Diseñar simplemente por la sostenibilidad ya no es suficiente, tenemos que diseñar para la regeneración", comienza entusiasmada la charla con la nacion la arquitecta especialista en sustentabilidad Mónica Cohen y autora del libro Insperience, la naturaleza del diseño. La mujer es especialista en biomímesis –del griego, bio, significa vida y mimesis, imitar– una ciencia de innovación que, según la especialista, se basa en "sentir a la naturaleza como nuestra mentora en vez de tomarla como recurso". En otras palabras, permite descubrir de qué manera la naturaleza puede ayudar en futuras soluciones innovadoras. A diferencia de los arquitectos tradicionales, Cohen trabaja con un equipo interdisciplinario que incluye biólogos. La referente es fundadora de Biomimicry Argentina Network, empresa especializada en el asesoramiento sobre biomímesis a profesionales del diseño y otras áreas.
-¿Hay casos en los que la naturaleza haya permitido hacer una arquitectura diferente?
-Sí, el arquitecto Michael Pearce basó su diseño del centro comercial Eastgate en Harare, Zimbabue, en el diseño de los termiteros –colonia de termitas–. El edificio abarca media manzana del centro Harare y combina un complejo de oficinas con un centro comercial. Las termitas edifican sus nidos teniendo en cuenta los principios básicos de la termorregulación. Orientan su disposición en el eje Norte–Sur, mientras su morfología, similar a una chimenea, eleva y disipa el aire caliente, menos pesado, renovando el aire más frío –y pesado– en la base, en una corriente iniciada en la red de conductos subterráneos excavada por legiones de termitas –que actúan como fuente de refrigeración un termitero–. El Eastgate está ventilado, refrigerado y calefaccionado por medios totalmente naturales. El edificio tiene cuatro paredes gruesas de mampostería en el exterior y un atrio de siete pisos de altura en el interior. El aire exterior ingresa a través de múltiples ventilaciones y la masa del edificio lo calienta o lo enfría en función de cuál esté más caliente: el hormigón de la estructura o el aire. La ventilación del Eastgate cuesta una décima parte de la ventilación de un edificio equipado con aire acondicionado estándar y consume un 35 por ciento menos de energía que seis edificios convencionales. Tal como lo descubrieron los propietarios del Eastgate, un edificio que tenga un uso eficiente de la energía también puede resultar bueno para el bolsillo. Durante los primeros cinco años del edificio, ahorraron US$3,5 millones de gasto energético gracias a su diseño.
-¿La impresión 3D "copió" a la naturaleza?
-Esta tecnología te da la posibilidad de construir capa por capa, como lo hace la naturaleza, y que cada una de ellas sea del material y la forma exacta que se necesita para la función requerida, evitando así los desperdicios. El objeto obtenido al final de su vida útil debe ser "reutilizable" para alimentar de nuevo la impresora, y ser biodegradable.
-¿Se pueden diseñar espacios "más sanos" para el ser humano?
-Para diseñar espacios más sanos para el ser humano podemos por un lado aplicar las normas constructivas de WELL Building Standard. Se trata de una propuesta que incorpora a la neurociencia y nos ayuda a establecer y utilizar recursos para el bienestar en todos los niveles: orgánico, mental y espiritual. Por otro lado, en el campo del diseño interior podemos aplicar el concepto estético de biofilia, que significa amor a la vida –la conexión emocional del ser humano con la naturaleza–.
Un ejemplo es Amazon. La empresa está construyendo un conjunto de edificios en forma de esfera, en el centro de Seattle como sede de sus oficinas. El mismo ofrecerá a los empleados un invernadero, con casas en los árboles, un arroyo interior, puentes colgantes y alrededor de 3000 especies de plantas, muchos de ellas en peligro de extinción y se seleccionarán por su capacidad para coexistir en un microclima que también se adapte a la gente. El objetivo es inspirar a los empleados creando un ambiente similar al de un parque.