Ubicado en la primera línea de La Mansa, Walmer Lagoon es un proyecto que conjuga minimalismo, equilibrio y confort en un entorno fuera de serie.
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“Walmer Lagoon es conexión, es inspiración, es disfrute, es descanso. Es todo lo que está bien. Como emprendimiento, no deja de sorprendernos. Cada detalle está cuidado, desde el diseño hasta los espacios. Todo lo que lo compone es de alta calidad”, dice una de las nuevas propietarias del recién inaugurado y muy vanguardista desarrollo ubicado en la primera línea de La Mansa, en Punta del Este.
“Decidimos sumarnos a un proyecto que se veía solo en los papeles, y ahora podemos decir que recibimos mucho más de lo que esperábamos”, marca otro de los propietarios. “La ‘filosofía Lagoon’ tiene sentido en este emprendimiento –agrega–, que es mucho más que un proyecto inmobiliario y en el cual uno se siente parte desde el momento cero.”
¿Qué vuelve tan especial a Walmer Lagoon? Para empezar, la ubicación es sencillamente perfecta: un terreno ubicado en la parada 39 de la Mansa, con vista panorámica a la bahía y junto a la laguna del Diario.
Pero la base conceptual del emprendimiento resulta a la vez muy particular, porque el proyecto invita a vivir con lo necesario para dedicar el tiempo a concentrarse en disfrutar las cosas simples de la vida. El edificio es el primero de una línea de proyectos concebidos con esta filosofía: construcciones inteligentes, sin excesos y con “la medida justa”.
Fue Héctor Liberman – referente indiscutido del interiorismo en Uruguay y director de la firma Walmer- quien esbozó las ideas originales del proyecto cuya primera etapa fue recientemente inaugurada con el 95 por ciento de las unidades vendidas, en tanto la entrega de la segunda etapa está prevista para el próximo septiembre.
“Un sueño hecho realidad”
El edificio de última generación incluye una serie de amenities diferenciales: desde bicicletas asistidas las 24 horas, gimnasio y espacios de co-working equipados con la última tecnología hasta vehículos de playa e incluso la posibilidad de alojarse en un hotel boutique de la “Toscana” uruguaya, donde los propietarios pueden disfrutar de días de campo y la experiencia de noches increíbles en un tren de época especialmente acondicionado, todo a 40 minutos del edificio.
“El proyecto cuenta con amenities disfrutables que no generan altas expensas”, explican los desarrolladores y ponderan las experiencias que deparan el observatorio con telescopio para contemplar la vía láctea, el rincón de fuego para compartir noches inolvidables, el espacio para niños y el nuevo bote para dar paseos en la laguna.
Las de Walmer Lagoon son, precisamente, viviendas pensadas para estos tiempos: frente al mar, rodeadas de naturaleza, súper cerca de los servicios y con los amenities justos. El know-how de Walmer contribuye a conseguir unos departamentos atractivos y confortables sin aumentar los costos constructivos ni operativos.
“Todo lo prometido al momento de comprar fue cumplido y mucho más. La profesionalidad de las personas comprometidas con los propietarios fue un denominador común en todo el proyecto”, se entusiasma otra de las propietarias. Y concluye: “Llegamos al departamento y fue un sueño hecho realidad. Las terminaciones son un lujo y, a medida que pasaron las semanas, el edificio fue tomando su forma. Si tuviera que resumir Walmer Lagoon, diría que es ‘de otro planeta’”.
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