El casco es un elemento crucial para el caballo, guarda en su interior a importantes componentes del pie, asegurando de esa forma su funcionalidad y protección. Las variaciones del tiempo provocan un calor agobiante acompañado por intensas lluvias en determinadas regiones, o en otras, sequedad de los suelos, generando efectos en una estructura podal que es crucial resguardar.
Si el animal está suelto en un potrero o campo, tendrá que lidiar con las condiciones del piso donde debe estar y afrontar diferentes condiciones. En zonas de lluvias estará acompañado por barro o agua que los hacen resbaladizos u otros son duros y secos por el penetrante sol o el enérgico calor. Los extremos climáticos demandan la observación de los animales, porque presentan causales para la aparición de claudicaciones localizadas en el aparato locomotor. Los suelos caracterizados por su dureza pueden ocasionar contusiones de la suela o ruptura de las capas del casco, en cambio los particularizados por ser húmedos van a desencadenar alteraciones en la uña y provocan una mayor susceptibilidad para el ataque de microorganismos.
El cuidado de los cascos para el animal que está suelto en un potrero o en el campo debe ser muy tenido en cuenta, porque en zonas calificadas por su humedad el caballo no logra desgastar el normal crecimiento mensual, por lo tanto la uña suele empezar a sobresalir por los costados, deformarse y quebrarse, generando rupturas del casco llamadas fracturas, acompañada por dolores. Estos animales precisan un desvasado periódico, para recortar ese crecimiento irregular.
En zonas secas, existe un equilibrio entre el crecimiento mensual y el desgaste proporcionado por el suelo. La sequedad del casco puede generar inconvenientes y en ese caso es importante usar ungüentos para humedecerlo.
Para el cuidado de los cascos del caballo que vive en box, se recomienda la limpieza diaria para eliminar restos de cama, materia fecal u otros componentes localizados en las lagunas laterales o central del casco, y detectar los cuerpos extraños o heridas. Se sugieren aplicar sustancias protectoras para la uña y durante la higienización controlar el estado de las herraduras y de sus clavos.