Arrancó con un préstamo de $40.000 hace 15 años, su negocio de storage en contenedores se potenció en la pandemia e invirtió US$400.000 para seguir creciendo
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Emprendedor nato, Juan Luis Basombrío es el presidente y fundador de U-Store, una firma que se dedica al alquiler de contenedores marítimos como espacio de guardado. “Jamás viví de un sueldo fijo”, afirma el empresario que, en diez años, se convirtió en uno de los referentes del sector del storage en la Argentina. Arrancó hace 15 años con un préstamo personal de $40.000 a 36 meses que obtuvo su esposa. “Con ese dinero compré ocho contenedores marítimos y los comencé a alquilar para los campamentos de petróleo, gas y minería. Algunos eran reformados como oficinas, viviendas, laboratorios o vestuarios.
A los 60 días la empresa “dio el primer peso”, recuerda el emprendedor quien asegura que al crédito lo pagó solo el negocio. “Luego, cinco años más tarde llegó la etapa del storage con el nacimiento de la empresa”, agrega Basombrío, quien a casi diez años de haber comenzado con este proyecto sumó un socio. Hoy cuentan con 5200 metros cuadrados divididos en dos predios (uno sobre la ruta 202 en Don Torcuato y otro km 47,5, de la Panamericana en el partido de Escobar). Además, tienen 450 contenedores en total, de los cuales el 95% está ocupado.
Lo curioso de la historia de este emprendedor es que la idea de apostar a este sector en el país surgió por casualidad. Basombrío es un fanático confeso desde la primera hora del programa televisivo norteamericano “¿Quién da más?” (que tiene unas 13 temporadas y que se emite por el canal A&E). La emisión trata sobre una pareja de rematadores que subasta el contenido de un depósito de almacenamiento, el cual adeuda tres meses de renta. El programa muestra -de manera divertida- la problemática que tiene la gente no sólo con desprenderse de los antiguos objetos familiares, sino también de conseguir el espacio de guardado para documentos u otros elementos de valor. “Como soy un convencido de que casi todo lo que sucede en los Estados Unidos, con el tiempo, termina por imponerse en nuestro país, me pregunté por qué no replicar este negocio en la Argentina. Y así lo hice”, relata el empresario.
La ventaja de que los espacios de guardado sean contenedores marítimos les permite a los inquilinos acceder tanto con un camión como con vehículo particular hasta la propia puerta de su espacio. Lo que permite que se guarden desde muebles particulares hasta equipamiento de oficinas (que debieron reducirse a causa de la crisis provocada por el Covid-19), pasando por documentos de trabajo, mercaderías de firmas que trabajan por medio de e-commerce y hasta materiales de acopio que suele comprar la gente que está pensando en edificar su casa y que busca escaparle a la devaluación. ”Por ejemplo, desde hace años alquila un contenedor marítimo a un muchacho que trae leña del Norte y que luego la vende en los barrios privados de la zona. Cada año llega en mayo el camión repleto de leña con el que completa uno de sus espacios de guarda, el cual utiliza hasta mediados de septiembre. Él se va cuando se queda sin stock”, comenta.
El emprendedor afirma que si bien el impacto de la pandemia al comienzo fue duro, luego de unos meses comenzó a experimentarse un fuerte crecimiento en la demanda. Antes de la pandemia tenían ocupado solo el 65% de sus contenedores. Pero la demanda creció e invirtieron US$400.000 en la compra de100 contenedores más. “Hoy solo tenemos una vacancia del 5%”, detalla y da números sobre precios: tienen dos tipos de contenedores, unos de 35 metros cúbicos y otros de 70 m³. Los valores de alquiler de estas estructuras parten desde los $9500 más IVA por mes sin ningún otro costo asociado al servicio de guardado. De cara a futuro, a mediano plazo, los planes son expandirse: al interior del país y a Madrid.
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