En este nuevo escenario, la demanda exigirá más y ya no alcanzará solo con construir proyectos de calidad constructiva
- 3 minutos de lectura'
Luego de años de inestabilidad e incertidumbre, el 2025 aparece en el horizonte con una dinámica económica distinta. La llegada del crédito hipotecario, las hipotecas divisibles y la estabilización macroeconómica no solo reactivarán el mercado del real estate, sino que también lo transformarán.
En este nuevo contexto, los principios fundamentales del negocio inmobiliario vuelven a ocupar el centro de la escena: calidad del producto, ubicación estratégica, confiabilidad del desarrollador y trayectoria serán las variables determinantes a la hora de la decisión de compra.
Esta renovada competencia llevará al mercado a un salto cualitativo transformador. En un escenario donde el crédito facilita el acceso a la propiedad, los desarrolladores deberán elevar sus propuestas para satisfacer las nuevas exigencias de los compradores.
Lo que antes era considerado producto para el segmento medio, deberá ser concebido con estándares premium, y lo que se catalogaba como premium, evolucionará hacia lo “high end”. El real estate se mueve hacia arriba en la escala cualitativa, dejando atrás las soluciones estáticas y apostando a productos de excelencia.
En este nuevo escenario, no alcanza con ofrecer solo calidad constructiva. La experiencia del inversor, desde el pozo de obra hasta la entrega, será clave para garantizar la solidez de cada proyecto. Los servicios financieros e integrales que acompañen el proceso serán, sin dudas, un diferencial competitivo.
Es un camino que algunos ya hemos comenzado a recorrer. Por ejemplo, el modelo de financiación implementado hace algunos años con OM Palermo permitió acceder a una propiedad premium por el valor de una cuota de alquiler, completando el pago incluso una vez tomada posesión del inmueble.
Este cambio de paradigma también abre las puertas a productos únicos que redefinen los límites del lujo urbano. Por caso, la asociación con cadenas hoteleras puede ser un paso clave en la estrategia high end: lanzaremos un complejo de residencias de marca de los pocos que hay a nivel global y el primero del mundo de esta cadena, que ofrecerá una experiencia de estándares internacionales, en el Dique 4 de Puerto Madero. Este lanzamiento no es solo un símbolo de lo que viene para el sector, sino también una confirmación de que la competencia del mercado inmobiliario estará marcada por la capacidad de innovar y ofrecer productos excepcionales.
Aquellas desarrolladoras que logren conjugar trayectoria, calidad y soluciones integrales para el inversor serán las que mejor capitalicen este ciclo de crecimiento.
En un mercado que vuelve a sus principios fundamentales, la vara está más alta que nunca. El 2025 será un año de transformación: un real estate en movimiento, con nuevos estándares, nuevas oportunidades y, sobre todo, una renovada confianza para construir el futuro.
*El autor es socio fundador de NorthBaires