Los espacios ya no serán propios ni exclusivos sino compartidos, el horario más flexible y la computadora, portátil
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Ya hemos hablado mucho sobre la pandemia de Covid-19 y como ha acelerado la evolución que veníamos viviendo en el mercado corporativo.
Jornadas de trabajo flexibles, liderazgo basado en la empatía y la motivación y espacios de trabajo que generan bienestar y no mejor economía de superficie, son algunos de los temas que hemos desarrollado en los últimos meses en nuestros newsletters, charlas y artículos.
Llegará el momento de sacar conclusiones y poder hablar de verdaderos saltos cualitativos, hoy es tiempo para conjugarnos en gerundio. Sucede que estamos en pleno proceso, por ello es importante ser prudentes y al mismo tiempo estar atentos para poder leer lo que está sucediendo, para de este modo poder asesorar mejor a nuestros clientes.
Los que somos generación X venimos de un modelo estricto, con jornadas laborales marcadas por planillas que controlaban ingreso y egreso. Muchas veces la vida familiar se nos escurría y solo se limitaba a los fines de semana. Nuestro escritorio era “nuestro” y lo decorábamos con dibujos y fotos de nuestros hijos. La computadora era de escritorio con una gran CPU (¿Se acuerdan del diskette? El último grito de la moda tecnológica hace algún tiempo no tan lejano.)
De a poco los límites comenzaron a flexibilizarse
El sociólogo polaco Zygmunt Bauman describe las relaciones interpersonales en la posmodernidad como líquidas, y con ello explica que son poco sólidas, cálidas a la vez que fugaces. Y esto está sucediendo en gran medida con los colaboradores de nuestros equipos: el trabajo colaborativo y creativo es a la vez vivido sin compromiso ni sentido de pertenencia. Es flexible, líquido, fluye.
La vida laboral y la personal/familiar conviven. Se puede trabajar en la oficina como en casa y viceversa. Ya no hay horarios, ni días de semana fijos. La tecnología ayuda en este sentido (¡y esclaviza en otro!). El Whatsapp, los encuentros por Zoom o Meet, la nube y la conectividad hacen que ya no se requiera de un escritorio para trabajar.
Esta flexibilidad está generando un importante grado de bienestar en los colaboradores que ya no se sienten atados a su escritorio, y también en las empresas que pueden repensar el uso de sus espacios y la logística de sus recursos.
Es destacable el importante grado de tercerización de algunos procesos y servicios, la contratación de colaboradores part-time o free lance para la realización de determinados trabajos, procesos o lanzamientos.
Los millenials se sienten muy a gusto con este sistema, que les permite optimizar sus tiempos y capacidades, a la vez que la flexibilidad de contratación de la mano de la tecnología les permite ser verdaderos nómades que se conectan desde distintos lugares según el momento del día o el tipo de trabajo a realizar.
Esto está generando cambios en los espacios de trabajo. En este momento muchas empresas están relocalizando sus oficinas. ¿Qué demandan?:
- Ubicación: no hay un patrón. Si bien la preferencia es la descentralización, hay empresas que deben y desean quedarse en el centro de la ciudad
- Superficies: 200 a 500 m² es el rango de superficies de las oficinas en las que estamos cerrando operaciones.
- Arquitectura: plantas abiertas, con excelente luz natural y ventilación cruzada. Este triduo ha de estar presente siempre, la propiedad que no lo cumple, hoy, corre con desventaja.
Creo que la oficina convencional no morirá, sino que evolucionará a un espacio más flexible, apto para el encuentro y el trabajo colaborativo. Estimo, además, que estos espacios son necesarios para las empresas para imprimir sus valores y marcar pertenencia en sus equipos. Las jornadas laborales serán más cortas, y seguramente no se volverá a la oficina los cinco días de la semana. El home office será una herramienta en manos de las empresas y que se complementará con una oficina flexible. El mercado nos está pidiendo innovación, pensar fuera de la caja.
Nosotros también hemos de ser flexibles y, sobre todo, aprender a conjugar nuestra vida y mirada en gerundio… Esto es lo que estoy viendo, lo que estoy pensando y a donde creo que estamos yendo.
La autora es fundadora de Mariana Stange Real Estate
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