Debutó en Newell´s a los 16 años y la red adversaria fue su obsesión. También actuó en el fútbol europeo
"Siempre tuve pasión por el fútbol. Era un fanático, de chico dormía con la pelota." Esta sensación la tienen millones de jóvenes que desean triunfar en el mundo del deporte. Es verdad que no todos pueden llegar a transformar este deseo en realidad. Sin embargo, esta frase la comparte Jorge Luis Gabrich, un jugador que hizo conocer sus goles por el planeta y ahora los convierte en el torneo de Mayores Junior A de la Asociación Intercountry de Fútbol Zona Norte.
Al mismo tiempo que daba sus primeros pasos en el pueblo de Chovet (Santa Fe), empezaba a apreciar la pelota y a tratarla como si fuera su amiga. En los años de infancia, alegraba los potreros con una habilidad única e intentaba copiar lo mejor del ídolo riverplatense, Beto Alonso. "De chico me destacaba, porque a los 10 años jugaba con los de 14, y a los 15 estaba en la Primera División de la Liga de Venado Tuerto -expresa Gabrich-. Las condiciones que tenía eran distintas de los chicos de mi edad."
Newell´s Old Boys le abrió las puertas al fútbol rentado y desde que llegó, a los 16 años, a las inferiores, no paró de destacarse, lo que le permitió escalar rápidamente en el profesionalismo con la camiseta rosarina. Su aptitud por desatar el ansiado grito de gol convocó multitudes. Si hasta cuando debutó en Mendoza dejó marcado su nombre en la red. "Fue algo inesperado, porque me llevaron al último partido del Campeonato Nacional de 1982 -recuerda Jorge-. Entré faltando diez minutos y tuve la suerte de convertir dos goles."
Era la época en que también militaban en el equipo Víctor Ramos, Santiago Santamaría y Barrera, entre otros.
Vistió sólo las camisetas de Newell´s, Vélez Sarsfield e Instituto de Córdoba. Sus 34 goles locales lo catapultaron al Viejo Mundo.
Como sucede con los grandes jugadores, nunca se conforman con lo que consiguen y siempre quieren más festejos. Por eso, luego de este gran inicio en el fútbol profesional, Jorge Luis Gabrich buscó nuevos objetivos y con la camiseta albiceleste de la selección argentina. La oportunidad la tuvo en el Mundial Juvenil de México 1983, donde el delantero de Chovet fue el capitán y goleador del equipo dirigido por Carlos Pachamé, que terminó subcampeón del mundo. "Fue una buena experiencia. La mayoría de los jugadores éramos de Primera División. En la semifinal le ganamos a Holanda, donde jugaba Marcos van Basten. Pero después perdimos la final injustamente ante Brasil, con un penal muy dudoso."
Esta estupenda actuación le permitió ir al Barcelona. Pero a causa de la reglamentación que cada plantel podía tener, sólo dos extranjeros, tuvo que ir al equipo B, ya que las fichas eran ocupadas por los extraordinarios Diego Armando Maradona y el alemán Bernd Schuster.
Igualmente esa oportunidad de jugar en el Camp Nou llegó con la lesión del gran diez (aquella patada terrible de Andoni Goicochea, jugador de Athletic Bilbao, que lo marginó por un tiempo). "Subí al primer equipo, por la lesión de Diego. Debuté ante el Valencia, donde ganamos 4 a 2", comenta el santafecino. Sus goles transitaron por la liga francesa, México y hasta la Copa Libertadores de América, con el equipo que lo vio nacer: Newell´s. A los 32 años dijo basta.
Ahora, santo
Un día sus gambetas y golazos se guardaron en una valija. Los fanáticos de este deporte dejaron de disfrutarlo. Sin embargo, dice: "El fútbol es todo para mí". El césped volvió a ser testigo de su pegada, ya que después de un pequeño descanso se calzó la camiseta de San Diego (en la categoría Mayores Junior Primera A), y ahora deslumbra en los intercountries.
"Empecé a jugar por medio de mi cuñado. Me habló un día que estaba con el Chino Tapia (ex River y Boca), donde después jugamos un torneo juntos y salimos campeones" -explica-. Estuve cuatro o cinco años sin hacer nada, pero me mantenía bien físicamente. Y bueno, me convencieron."
Si bien trata de tomarlo como un entretenimiento, su inconsciente le marca que debe dejar todo en la cancha. "Lamentablemente a veces me peleo, y eso se debe a la mentalidad que tiene uno por no perder. Muchas veces recapacito y digo que no voy a jugar más, ya que tengo 41 años y me cuesta correr contra jugadores de 32 o 33", analiza.
En este torneo Clausura, el conjunto de San Diego es un firme candidato al título, ya convirtió 17 tantos. El año último estuvieron muy cerca, pero todo indica que esta tarde pueden festejar si es que derrotan en Moreno a Maschwitz (hasta aquí los santos tienen 55 puntos y Banco Provincia Rojo, 51), y sólo restan las jornadas de hoy y del fin de semana próximo. "Todo el año fuimos primeros. En 2003 lo dejamos escapar ante Hindú, pero ahora debemos salir campeones en Moreno."