El último de una serie de stands diseñados por el estudio Mizzi está al lado del palacio de Buckingham , con una estética que evoca a la realeza
- 4 minutos de lectura'
Como parte de una serie de “kioscos” ubicados en los parques reales de Londres, el estudio Mizzi diseñó un puesto de café hecho de bronce al lado del Palacio de Buckingham.
Construido en St James’s Park cerca de la residencia real del Palacio de Buckingham, el Horseshoe Bend Kiosk es uno de los nueve pabellones diseñados por el estudio para reemplazar estructuras anticuadas en el centro de Londres.
Para resaltar su posición destacada junto al palacio real, Mizzi Studio envolvió el quiosco con unas bandas de bronce que le dan una apariencia dorada, un aspecto que connota “realeza”.
“El quiosco Horseshoe Bend es el último de la serie que venimos realizando: toma el ADN fundamental del resto de los kioscos y agrega un sentido de nobleza”, dijo el fundador de Mizzi Studio, Jonathan Mizzi.
“Nos dimos ese lujo por la ubicación del lugar”, le manifestó a Dezeen. “Queríamos crear algo que lo hiciera brillante y llamativo, al pie de un edificio que ya está muy arraigado en la mente de las personas”.
El kiosco tiene una forma curva que coincide con los otros ocho que hay en otras zonas de la ciudad, como Hyde Park, St James’s Park y Green Park.
Sin embargo, a diferencia de los demás kioscos, que estaban enmarcados en roble inglés doblado al vapor, diseñados en colaboración con el diseñador británico Tom Raffield, el quiosco del Palacio de Buckingham está envuelto en latón (una mezcla de cobre y cinc) con forma tubular.
“La diferencia crucial es su material: el revestimiento del kiosco está hecho de metal en lugar de madera curvada al vapor, como el resto de las unidades de la flota”, dijo Mizzi. Y agregó que “hicimos esto para hacernos eco del contexto. El quiosco Horseshoe Bend refleja parte de la opulencia del Palacio, pero lo hace de una manera accesible y atractiva”.
Construido para albergar un puesto de café, comida y bebida administrado por el operador de la cafetería Colicci, el kiosco tiene una gran abertura para servir en la parte delantera, así como una pequeña ventana en el lateral.
La forma curva, que se complementa con la forma de los árboles del parque, conforma una especie de techo que cubre las aberturas mediante las cuales se sirve a los clientes.
“Queríamos crear una serie de kioscos que no solo funcionen como una parada rápida para tomar algo, sino que sean puntos de referencia audaces y orientadores, por lo que creamos diseños para una serie de esculturas prácticas, que además evoquen la forma de los árboles”, explicó Mizzi.
“La idea es que la forma, materialidad y textura se sientan orgánicas, como una extensión del propio ecosistema de los parques. Por eso tienen líneas suaves y naturalmente onduladas, con un dosel que se curva hacia arriba y hacia afuera, como un árbol”.
El deseo de Mizzi es que los londinenses y los turistas que usan los parques disfruten de su creación, a medida que las restricciones por la pandemia empiezan a aliviarse.
“En este momento, realmente creemos que los londinenses necesitan renovar su espíritu y su confianza”, dijo. “Se viene el calor y se relajan las restricciones, y sentimos que esta pieza final tiene un papel que desempeñar para reunir a la gente y construir un nuevo sentido de alegría”.
“Esperamos haber creado un emblema para un futuro brillante y optimista”, continuó. “Su ubicación junto a un edificio que simboliza la historia y la tradición, y el contraste que eso trae, se suma al impacto positivo que esperamos que tenga”.
Además de los nueve kioscos de café, Mizzi Studio también diseñó una cafetería con un techo en forma de raya junto al lago Serpentine, en Hyde Park.
Temas
Otras noticias de Londres
- 1
Anuncian US$10 millones de inversión en un resort 5 estrellas que será un all inclusive de verano
- 2
Construcción: los empresarios analizan cómo cambió el modelo de negocio porque “tener stock ya no es ventajoso”
- 3
Por qué a este pequeño pueblo europeo lo creen “maldito” y está abandonado
- 4
Depósitos logísticos medianos: el negocio menos pensado (y más rentable) de Zona Norte