Un argentino radicado en Italia fundó una empresa que apuesta a la virtualidad en el mundo de la indumentaria; cómo funciona
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La personalización de la oferta es para los especialistas, la clave del marketing. Y, la adopción de algoritmos y el desarrollo del metaverso, se posicionan hoy como los elementos más innovadores de la industria de la moda. Así, las marcas aceleran la adopción de la tecnología aplicada a su negocio: no se trata de reemplazar la moda física sino de volverla más sustentable y eficiente.
Bajo estos conceptos, un nuevo shopping en Buenos Aires podría ser la sede del desembarco de un local futurista, con probadores virtuales y la posibilidad de acceder a marcas internacionales. Se trata de un proyecto más del OH Buenos Aires, el centro comercial que se construye en donde era el ex Buenos Aires Design, y que planea abrir las puertas esta año.
A partir de una propuesta innovadora planteada “desde cero”, el proyecto de la empresa Hatzlaja, la compañía de capitales uruguayos y panameños que ganó la licitación del Gobierno porteño hace tres años y que apunta a ofrecer una propuesta similar a la de OH! La Barra (Uruguay), apunta a convertirse en un lugar para vivir experiencias, más que en un retail de tiendas, y se suma a la ola de reconversión de los shoppings en la Argentina y en el mundo.
Por eso, solo un 30% del espacio estará destinado a locales de indumentaria y zapatos, y una inversión que ya asciende a US$15 millones, la posibilidad de contar con una tienda virtual es una de las propuestas más novedosas que barajan los creadores del centro de Recoleta.
Se trata de dar un paso más en la venta online de la mano de la tecnología con Futureclo, una startup digital fundada por un argentino que formó parte del lanzamiento del proyecto OH! Buenos aires como digital partner durante un evento realizado en el Four Seasons en agosto pasado.
De qué se trata
Germán Picco (33 años) entró en contacto con el mundo de la moda cuando se mudó a Italia 12 años atrás, tras estudiar economía en la Universidad de Belgrano. El viaje tenía un doble objetivo: estudiar y hacer deporte. Pero, tras hacer un posgrado de economía empresarial, entró a la industria de la moda y trabajó en diferentes roles en áreas de logística, producción, comercial, diseño, que lo ayudaron a formar una idea completa del funcionamiento de la maquinaria .
“Vi cómo funcionaba el proceso completo de la creación de una colección en el mundo de la moda, pasando por la venta y la comunicación. Además, con el valor made in Italy, que todavía significa un brander más allá de la marca en sí. A nivel del diseño da un valor agregado muy rico por conocer”, cuenta a LA NACION. El economista devenido en emprendedor trabajó en marcas para empresas como Loro Piana, Aspesi y North Face hasta que decidió iniciar un proyecto propio.
”La industria de la moda sigue desde hace años los mismos pasos: el diseño, el trabajo del modista, la confección de las primeras prendas, la presentación de la colección la venta y comunicación. El objetivo era tratar de entender cómo cambiar un sistema de hacer moda tradicional (algo viejo) y lograr que el proceso de crear una colección sea mucho más sustentable e innovador. Es decir, mejorar el proceso físico”, explica Picco.
Así empezó a desarrollar proyectos integrando tecnologías para tratar de mejorar la creación de la colección de ropa y todos los pasos intermedios de la industria -una de las más contaminantes del planeta- que demandan costos altos, mucho tiempo y sobre todo, dejan una gran cantidad de desperdicio.
Y, hace poco menos de un año y medio nació Futureclo. Para el joven empresario, dos factores resultaron claves para el desarrollo de la startup: la pandemia y el metaverso. La primera tuvo que ver con el lock down que experimentó el mundo entero a partir de la irrupción del coronavirus. “En la pandemia las marcas se enfrentaron con muchas barreras: no podían mostrar las colecciones, no tenían catálogos, no podían llegar al cliente. Estos impedimentos fueron el pie para una aceleración hacia lo digital”, dice.
En cuanto a la segunda cuestión, fue el desarrollo del metaverso como “una oportunidad más de poder hacer negocios” lo que contribuyó con el crecimiento de la empresa. “Así como nació el negocio físico, nació el e-commerce y después el metaverso. Es un anillo más en la cadena de venta: un e-commerce virtual”, indica.
El punto de partida fue imaginar cómo un proceso para la confección de una prenda se pueda diseñar desde la tecnología 3D, con avatares como modelos. “Empezamos a trabajar con renders 3D para desarrollar prendas hiperrealistas. Esto tiene una función muy particular: no se trata de reemplazar la moda física, porque es irremplazable, sino mejorarla y volverla más eficiente, integrando y utilizando tecnologías digitales. Entonces se crea una prenda en función del diseño, después sigue la definición de la imagen y se crea un copia fiel que hace que se pueda observar todo antes de empezar a comprar materiales. Con la digitalización de la moda se puede lograr construir catálogos, anticipar las ventas, empezar a ´testear´ el mercado y definir una venta en base a la percepción que se tiene de la colección”, afirma.
De ahí, el archivo se transforma en una foto “hiperrealista” y tiene una multiplicidad de usos para las marcas: videos con avatares que llevan a la colección, desfiles virtuales, showrooms, e-commerce.
¿Cómo se diferencian de otros proyectos digitales?
Picco explica que la clave está en la obtención de resultados reales para el cliente. Hoy el negocio que propone es B2B. “Cuando uno habla de digital, puede ser todo muy lindo y novedoso, pero la pregunta es cuál es el resultado tangible. Con nuestra propuesta se logra mejorar la performance del business : seguimos la realidad aumentada en el mundo del e-comerce. Uno se puede probar la prenda con el celular (virtual try on) y después comprarla. Además, mejoramos algunas métricas o performance fundamentales de las empresas, que buscan que el e-commerce les rinda más, por ejemplo.”
Durante la presentación del proyecto del OH! Buenos Aires se proyectó un video con la propuesta de Futureclo. Picco añade que el desarrollo del centro comercial que reemplazará al Buenos Aires Design lo cautivó por la innovación, el verde, la arquitectura abierta y las marcas que podrían desembarcar, que ya se encuentran en la tienda de Punta del Este. “Me gustaría estar adentro del OH! Buenos Aires en un espacio físico, con una especie de probador virtual y generar contenido para las redes. Es una gran forma de lograr que una comunicación se vuelva viral como parte de la estrategia de marketing. La gente subiendo a las redes la experiencia que vive en tiempo real en los probadores virtuales”, señala.
“Trabajamos con el diseñador y con modistas y desarrollamos el 3D de la prenda digital. Con la central operativa en Milán y una cartera de más de 30 clientes”, cuenta entre esos clientes hay marcas como Missoni, Guess o Parosh. Pero reconoce que el mundo digital también es una oportunidad para diseñadores emergentes, ya que reduce el costo que tiene desarrollar una colección física y alquilar los negocios, por ejemplo.
“Estamos logrando transmitir la idea del digital a las marcas porque venimos del mundo físico, no somos nativos digitales. Más allá de la parte digital Futureclo sigue con la parte “física”. “Esto quiere decir que una vez desarrollado el proyecto virtual acompaña a los partners en la parte de producción de lo que vendió. Para ello contamos con proveedores, galpones, todas las herramientas para continuar con la creación física que le sigue a la digital”, advierte.
Se trata de desarrollar prendas digitales, preparar la venta online en plataformas con prendas virtuales, el virtual try on para seguir con la venta, en caso de que el cliente quiera adquirir la prenda física. En definitiva: “Se produce lo que se vende”.
Con una inversión inicial de menos de €100 mil, apuntan a cerrar el 2022 con un €1 millón de facturación. “Tenemos un plan de crecimiento exponencial. Si el modelo se adapta a más de un cliente, es más escalable, baja los costos fijos y se logra empezar a repetir el concepto”. Por eso, cuenta el CEO y founder, están en una etapa de selección de partners financieros.
¿La proyección? Además de desembarcar en OH! Buenos Aires, buscan desarrollar proyectos con marcas internacionales y nacionales. “Buscamos llegar a un nuevo consumidor final y buscamos con qué instrumentos hacerlo.” Además, más allá de continuar trabajando con clientes, la idea es crear una marca propia de moda digital y trabajar en un concepto de modelo B2B2C. “No somos sólo un proveedor. En muchas casos somos partners, tenemos el know how. La oportunidad está en entender que el negocio físico se puede mejorar desde lo digital a través del user experience”, finaliza.
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