El farolito japonés es un arbusto que tiene bien asumida su identidad: no se siente un árbol podado, como hay tantos, ni es una herbácea de tallos fuertes y enhiestos, como también las hay. Responde fielmente a su definición académica: arbusto, o sea, planta perenne, de tallos leñosos y ramas desde la base. Por su parte, la Enciclopedia Argentina de Agricultura y Jardinería presenta su nombre y descripción: es una malvácea, su nombre es Abutilon puede alcanzar los tres metros de altura, muy ramificado, hojas con lóbulos en punta y flor colgante con largo pecíolo.
Su nombre farolito japonés también se lo han adjudicado a otras malváceas que tienen flores parecidas en cuanto a su forma y la condición de sus pecíolos, que las hace colgantes, pero como, además, presentan similares condiciones de cultivo, se les pueden aplicar las observaciones que aquí se detallan, sin que las plantas sufran por eso.
Si bien son especies que dan semilla, que germina sin problemas, la reproducción habitual se realiza por esquejes, es decir, que aquí, pedir un gajito es el método más corriente para obtenerla. El gajo se puede cortar de cualquier sector de las ramas, plantar en cualquier época, aunque el sentido común nos indica que otoño y primavera son temporadas más apropiadas. Se corta el gajo en bisel, se entierra en sustrato suelto, se riega para consolidarlo, y se ubica a la sombra luminosa. Colocarle encima un frasco dado vuelta asegura una brotación sin marchitamiento. Eso es todo y luego, cuando se ve prendido se lo puede ubicar en un lugar soleado del jardín o en maceta.
Los hay de follaje variado por obra de un virus -Abutilon pictum- o marginado con blanco. En todas sus versiones, es un arbusto de rápido crecimiento, cuya forma y tamaño lo hacen fácilmente ubicable, pero plantadas cerca de la entrada, se consideraban signos de bienvenida.
Otras especies de la misma familia son el Abutilon megapotamicum (farolito), arbusto de ramas largas que se hacen apoyantes cuyas flores colgantes tienen cáliz rojo y pétalos amarillos, y el Malvaviscus arboreus (malvavisco), arbustos que puede alcanzar los cuatro metros de altura, originaria de México, muy visitada por los picaflores, con los mismos métodos de reproducción. Especies fáciles y atractivas para lucir sin demasiado trabajo.