El mate es una palabra que, además de nominar un factor importante de la cultura rioplatense, alude a momentos únicos. ?Así el poeta Baldomero Fernández Moreno, sin duda, matero urbano, observaba: (...) El mate pide horizontes. Yo abro la puerta de calle y miro hasta donde puedo… Esa infusión que se toma de manera original, pudo dar lugar a confusiones. Mi abuela, inmigrante, contaba que, al pasar su barco por Montevideo, saludó a una paisana suya, que había llegado antes, y al verla tomar mate, pensó: ¡Que raro, ella que no fumaba ahora fuma en pipa…!
Este doméstico anecdotario, quiere ser la introducción a una nota acerca de un artista escultor, el maestro orfebre Emilio Patarca, quien con motivo de los festejos del Centenario, en el año 2010 creó y realizó el Mate de la Revolución, al que ya nos habíamos referido, oportunamente, y ahora, con motivo de la celebración de la Asamblea del Año XIII, creó y realizó el Mate de la Libertad.
Enaltecer este objeto simbólico de nuestra cultura, ha sido el propósito de artistas y artesanos, próceres anónimos, que utilizaron el fruto de una calabaza –Lagenaria– como apropiado recipiente. En este caso, el objeto de la nota es describir este producto artesanal. El diseño simboliza, según descripción del autor, a una esclava con sus brazos extendidos, que rompió cadenas, y avanza con paso resuelto en pos de su destino independiente.
La imagen se yergue sobre una base campanuliforme de diámetro decreciente, decorada con guarda de hojas de laurel cinceladas en bajorrelieve.
En su faja inferior se destaca la frase del Himno Nacional Argentino: Oíd mortales el Grito Sagrado: ¡Libertad, Libertad, Libertad!
"Sobre la testa de la escultura de la esclava, se asienta el cuenco recipiente, en forma de galleta, típico mate usado por los pobres y humildes de esa época." El conjunto del mate y la bombilla está realizado en plata/ 925.
Está prevista la presentación oficial de la obra en museos de la ciudad de Buenos Aires, durante el año actual.