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La pandemia de coronavirus y la cuarentena se convirtieron para el sector de los gimnasios en un verdugo inapelable. El presente de este tipo de comercios es muy poco alentador para la mayoría de los jugadores del sector. Un trabajo de la consultora privada Mercado Fitness indica que ya quebraron o cerraron unos 400 comercios de este tipo y alertan que de no poder reabrir sus puertas, en breve, el escenario sería aún más desfavorable.
"Un 3 por ciento de los gimnasios consultados confirmó haber cerrado de manera definitiva en abril. A ello se le sumó un 2 por ciento que se vio obligado a bajar sus persianas 'comerciales' en mayo. Antes del inicio de la cuarentena en el país había unos 8000 gimnasios, por lo que inferimos que en abril se cerraron unos 240 locales y en mayo otros 160", comenta Guillermo Vélez, director de Mercado Fitness, firma que llevó a cabo el sondeo.
Pero esta no es la única mala noticia. Según esta misma encuesta, el 20% de los gimnasios, es decir unos 1600 locales más, se vería en una situación similar dado que la mayoría de estos espacios comerciales no cuenta con espaldas suficientes para poder hacer frente al pago de impuestos, servicios, sueldos y alquileres. "Para esta actividad el panorama es desolador", sostiene Vélez.
Según Fernando Storchi, uno de los socios de Megatlon y titular de la Cámara Argentina de Gimnasios (CAG), la situación económico-financiera es muy delicada en el sector. "En la actualidad, muchos no están pudiendo hacer frente a los costos. Esta es una actividad que cuenta con grandes gastos fijos, por lo que mantener un gimnasio cerrado tiene casi el mismo costo que tenerlo abierto, pero sin ingresos", comenta Storchi. Reconoce que esta es la mayor crisis que tuvo la actividad en su historia. Sin dudas, los cierres tendrán un fuerte impacto en la economía y el mercado laboral, ya que en este rubro antes del comienzo de la cuarentena trabajaban, en relación de dependencia, unas 80.000 personas", relata.
Para Sergio Fernández, uno de los dos socios de la firma de gimnasios Animal (creada en 2012, con 5 locales), este es uno de los sectores comerciales más golpeados de la Argentina. "El rubro gastronómico, el de turismo y el de los gimnasios se encuentran en el podio de los que peor la están pasando durante esta crisis generada por el coronavirus. Lo cierto es que aún no tenemos noción de la magnitud que tiene este presente. Eso recién lo sabremos con el correr de los meses", comenta.
En este contexto, más de una compañía apeló a la creatividad. Por caso, Ciclos Gym Chivilcoy optó, para sobrevivir, por el alquiler de las bicicletas fijas y por el dictado de clases de gimnasia por Zoom. Más extremo fue el caso de Tomás Malerba, propietario de Decatlón, un gimnasio ubicado en pleno centro de Trelew, que para buscar una salida y para evitar la acumulación de deudas tomó la determinación del cambiar de rubro. A fines de abril, sus propietarios reacondicionaron el lugar, obtuvieron un permiso provisorio y volvieron a abrir el local, pero como una pizzería.
La virtualidad
Con la cuarentena todos los rubros experimentaron cambios, que solo el tiempo determinará cuáles de ellos serán perdurables y cuáles no. "Durante este aislamiento social la virtualidad fue la gran estrella. Con la cuarentena nació la oportunidad de conocer y experimentar el mundo online, que, aunque era un fenómeno que se estaba vislumbrando, se aceleró enormemente para el mundo del fitness en estos meses de cuarentena. Pareciera que a mediano y largo plazo lo que le espera al fitness es híbrido, es decir que combinará las clases virtuales (home fitness) con las presenciales. Es decir, los gimnasios físicos convivirán con sus versiones digitales. Eso nos hace pensar en un cliente que buscará el balance entre los dos formatos. Mientras que en el futuro inmediato tendremos que adaptar los gimnasios para dar una respuesta apropiada a todas aquellas personas que demanden de nuestros servicios presenciales. Lo que se viene, sin dudas, será un tiempo en el que la prevención será imperativa", comenta Storchi, de Megatlon, compañía que se fundó en 1999 y que actualmente cuenta con 33 gimnasios y más de 135.000 socios distribuidos entre la Capital Federal, el Gran Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Agrega que durante la cuarentena perdieron muy pocos asociados y que sumaron fans en las redes sociales. "Pasamos de 40.000 a 215.000 seguidores sólo en Instragram", afirma el empresario. En la estrategia digital de la empresa fue clave el contenido gratuito para la comunidad de IG y Youtube que contempla 10 clases diarias y videos. Las propuestas van desde clases hasta charlas sobre cuidado personal, nutrición, meditación y pediatría, recetas y consejos de salud, entre otros temas. "Además, abrimos cuatro sedes virtuales exclusivas para los socios de cardio, acondicionamiento, funcional y cuerpo-mente, también ofrecemos clases especiales vía Zoom para nuestros socios", agrega.
Pero más allá de lo alentador que parezca el crecimiento virtual de las marcas, este no deja de ser aún una apuesta, ya que poco de todo ese crecimiento hoy se traduce en facturación. "Cuando comenzamos la cuarentena contábamos con más de 5000 socios distribuidos en nuestras cinco sedes. Hoy de ellos sólo tenemos unos 700 activos. Mientras que en Instagram contamos con unos 214.000 seguidores, pero esto no se observa en nuestros ingresos ya que hoy estamos entre el 10 y el 15 por ciento de la facturación habitual", comenta Augusto Vizzia, otro de los socios de Animal.
La profundidad de la crisis del sector llevó a que muchas de las empresas negociaran dejar de pagar los alquileres de las locaciones y en algunos casos puntuales acordaron con los dueños de los locales comerciales reducir el importe mensual acordado en el contrato original.
Otra de las medidas más utilizadas por los gimnasios fue la del cese de cobro de cuotas de sus asociados. "Actualmente, no estamos enviando los débitos automáticos a nuestros clientes activos y a aquellos que ya pagaron les estamos ofreciendo una extensión de su plazo de membresía en la misma cantidad de días que el gimnasio haya estado cerrado", comentan Storchi y Fernández.
Los protocolos
Cómo será el día después es un tema en la agenda de los empresarios del sector. De hecho, hay varias propuestas dando vueltas: una de ellas es la de la Cámara pero también hay otras alternativas como el que propusieron los arquitectos Clara Emilia Bonnet y Gastón Cosentino, del Estudio privado de proyectos de Salud y Sustentabilidad en el NEA. Los profesionales investigaron casos exitosos y prepararon un protocolo. "Las cuarentenas sirven para lentificar los contagios pero que por sí solas no sirven. Es decir, para que sean efectivas hay que tomar medidas encaminadas en la misma dirección. Es aquí donde la arquitectura puede facilitar una serie de medidas que colaboren con un retorno a la actividad de los diferentes rubros", comenta Bonnet que en su propuesta plantea estrategias de circulación y zonificación con base en los conocimientos de arquitectura hospitalaria y en el estudio del contagio del virus.
La mayoría de los protocolos que existen en el rubro están basados en el distanciamiento social y prevén un espacio de 4 metros cuadrados por persona. Además del uso de la señalética y de la demarcación de la circulación interna. "Nuestro protocolo plantea una visión diferente, ya que sostiene que el área de aislamiento de cada persona no tiene por qué ser de 4 metros cuadrados, ya que esto varía según el tipo de movimiento que estos realicen y la exhalación que les demande esa actividad. Es decir, cada responsable de gimnasios deberá evaluar su instalación para plantear un uso seguro. Otra diferencia es que trazamos estrategias para todos los aspectos determinantes de un gimnasio, la gestión del socio, del personal, las tareas de desinfección, zonificaciones y circuitos, uso de baños, hasta los métodos de pago", comenta Cosentino.
El escenario que propone el Covid-19 y la implementación de estos protocolos demanda hacer obras y adaptar el uso del espacio. "En sí estas readecuaciones del gimnasio no requieren de una gran inversión. Los propietarios deben instalar cartelería, cintas para demarcación e insumos de limpieza. Pero la cuestión crítica es que se reduce la capacidad edilicia de los gimnasios a un 30% en general, (para respetar el distanciamiento social) por lo cual cuanto antes se brinde a los emprendedores las reglas de actuación éstos podrán evaluar su modelo de negocio y tomar decisiones a corto plazo", agrega Bonnet.
La importancia del uso de los protocolos
Jujuy fue una de las provincias que permitió en los últimos tiempos la reapertura de este tipo de locales comerciales, pero la aparición de un nuevo caso de Covid-19 en la ciudad de San Salvador de Jujuy volvió a la fase uno de aislamiento social a toda la provincia. El caso reportado es un policía -que había estado en La Quiaca, unos días atrás- y que es un cliente del gimnasio New Life de esa ciudad. Los dueños del gimnasio apenas se conoció la noticia del nuevo positivo encendieron las alarmas y pusieron en marcha el protocolo de seguridad.
“El socio había dicho en su declaración jurada al ingresar a nuestro gimnasio que no tenía síntomas y que no había estado en contacto con gente contagiada. Pero, al día siguiente, un alumno me llamó para avisarme que esta persona tenía coronavirus. Me contacté con él y me confirmó la información”, relata Mariela Canedi, una de las propietarias de New Life. Al conocer la noticia, Canedi suspendió las actividades del gimnasio y puso en marcha el protocolo de seguridad. “Si se hace un buen protocolo y se cumple, el gimnasio no es un lugar peligroso. No somos un caldo de cultivo de virus ni un foco de contagio, porque tenemos mayor control de la gente que viene a nuestras instalaciones, a diferencia de otros lugares”, finaliza Canedi.
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