Costa del Este no es sólo una ciudad con vista al mar y rodeada de bosque; además integra la lista de las más jóvenes de la Argentina con 52 años de existencia. Se trata de una localidad en la que viven 630 familias y que se convirtió en la playa exclusiva del Partido de la Costa, así como en los 80 se pusieron de moda Pinamar y Cariló en la zona de General Madariaga. Costa del Este es el único balneario de esa área costera (incluye a sus vecinas Santa Teresita, Mar del Tuyú, San Bernardo y Mar de Ajó) que recibió inversión productiva de envergadura para mejorar su infraestructura.
Juan Ignacio Politi, CEO de Almarena Apart y Hotel Boutique, un complejo inmobiliario que demandó un desembolso de US$12 millones en cuatro años, cuenta a la nación que en los últimos años no aparecieron suficientes proyectos de inversión para incrementar el desarrollo inmobiliario y turístico en ese corredor de la costa. "En un predio de seis terrenos construimos 40 departamentos equipados y 19 habitaciones boutique. Si sumamos el salón de fiestas, el quincho, las piscinas y los espacios comunes, son 5200 m2 en total", explica el responsable del emprendimiento que acaba de inaugurar 22 unidades.
Lo distintivo de Almarena no tiene que ver con su ubicación geográfica. El mercado financiero contribuyó a que se concretara el último tramo de la inversión requerida por los accionistas para ampliar y remodelar el modelo de negocio original (de 2015) en medio de un contexto económico adverso: alta inflación, tasas por las nubes, inestabilidad cambiaria y recesión. "En una primera instancia buscamos crédito a tasas blandas en bancos comerciales, pero no pudimos acceder. Por eso colocamos una ON (obligación negociable) en la Comisión Nacional de Valores (CNV) y nos llevamos una sorpresa: recibimos ofertas por US$2,5 millones. Eso era bastante más de los que necesitábamos", dice el CEO de Almarena. Finalmente, la sociedad que administra el proyecto en Costa del Este se endeudó en US$1,5 millones con el apoyo del mercado local. Eso le permitió acceder a una tasa menor (7 por ciento anual por un período de tres años) que en el exterior. Es que si el grupo inversor hubiera pedido esa suma a entidades financieras en el extranjero, el costo de dinero hubiera superado el 9,5 por ciento anual por el incremento del riesgo país post devaluación. "El BICE nos ayudó a suscribir unos US$450.000 a una tasa del 7,5 por ciento anual a cuatro años", aclara Politi.
Con la ampliación de las instalaciones, el complejo frente al mar se convirtió en un edificio sustentable. Politi cuenta que como Costa del Este aún no tiene cloacas ni agua potable, a pesar de ser una localidad de la provincia de Buenos Aires, ellos construyeron una planta de tratamientos de afluentes y un sistema moderno para la reutilización del agua que utilizan el resto de los vecinos de esa área. "No sólo consumimos agua para riego y para la limpieza del hotel, además tenemos que mantener nuestro propio lavadero y los servicios de los dos restaurantes que están abiertos todo el año", cuenta el joven economista, egresado de la Universidad Di Tella.
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