En Los Vagones de Areco se puede descansar en sus cómodas habitaciones y degustar de un menú criollo
Los Vagones de Areco es un hotel de campo armado con cuatro vagones de tren reciclados y con todos los servicios. Fue inaugurado hace poco, aunque hace nueve años que el mentor de esta idea lo estaba armando. Este innovador emprendimiento se encuentra a sólo siete kilómetros del centro de San Antonio de Areco, en el pueblo de Vagues (a 6 km de la ciudad cabecera del partido y a 110 km de la Capital), donde se consiguió instalar y llevar todos los servicios de agua, gas y calefacción.
Arturo Figueras, su creador, también es dueño de uno de los restaurantes tradicionales de San Antonio de Areco, comentó sobre la iniciativa, lo siguiente: "Me dio mucho trabajo y por eso tardé varios años en lograrlo. La idea fue conseguir los vagones en lugares perdidos, en relativo buen estado y trasladarlos hasta el medio del campo para remodelarlos con todos los servicios y transformarlos en un cuarto de hotel con baño privado, pero sin perder la esencia de los vagones, incluso algunos tienen las paredes internas de madera".
Figueras pertenece a una familia salteña, pero desde hace 20 años tiene un campo en San Antonio y hace 9, que dejó de promocionar seguros de vida, donde trabajó muchos años y posteriormente se trasladó hacia estos pagos.
"Un día me cansé del caos del centro y me mudé a estas tierras, al campo. Empecé con este boliche -por La Esquina de Merti, en una ochava frente a la plaza principal-, que originalmente fue frecuentado por Don Segundo Sombra", comentó Figueras.
Este salteño encontró cuatro vagones antiguos de madera y uno de chapa muy grande, decorados para vivir como en un hotel, donde funciona el comedor y un centro de artesanías de campo. Se destaca ver como logró transformar los vagones en cuartos con todos los servicios y detalles que exige un hotel en el medio del campo.
"Esto realmente fue una tarea de prueba y error para mí, armar los cuartos en interiores de madera de vagones antiguos. Los recubrí todos por dentro y tuve que conectar los servicios básicos como aire acondicionado frío calor y estufas modernas. Los vagones son bajos y con habitaciones chicas es fácil calefaccionarlos. Pero sin duda fue un proyecto con la participación de amigos, artistas plásticos, bohemios, pintores, mi mujer Karen, quien logró darle una impronta más femenina a los interiores, y mi hija Felicitas, que se hace cargo del marketing", detalló Figueras, que también se desempeñó como bancario y ahora, se apasiona comentando sus logros.
Sin duda que allí se puede revivir el estilo antiguo de la tradicional vida de campo, que corresponde en gran parte, a la propia idiosincrasia de los argentinos. Cada vagón tiene el nombre de antiguas estaciones y personajes famosos como Borges o Peña, relacionado con su familia de origen. Uno de ellos es de amplias dimensiones y cuenta con cuatro habitaciones e incluso con un baño especial para discapacitados o gente mayor.
En total, Los Vagones de Areco ofrece ocho habitaciones con toda la tranquilidad rural, un galpón equipado con múltiples materiales criollos antiguos y un sector para recibir a la gente, y degustar nuestra tradicional comida criolla, un quincho para visitas y la casa principal de campo cuenta con una piscina.
Paseos
El lugar, sin duda, es para la gente que ama la tranquilidad, que quiere desconectarse de la vida cotidiana y descansar. Además, dispone de un par de carruajes antiguos para pasear, un arroyo para ir a recorrer o juntarse a charlar, tomar algo, comer o leer.
De los asados y parrilladas se encarga un típico paisano de esta zona. También se ofrecen otro tipo de comidas tradicionales nuestras y bien camperas. No hay hoteles de este tipo con vagones y con buen nivel de servicios. La tarifa es accesible, ya que ronda en los 3000 pesos la noche e incluye desayuno.
Además, la zona de San Antonio de Areco es muy segura, para ello también cuenta con un destacamento de policía rural, en el pueblo de Vagues.
"Siempre me gustaron los desafíos en mi vida, no me divierten las cosas fáciles. No me imaginaba que era tan complicado restaurar e instalar cuartos y baños en los vagones, pero con tiempo y esfuerzo lo logré", concluyó Figueras, que trabajó gran parte de su vida adentro de un banco, ubicado en el microcentro porteño.
Posteriormente a su actividad bancaria, se desempeñó en un haras de caballos de polo y ahora disfruta de esta forma de vida, atendiendo su restaurante tradicional sobre la plaza principal de San Antonio de Areco y trabajando en su nuevo emprendimiento, este hotel.