La residencia oficial tiene 30.000 metros cuadrados y fue inaugurada en 1705
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El fallecimiento de la Reina Isabel II del Reino Unido sacudió al mundo. Su paso por el poder dejará una gran huella en la historia.
Parte de la cultura monárquica es que la realeza habite castillos y propiedades cuyo origen se remonta a cientos de años atrás. En el caso de la corona británica, el Palacio de Buckingham es uno de los más conocidos.
Se trata de la residencia oficial del los reyes británicos, conocido popularmente por el cambio de guardia que puede ir a ver la gente y donde la Familia Real suele saludar al pueblo desde un icónico balcón en ocasiones especiales como coronaciones, casamientos o el nacimiento de un miembro de la realeza.
Ubicado en Londres, Inglaterra, la construcción neoclásica fue inaugurada en 1705 y por allí pasaron decenas de reyes, primeros ministros, famosos, políticos e invitados de lujo. Mide 24 metros de alto y tiene cinco pisos.
Más allá de sus características, los agentes inmobiliarios ingleses reconocen que ponerle un precio de tasación a semejante construcción no es tarea fácil, aunque desde la empresa inmobiliaria inglesa Henry Dannell se animaron a hacerlo: £995 millones, unos US$108,4 millones. La cifra desmesurada es difícil de comparar, pero podría trazarse un paralelismo con los US$118.000 millones, la fortuna que tiene el fundador de Microsoft -Bill Gates-.
Ubicado en el centro de la capital de Inglaterra, tiene 77.000 metros cuadrados en los que hay distribuidos 775 habitaciones, galerías, salones temáticos como el del trono o el de música, salas de baile, escaleras y más de 1.500 puertas y 760 ventanas. Hasta hace poco, empleó a aproximadamente 450 personas y anualmente recibió 50.000 personas para eventos y banquetes.
De punta a punta, el lujo recorre el palacio como en pocos lugares. Alfombras rojas, terminaciones en oro, mármol y piedras preciosas, colecciones de arte, En el exterior, sus grandes extensiones de verde que rodean el lago artificial se consolidan como los jardines privados más grandes de todo Londres.
A la hora de comparar la propiedad con los inmuebles oficiales de la Argentina, los números sorprenden: un informe publicado en 2015 de la consultora inmobiliaria internacional Nuroa, en ese entonces la Casa Rosada se podía tasar a US$55 millones y la Quinta de Olivos a US$45 millones. Si bien el precio que podría pedir por el palacio bastante dista de la chance de comprarlo para la mayoría de las personas, no se acerca al inmueble más caro que existe hasta ahora en el planeta.
En el resto del mundo, relevamientos internacionales indican que una de las propiedades más caras es el edificio Antilla de 27 pisos en la India que está tasado en US$1 billón. El magnate hindú que lo construyó en 2006 para vivir allí con su familia es dueño de sus tres helipuertos, 160 cocheras, un teatro para 50 personas, un bar, un centro de comando aéreo, pistas de atletismo y una pileta olímpica.
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