Dicen que cada 10 años hay una crisis en la Argentina. En el sector inmobiliario los ciclos son más cortos, y para entenderlos hay que tener en cuenta que los bienes raíces son activos de inversión, dolarizados (nos guste o no) y con costos en pesos, de modo que la inflación, el tipo de cambio y la confianza, siempre tienen enormes impactos sobre el sector.
A la salida de la convertibilidad, el fuerte abaratamiento de la construcción en dólares catapultó la rentabilidad de los proyectos y el nivel de actividad. El retraso cambiario que llegó después, acompañado con inflación, invirtió la ecuación y desaceleró los proyectos. A su vez, el cepo, producto de la fuga de capitales y la desconfianza, terminó por paralizar la industria de los desarrollos casi por completo. Es seguro que habrá un par de años complicados, pero luego tendremos un rebote que se traducirá en un importante flujo de dólares hacia la Argentina. Ello generará, como siempre, una revalorización.
Los inversores de afuera, que ya empiezan a venir, nos preguntan si es momento de entrar o si aún es prematuro. Difícil saberlo. Los proyectos inmobiliarios en particular ofrecen la posibilidad de ir pagando en pesos activos que podrían llegar a bajar de precio (si el dólar se disparara), pero en el tiempo tendrán, sin duda, un recorrido ascendente muy significativo.
Los grandes bancos, que invierten en sus propias torres corporativas, contraen sus carteras crediticias y lo saben.
En Capital, entrando en proyectos en torno de los 20.000 pesos por m2, con amenities y buen diseño, el margen de error es bajo. En el interior, algo más de la mitad es un buen valor también. Al inversor le terminará costando menos de 2000 dólares blue por m2 acá. Ese proyecto llegó a valer 3000 y a eso volverá, o más aún. Y en el interior llegará a 2000, por lo menos. Puede haber turbulencias macroeconómicas, por lo que la solvencia del desarrollista tiene que ser una variable crítica a mirar con detenimiento antes de meterse en un pozo.
Algunos, con ahorros en dólares, seguirán esperando que los valores caigan. Si la economía se descontrolara, desaparecerá la oferta de buenos proyectos. Hoy, aún se puede hacer una buena selección de oportunidades y hay que aprovecharlo. En síntesis, es momento de precalentamiento de developers e inversores. Están dadas las condiciones de empezar a ver negocios con sumo cuidado.
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