BARCELONA.- A casi diez meses del inicio de la pandemia en España, los modelos de negocio flexibles, con plataformas digitales, compromiso social y sinergias con otras empresas locales se esbozan como los más inmunes al coronavirus. Los locales de Barcelona se defienden con conciencia comunitaria y medidas de seguridad. Y así, se fortalecen como un vector de cohesión social de la nueva normalidad.
El negocio de Hernán Herrera está en el camino de lo colaborativo. En el verano de 2018 alquiló una nave industrial de 850m² para reformar y montar, junto a sus socios, un complejo de estudios-compartidos. Un espacio para la enseñanza y profesionalización de la música del futuro en Poble Nou, el distrito 22@ de Barcelona, a pocos minutos de la playa de Bogatell, conocido como el barrio del conocimiento y la tecnología. Bridge 48 nació como un nuevo sistema de studio-sharing con ocho salas equipadas de instrumentos, sintetizadores, monitores, convertidores y máquinas, preparadas con acústica e insonorización. También son un puente que conecta a los artistas emergentes con los establecidos, creando una red de colaboración. ¿Los miembros? Amantes de la música de todas partes del mundo que viven o pasan por Barcelona, jóvenes aficionados y músicos profesionales, productores audiovisuales, ingenieros de sonido e instituciones internacionales. Un club donde se dan nuevas oportunidades de negocio y emprendimientos. También hay zonas acondicionadas de co-working, auditorio de 100m² para eventos o presentaciones artísticas. Chill-out, living y salas de reuniones.
“El objetivo inicial de Bridge 48 es dar acceso a la técnica y el conocimiento, que es lo que yo no tuve cuando arranqué con la música. Lo que buscamos es generar impacto, no solo dinero”, reflexiona el argentino radicado en Barcelona. Por eso también realizaron actividades sociales para ayudar al sector de la música que está totalmente parado en la ciudad a causa de la pandemia. ¿Cómo hacen para seguir en la cancha? “Tenemos un modelo de negocio antifrágil: nuestra primera misión es la comunidad, compartir recursos, equipos técnicos y estudios. Pero cuando la comunidad se ve afectada por la crisis, como ahora, adaptamos el edificio para alquiler de estudios fijos y salas de ensayo. Hoy aplicamos el backup plan y están todos los estudios alquilados”, cuenta Hernán.
Bridge 48 se integra a un plan urbanístico de Barcelona para la incorporación de un antiguo polo industrial a la ciudadanía a través de proyectos como este. Además de sus aulas físicas incorporaron BRIDGE Learning, con cursos de producción musical y programas de desarrollo artístico online. “Ayudar a desarrollar nuevas mentes musicales en una comunidad donde la creatividad no tiene nacionalidad, clase ni género” sigue siendo el foco, en formatos de formación y cultura híbridos, que mechan online y offline. Adaptaron el espacio y la circulación para contar con dos vías de evacuación e interconectividad entre los pasillos, instalaron un sistema de ventilación y filtros anti-covid. El desafío de transformar lugares de alto tránsito en espacios de bajo contacto físico. “En este momento en que las discotecas están cerradas, somos un espacio de cultura alternativo y no masivo. Adecuamos el auditorio y podemos armar una cafetería. Ahora estamos trabajando para tener programación, y vamos por la licencia para un festival”, cuenta Hernán.
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