Un fenómeno en Europa que comienza a desplegarse en Argentina para el mundo laboral post pandemia
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La pandemia cambiará la vida de las personas y la relación que tienen con sus trabajos. En este nuevo contexto, surge un nuevo tipo de oficina: la satélite. Se trata de espacios de trabajo que funcionan como un complemento de la oficina central de la empresa. La tendencia es mundial y se desarrolla con mucha fuerza en ciudades como Nueva York, Londres y Ámsterdam, entre otras. Poco a poco, el fenómeno se comienza a observar en la Argentina.
Las oficinas satélites representan una solución porque, si bien a esta altura muchas empresas se dieron cuenta de que el home office funciona, también comprendieron que resulta vital contar con un espacio de trabajo propio -quizá más pequeño o funcional pero que ofrezca todas las soluciones que requiere la nueva normalidad-. Para aquellos que estén interesados en este tipo de inmuebles aquí van algunos consejos que pueden ayudar a decidirse por la opción más conveniente.
- Ubicación. En este tipo de proyectos, como en casi todos los inmobiliarios, la prioridad es la ubicación. Las oficinas satélites deben tener buena accesibilidad y estar localizadas en zonas que cuentan con una buena oferta de transportes públicos. Entre los barrios más buscados se destacan: Palermo, Núñez, y también el Distrito Tecnológico en Parque Patricios.
- Plantas amplias y libres. Aquellos que buscan este tipo de proyectos deben apuntar a edificios de oficinas de Clase B que ofrezcan plantas libres de 500 metros cuadrados o más, capaces de ofrecer una densidad de empleados baja o media, acorde a las nuevas disposiciones y protocolos que impuso el coronavirus. Previo a la cuarentena, los metros cuadrados normales por persona se estimaban entre seis y ocho. Hoy el cálculo -que impone distancia social sugerida- va entre 12 y 16 metros cuadrados.
- Equipamiento. Hasta el momento la mayoría de las compañías que demandan las oficinas satélites son empresas que están reduciendo espacio o buscando alternativas más económicas. Para defender mejor los precios, el mercado comenzó a ofrecer espacios totalmente equipados. Esta alternativa demanda que los potenciales inquilinos no sólo evalúen con detenimiento el inmueble sino también el equipo con el que éste se entrega.
- Buena conexión de internet. Las oficinas satélites tienen que presentarse como una solución a los problemas que ofrece el teletrabajo, y uno de los principales inconvenientes con los que se encuentra el home office suele ser la conectividad. Es por ello que estos espacios deben contar con un servicio de Internet rápido y de buen alcance, tanto en los sectores de trabajo como en las áreas comunes.
- Amenities aptos para el trabajo. Este tipo de oficinas de dimensiones más acotadas debe encontrarse en edificios que cuenten con amenities y áreas comunes (salón de usos múltiples, áreas de encuentros, por ejemplo) que permitan realizar reuniones tanto internas -con los empleados- como externas -con clientes de la firma-.
- Gastos fijos. Aunque este tipo de proyectos se encuentra en edificios que suelen demandar menos erogaciones que los corporativos es importante, antes de adquirirlo, informarse bien sobre el valor de las expensas ordinarias y, también, el de las extraordinarias -actuales y venideras-, con el fin de tener una clara previsión de gastos.
- Precios. Las oficinas satélites tienen un costo de alquiler que ronda entre los US$15 y los US$20 por metro cuadrado, lejos de los US$28 o US$35 que exige una oficina triple A.
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