Mucho se habla y escribe respecto del arbolado urbano, provocando tanto conflictos como adhesiones. Así que esta columna ha decidido ocuparse del tema, pero en este caso no para criticar, sino para hablar bien de un árbol aceptado por todos.
Se trata de una especie actualmente en flor (floración que se prolongará todo el verano) llamada Lagerstroemia indica, también conocida como lila japonesa o crespón. Su talla mediana, que puede llegar a los 5 metros, la hacen fácilmente ubicable en patios y jardines, además de su utilización como árbol urbano, sobre todo en calles angostas. Tiene hojas ovales, enteras, caducas, que toman bella coloración otoñal (rojiza, amarilla o anaranjada); tronco cuya corteza se desprende en placas y deja ver manchas en varios tonos de tostado, y copa redondeada en la que el crecimiento de las ramas no asume longitudes desproporcionadas. En resumen, un arbolito cuyas partes son todas vistosas y decorativas. Las flores, agrupadas en racimos en los extremos de sus ramas, lucen tonos de rosa púrpura o lila y blanco.
Si bien produce pequeños frutos con numerosas semillas, la reproducción habitual es por gajos al final del invierno para nosotros, simples jardineros. Aunque es más conveniente adquirir un arbolito ya formado, plantarlo cavando un gran hoyo y enterrarlo hasta donde indica la marca del tronco.
Es una especie poco delicada, requiere suelo común de jardín, ubicación a pleno sol a sombra parcial, y si bien es originaria de la China tropical, en nuestro clima prospera muy bien. Como hasta ahora hablamos de sus virtudes, entre sus defectos diremos que es sensible a algunas enfermedades producidas por hongos (nunca se las he visto) y la favorece una poda al final del invierno, para quitar las ramitas que han florecido. Nos queda sólo disfrutar de su presencia, reconociéndolo en calles de cualquier ciudad.
Su nombre aplicado por Linneo, padre de la botánica moderna, recuerda a Magnus Jus Lagerstrom, director de la compañía sueca de las Indias Orientales que le mandaba plantas. En Europa se lo conoce también como árbol de Júpiter. Ahora es nuestro por adopción.