La irrupción del coronavirus Covid19 logró lo impensado: aislar a un mundo globalizado. Este un dato demoledor para la industria hotelera que atraviesa un momento crítico. De hecho, los establecimientos con menos espaldas financieras ya analizan presentarse en concurso preventivo.
El corte de las conexiones aéreas, el cierre de los aeropuertos y la paralización del turismo interno, producto de la cuarentena declarada por el Gobierno nacional, obligó a muchos hoteles a cerrar sus puertas transitoriamente. "Hoy, más de la mitad de los hoteles Accor en todo el mundo están cerrados, probablemente serán más de dos tercios en las próximas semanas", comenta Sebastián Bazin, presidente y CEO de la cadena hotelera Accor. En números, la ocupación hotelera en la Argentina cayó al 0 por ciento, ya que por ley deben estar todos cerrados.
El contexto no ayuda y algunos expertos advierten que si el Gobierno no toma medidas urgentes, una gran cantidad de establecimientos cerrarán sus puertas, lo que representaría la pérdida de unos 15.000 puestos de trabajo. "Hoy toda la cadena productiva de turismo del país ocupa directa e indirectamente a 1.100.000 personas. Si este escenario no ser normaliza en seis meses la mayoría de los que trabajamos en el turismo estaremos en riesgo de perder el trabajo y la mayoría de las empresas en quiebra, ya que son muy pocas las empresas que podrán subsistir sin tener una economía equilibrada", relata Roberto Amengual, presidente de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT) -entidad que nuclea a hoteles de 4 y 5 estrellas del país-. Respecto al número de posibles desempleados explica que "15.000 son los empleados directos que tienen todos nuestros asociados que pertenecen a hoteles de 4 y 5 estrellas. Si el gobierno no toma medidas rápidas, todos ellos podría perder el trabajo. En este escenario son muy pocos los que podrían sobrevivir", justifica. Al mismo tiempo, aclara que el grupo de más riesgo son los grandes hoteles, los que tienen más de 100 empleados, ya que para ellos hasta el momento no hay beneficios. "Aunque posiblemente los primeros en quedar en el camino son algunas de las marcas pequeñas con poca espalda para poder soportar esta crisis", adelanta.
Noel Verger, director de la división Hoteles de L.J. Ramos, comenta que "las consecuencias no se pueden medir. Muchos hoteles y compañías aéreas podrían cerrar, no solo en la Argentina sino en todo el planeta", relata y agrega: "El sector hotelero vive una crisis de magnitudes semejantes a las que experimentó el planeta durante la Segunda Guerra Mundial. Al cerrar las fronteras, cancelar miles vuelos y poner en cuarentena el flujo del turismo, disminuyó a valores históricos. El especialista detalla que las ventas de las compañías aéreas internacionales registraron un desplome del 44 por ciento con pérdidas que se estiman en los US$113.000 millones. "Esto hace creer que las empresas van a necesitar una inyección cercana a los US$200.000 millones para volver a funcionar. En esta coyuntura, el Gobierno Británico está analizando nacionalizar British Airways que pertenece al Grupo IAG integrado por otras aerolíneas como ser Iberia", afirma Verger.
Amengual relata que en el país hay 200 instalaciones cerradas con ingresos nulos, sin generación de flujo de caja que les permita hacer frente a compromisos de todo tipo. "El más importante es el que corresponde a los sueldos del personal. El turismo es mano de obra intensiva –es decir empresas que ocupan muchos operarios en contraposición a las que están automatizadas-", alerta el empresario.
Los especialistas explican que esta no es una crisis más y que, sin duda, marcará un punto de inflexión en la industria. Alberto Albamonte, presidente de las cadenas Howard Johnson Argentina y Days Inn Argentina, plantea un antes y después. "Es una situación extremadamente delicada. Nuestra industria –como muchas otras– se ve fuertemente afectada sobre todo por la decisión de las autoridades gubernamentales que ‘nos ordenan’ cerrar los hoteles. Una medida drástica, que nos llena de angustia, dado que los gastos fijos de un hotel son enormes" reflexiona. Albamonte adelanta que el daño económico es inconmensurable y que el sector, a nivel regional, registra la menor ocupación en diez años.
Hoy, cerca de 20 establecimientos –la mayoría de ellos de tres y cuatro estrellas- se encuentran operativos hospedando a personas en cuarentena pero el Gobierno porteño prevé incorporar algunos más.
"Lo que nos paga el Gobierno apenas alcanza para cubrir los gastos fijos", relata en off de record una de las fuentes consultadas. En datos concretos, los establecimientos reciben por una noche unos $1000 + IVA, una tarifa lejana a la regular de entre $4500 y $10.000 que cobraban a los turistas en tiempos de no coronavirus. "El modelo que se implementó en la Argentina, donde los hoteles ceden sus instalaciones para cuidados preventivos de afectados también se utiliza en China y Nueva York", explica Ramiro Alem, Cofundador y CEO inverTUR. Para Albamonte, esta salida no fue la mejor. Advierte que "los hoteles no están preparados para recibir personas con enfermedades infecciosas y contagiosas", comenta el empresario.
Cuenta regresiva
En cuanto a plazos, la AHT y la Cámara Argentina de Turismo (CAT) aclaran que los flujos de caja de cualquier negocio pueden resistir como máximo 21 días sin ingresos y que superar esos lapsos obliga a replantearse todos los aspectos del negocio.
El escenario actual es preocupante y esto obliga a tomar medidas extremas, remarca Verger. "Todas las cadenas están suspendiendo al personal hasta que comiencen a generar ingresos. Tan solo para poner un ejemplo, Marriot envió al 80 por ciento de sus trabajadores a su casa y le pagará el 20 por ciento del sueldo. El mercado no existe", analiza. En la misma línea de lo que plantea el especialista, la cadena Accor comenzó a tomar medidas a nivel global. Lo hizo desde comienzos de febrero y en forma paulatina. "Implementamos la reducción y el licenciamiento del 75 por ciento de los equipos de la oficina central global durante el segundo trimestre del año, lo que representa una reducción mínima de 60.000 euros. Por otro lado, también se están racionalizando todos los costos de áreas como marketing e TI, entre otros", detalla Bazin y aclara que "la compañía tenía previsto el pago a sus accionistas de dividendos por 280 millones de euros. Pero dado la situación decidió asignar un 25% de ellos a la creación de un fondo denominado ‘All heartist fund’ destinado a ayudar a los 300.000 empleados del grupo. La firma, por medio de este fondo, se compromete a pagar los gastos de salud de su personal (que no tengan ni seguro social ni médico) que estén relacionados con el Covid19. Además, el grupo brindará apoyo a profesionales de atención médica en primera línea y a organizaciones sin fines de lucro que estén luchando contra la enfermedad".
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