Una casa creada a principios de los 90 tiene la particularidad de poder cambiar su diseño interior según la necesidad de sus ocupantes, con habitaciones que pueden engancharse y desengancharse de la estructura
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Para muchos Malibú es un lugar soñado. Aquella paradisíaca ciudad californiana bañada por el mar, que trepó a la fama de la mano de la muñeca Barbie, hoy vuelve a ser noticia gracias a una vivienda futurista que tiene la particularidad de poder cambiar su diseño interior, según las necesidades de sus ocupantes.
En la opinión de algunos arquitectos, esta propiedad podría responder al paradigma de las viviendas que supieron mostrar las películas de ciencia ficción. El diseño innovador que lleva la firma del arquitecto Ed Niles, un especialista en construcciones experimentales, a grandes rasgos podría resumirse en una propiedad con habitaciones modulares que está desarrollada a partir de una columna vertebral. Los cuartos pueden engancharse o desengancharse modificando la estructura o el diseño de la vivienda.
La vivienda residencial unifamiliar fue pensada y desarrollada en cinco años: tres de ellos fueron dedicados para el diseño y los dos restantes para la construcción, la cual finalizó en 1992. “Los dueños nos pidieron una casa que no sólo se vinculara con el entorno, sino que además pudiera adaptarse a todas las posibles necesidades que ellos tuvieran”, contó Niles.
Cada habitación o módulo puede ser colocado en cualquier espacio y puede brindar cualquier tipo de servicio. La estructura central, su columna vertebral o galería, ofrece mucha transparencia. Esto no sólo permite el ingreso de la luz, sino que además colabora con la integración del entorno en el diseño interior.
La propiedad es totalmente funcional a sus propietarios, a tal punto que el lugar cuenta con una cocina simbólica. “Nuestros clientes no tenían una gran necesidad de contar con un espacio de este tipo muy amplio, dado que no tenían en sus planes ni hacer de ella un espacio central ni pasar allí mucho tiempo. Es por eso que nosotros hablamos de que esta vivienda cuenta con una cocina simbólica, la cual tiene espacio suficiente para lavar platos, heladeras y demás muebles de cocina habituales. Pero no mucho más”, sostuvo Niles.
Y agregó el arquitecto: “Los propietarios optaron por darle mayor preponderancia al sector de estar o de entretenimiento”.
La parte interior de la vivienda brinda a los ocupantes, por momentos, la sensación de estar aislado tanto en tiempo como en el espacio. Allí cada habitación ofrece tanto una vista de la naturaleza diferente, sino también una sensación única a sus ocupantes. Por su parte, las zonas semicubiertas, que están bendecidas por el entorno, resultan una suerte de spa natural.
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