Un local que es también casa en un árbol, otro que remite a un granero, y un árbol rosa en medio de un bar que invita a tomarse selfies: cuando la arquitectura y el diseño convocan desde la originalidad
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¿Es posible salir del molde del clásico local gastronómico? El concepto de experiencia se instala a la hora de elegir un lugar para comer y las propuestas estéticas creativas se convierten en el mejor aliado para acompañar la degustación de nuevos sabores. En esta línea, muchos locales trabajan para ofrecer un entorno estimulante. Lucas Villalba, creador del ya emblemático local de tortas Moshu, en Saavedra, no es de los que se quedan quietos.
En plena pandemia emprendió junto a su socio, Guillermo Blumenkamp, la construcción de Moshu Treehouse, en Palermo. El local, como su nombre lo indica, evoca una cálida casa en un árbol, ideal para quienes disfrutan de la naturaleza y del espíritu lúdico de la infancia ¿Y qué mejor que una exquisita porción de torta en este ambiente único, para hacer feliz a nuestro niño interno?
Ubicado en una antigua casona de Palermo, la ambientación de Moshu Treehouse no deja ningún detalle librado al azar. El uso de la madera, los mobiliarios reciclados, o la importancia de las plantas, que caracterizan a Moshu Saavedra -donde Lucas Villalba trabajó la ambientación junto a su madre- fueron la base para trabajar el local de Palermo. Guillermo Blumenkamp cuenta que lo hicieron junto al estudio de arquitectura Hitzig Militello.
”El concepto del Treehouse, de la casita del árbol, fue nuestra idea, y ellos a partir de ahí desarrollaron todo lo que uno ve y que concibieron, que tiene que ver con los guiños de materiales que ya tiene Saavedra. La idea era respetar la estructura del espacio, llegar hasta el hueso de la casa y con el concepto de undercontruction dejar expuesta a esa vieja casona de Palermo de la época de borgiana, respetando también la idea de Buenos Aires y la casa chorizo de época”.
Moshu luce paredes de ladrillos, maderas de andamios, hierros de obra y tejidos metálicos. El patio principal cuenta con múltiples ventanas construidas bajo la inspiración de enfriar el pastel junto a la ventana, algo que evoca a la antigua forma de la pastelería americana que fundamenta su propuesta, según explican. En el salón principal, destacan los revestimientos en los arcos de entrada y el back de barra del salón principal, elaborados con cilindros de cartón -donde se envasaba el dulce leche- y decorados de manera simbólica con batidores y cernidores de harina antiguos.
En el piso superior proyectan abrir próximamente un nuevo espacio de bar nocturno: “El espacio se vuelve una atracción en sí mismo, la gente pasa caminando y mira para arriba y ve toda esa obra, esas cajas subiendo hasta el Treehouse, el hermoso patio o las poltronas antiguas, y quiere entrar. Después, una vez adentro, se vuelve loco por las tortas”, apunta el socio de Moshu Treehouse, quien destaca también el efecto positivo que generan en redes las fotos que suben los clientes.
También en la zona de Palermo, Lado V parece destinado a sumar selfies y likes. No es casual, Santiago Olivera, socio y creador de este local, es fotógrafo, y su mirada artística imprimió en cada rincón un estímulo atractivo. Olivera cuenta que le gusta mucho decorar con luz y convocar distintos artistas con diferentes técnicas para plantear sectores fotográficos.
La ambientación del local se caracteriza por el uso de color neón y el protagonismo del rosa superbrillante. “Lado V apunta a un público joven desde una propuesta 100% porteña y plant based. Queríamos que fuese atractivo, que las personas quisieran tomarse fotografías, eso lo tuvimos presente desde el primer momento. A diferencia de todos los locales que piensan en spots “instagrameables”, nosotros buscamos ir más allá y crear un local que también fuese dinámico, que no se quedara con un único lugar llamativo.
Por eso, cada cuatro meses aproximadamente vamos rotando escenografías”, cuenta Olivera. Entre las últimas novedades, menciona el “salón pink”, un espacio en el que Olivera quería colocar un cerezo. Luego de trabajar con la ayuda de un creativo, armaron este espacio rosa que se distingue por un imponente tronco natural lleno de flores de estilo cerezo a las que sumaron sofás y sillas a tono. Hoy, este rincón se lleva toda la atención, y es donde se generan más reservas, según comenta Olivera.
Toque natural
Saber aprovechar el entorno y potenciar su magia es siempre un acierto. En Rincón de Milberg, Tigre, Granero destaca con una propuesta de estilo rural que combina huerta propia, horno de barro, carnes y pastas hechas a mano en un espacio rústico y natural donde predominan los materiales antiguos. El local fue construido sobre un terreno virgen a partir de elementos de desarmaderos de la zona, maderas rústicas y chapas de campo rescatadas.
“Nos pareció que era la ambientación ideal, sobre todo por la ubicación, es un espacio donde predomina lo verde y una zona que fue de chacras de cultivo no mucho tiempo atrás. No queríamos perder la esencia de que fuera realmente un granero”, dice Darío Pombo, socio y encargado de la ambientación de Granero, quien confiesa que el proceso fue muy divertido, ya que uno de los socios es admirador de elementos antiguos y materiales en desuso, que se usaron sobre todo para la decoración, en la que trabajó además un equipo de diseñadores y arquitectos. Los espacios amplios, desarrollados en comunión con el entorno exterior, aportan comodidad e invitan a vivir una experiencia relajada. El contacto con el verde es un ingrediente esencial también en este sentido.
Combinar pasiones puede ser otra forma de crear un espacio original. Es el caso de AVG Electric Café, un nuevo local en los Arcos del Rosedal del lago de Palermo dedicado a foodies y melómanos. Además de su propuesta gastronómica -donde destacan cafés de especialidad y cócteles acompañados de recetas simples de calidad-, aloja una tienda de discos y se prepara para organizar atractivos ciclos musicales al aire libre.
“Se buscó hacer algo diferente, que al mismo tiempo pudiera convivir dentro de un paseo comercial como es los Arcos del Rosedal. Nuestra idea principal es que la planta cerrada sea un espacio abierto, y que pueda estar conectada con las dos terrazas que tenemos. Buscábamos un espacio flexible, que pudiera adaptarse a los diversos usos y público. En el interior del local conviven una radio, un vinyl store y un salón compuesto por cuatro boxes semicirculares de madera y cuero, que mediante carpinterías plegadizas, puede integrarse a ambas terrazas exteriores”, cuenta Nicolás Igot, director de marketing del lugar, quien destaca que al ser un espacio abierto cuenta con mucha luz natural y conexión con el exterior.
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