En un mundo donde los incendios forestales y los huracanes son cada vez más frecuentes, el diseño de nuevas viviendas serviría para anticipar los desastres climáticos que se avecinan. Estas nuevas construcciones no estarían realizadas con materiales convencionales sino con biocerámica, un elemento capaz no sólo de soportar desastres naturales sino que además permitiría bajar drásticamente los costos de construcción.
Las propiedades, proyectadas por una startup llamada Geoship, cuentan con un diseño en forma de cúpula geodésica. Según los desarrolladores el domo estará realizado con un material liviano, el cual tiene una larga lista de ventajas. La cerámica, uno de los elementos fundamentales en esta estructura, es resistente al fuego hasta 1482 grados centígrados; lo que garantiza que en un incendio, la casa no arderá. Además, refleja más del 80% del calor del sol, ayudando a mantener el interior fresco durante las peligrosas olas de calor. Este material también tiene como característica su fortaleza, que combinado con la fuerza inherente que le aporta el diseño del domo, debería poder sobrevivir a los huracanes.
Otro dato no menor es que las Geoship resisten tanto a los insectos como al moho. Los constructores garantizan que este material en una inundación, absorbe poca agua. Mientras que en un terremoto, debido a la forma del edificio y la forma en que los paneles se unen químicamente, la casa debe mantenerse en pie.
La startup estima que las casas durarán 500 años. Si las personas necesitan abandonar un área en particular, Algo que será más probable a medida que aumente el nivel del mar, la propiedad se puede desmontar y reconstruir en poco tiempo. En el futuro, si se necesitan reparaciones, se puede usar el mismo material nuevamente porque la biocerámica actúa como un pegamento y se adhiere a sí misma.
Todo esto, afirma la compañía, puede costar un 40% menos que la construcción tradicional. La geometría reduce la cantidad de material necesario: una cúpula podría usar la mitad del material de una casa tradicional de dos pisos con la misma superficie cuadrada. La cerámica se puede hacer principalmente de fosfato, que se puede reciclar de las aguas residuales. Los paneles, fabricados en una fábrica, pueden entregarse en un contenedor de envío y ensamblarse en el sitio en días, ahorrando costos de mano de obra. "Esencialmente, es como Legos yendo juntos", dice el fundador de Geoship, Morgan Bierschenk.
En el interior, las casas están llenas de luz natural. El aire fresco de los respiraderos en la parte superior e inferior de la cúpula ayuda a enfriar la vivienda de forma natural. El aislamiento, hecho del mismo material cerámico lleno de aire, ayuda a que el hogar sea "pasivo" para que pueda calentarse y enfriarse sin energía externa. Los materiales no crean ninguna contaminación del aire interior. La estructura esférica de las casas con forma de balón de fútbol fue popularizada por el arquitecto del siglo XX Buckminster Fuller. Este hombre imaginó el diseño como una solución a la crisis de la vivienda después de la Segunda Guerra Mundial, pero nunca fue tenido en cuenta. Bierschenk cree que los nuevos materiales hacen que esta arquitectura sea más factible en la actualidad.
Lo que viene
La compañía, que tiene planes de producir tanto casas de campo como comunidades completas, llamó la atención de la firma de calzado Zappos con quien está trabajando para construir una pequeña "aldea" de este tipo en Las Vegas, cerca de la sede del minorista de zapatos en línea. El plan es ofrecerlos como vivienda gratuita para algunas de las muchas personas que están viviendo sin hogar en la ciudad.
Para ayudar a ahorrar costos, la compañía planea ayudar a las comunidades a formar fideicomisos de tierras comunitarias. "Creemos que para resolver realmente la crisis de la vivienda asequible, debe tener alguna forma de trascender la vivienda unifamiliar con la propiedad de la tierra y eliminar la especulación de la tierra", dice. La startup está construyendo una plataforma en la que grupos de personas pueden usar para colaborar en el diseño de una aldea de las casas, y luego guiará a los grupos a través del proceso de creación de un fideicomiso comunitario de tierras. También planea crear un modelo de propiedad cooperativa, y los clientes serán dueños entre el 30% y 70% de la compañía. "Esto reestructura fundamentalmente la industria de la construcción de viviendas y el propio capitalismo", afirman de la empresa. Pasarán al menos dos años, dice Bierschenk, antes de que las casas Geoship estén en producción. La compañía está recaudando fondos ahora para su primera planta de producción. Si todo avanza según lo planeado, sería una victoria para el medio ambiente.
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