Cuando observamos que un caballo tiene el pelo brillante, nos brinda una sensación de salud y de un buen cuidado. Su crecimiento no es continuo y está afectado por distintos factores como la temperatura, nutrición, el medio ambiente, las hormonas, el estado de salud general, higiene y atención diaria.
La regulación de su ciclo anual es complejo, aunque sus características físicas pueden variar de acuerdo a la estación del año. El pelo que el animal presenta en el verano es más corto, brillante y de color intenso, en otoño el crecimiento piloso es mayor y en el invierno tendrá un color más opaco y menos intenso. En las épocas de bajas temperaturas, el pelo es más largo y lo acompaña un manto espeso para permitir un aislamiento térmico que le posibilite ser más eficiente en su lucha contra el frío.
Una buena condición física se ve reflejada en la cobertura pilosa de su cuerpo, las alteraciones de la salud de diferente índole hacen que se altere su crecimiento normal, su pérdida será más evidente y estará acompañado por opacidad y falta de brillo. Las enfermedades de diversas causas, como las parasitarias, infecciosas o de otras etiologías, producen varias consecuencias en el estado general, en su pelaje y en el brillo.
Se conoce que los defectos nutricionales en calidad y cantidad dan un pelaje seco, opaco y tiende a caerse con facilidad. Las proteínas proporcionadas en la dieta juegan un papel primordial en el pelaje, forman una parte importante en su constitución normal y una deficiencia nutricional dan un pelo sin brillo e influye en su fortaleza.
Usualmente se depositan sobre la superficie cutánea secreciones glandulares, suciedad, transpiración, polvos de diverso origen y otros elementos que necesitan ser eliminados al higienizarlos para evitar su acumulación, alterar su estado normal o causar inflamaciones. La limpieza es crucial para la lozanía de la piel y del pelaje, el baño y el cepillado deben realizarse utilizando elementos antitóxicos, ni que causen alteraciones que pueden hacerle perder la apariencia deseada. El cepillado cotidiano es esencial para la salud y fortaleza del pelaje porque favorece la circulación sanguínea, vitalidad y elasticidad.