Una de las últimas películas del Agente 007 tuvo como escenario al One&Only Ocean Club Resort de la cadena Four Season, el cual volvió a entrar en actividad luego de estar cerrado durante la pandemia
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Desde su apertura en 1962, el hotel de lujo de la cadena Four Seasons en Bahamas, The Ocean Club, funcionó como un patio de recreo para celebridades y viajeros exigentes. Ubicado a lo largo de un tramo de ocho kilómetros de playa natural de arena blanca aislada del mundo, con edificios íntimos de poca altura repartidos en 14 hectáreas de jardines inspirados en Versalles, este paraíso no pasó desapercibido para los productores de la saga de James Bond.
El complejo formó parte de la primera película de Daniel Craig como el agente secreto 007, Casino Royale, en el año 2006. Incluso luego de la filmación, el restaurante Dune, del Ocean Club, comenzó a ofrecer un cóctel “Casino Royale”, una combinación de vodka, ginebra y vino.
Aunque estuvo un tiempo inactivo durante la pandemia, aprovecharon la oportunidad para renovarlo y ya se encuentran disponibles sus 40 habitaciones y 10 suites, con precios desde los US$1900.
Durante la película, vemos a Bond caminando por el área de recepción, jugando póquer en la biblioteca y explorando los jardines con aires parisinos. Los caminos de piedra lo llevan a través de un paisaje de varios niveles, donde flores de todos los colores aparecen en cada rincón.
Lo más sorprendente es que para rodar la película no fue necesario modificar nada del hotel. Su estilo colonial se mezcla con una estética de lujo así como incorpora piezas únicas como un claustro agustino del siglo XII traído desde Francia piedra a piedra.
Pero la mayor belleza, sin duda, es la que se ve desde cualquier rincón del hotel: el Caribe. Impresionantes panoramas, aguas turquesas y exuberantes jardines esperan a sus visitantes.
Entre sus habitaciones se incluyen bungalows ubicados entre el follaje tropical. Incluyen pileta de inmersión y están pensados para un grupo de amigos o familiares que desean alejarse de todo. La sala de estar y el comedor se complementan con dos dormitorios, cada uno con su propio baño.
También cuentan con villas frente al mar con su propia piscina infinita privada de techos abovedados, maderas nobles y pisos de mármol pulido en todas sus opulentas áreas de estar y comedor, así como su cocina completa y tres dormitorios.