lo que podemos hacer es que en un mismo piso en el que hay un departamento de dos ambientes y otro de tres, todo se transforme en una planta de cinco ambientes. Esas cosas se pueden habilitar y se arman de una manera para que los baños puedan modularse de esa forma”, proyecta. Sin embargo, los tres socios destacaron que realizar este tipo de innovación en edificios residenciales presupone muchas más barreras arquitectónicas y municipales que impiden a veces su reglamentación.
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