Cuando conceptos como la colaboración y la comunidad son la esencia de un negocio, una pandemia global que obliga al aislamiento no pareciera ser el escenario más auspicioso. Los espacios de coworking llegaron para revolucionar la experiencia laboral, no son solo la sede de muchos emprendedores y trabajadores autónomos sino, también de grandes y medianas empresas que decidieron apostar a este modelo para reducir sus costos operativos, y, además, proveer a sus empleados de los "amenities sociales" que su estructura carecía.
En la Argentina la cuarentena obligatoria lleva casi dos meses por lo que los planes de trabajo de los espacios de coworking locales dieron un giro de 180 grados. Muchos se encontraban en plena expansión y con nuevas aperturas para este 2020, pero todos, tuvieron que hacer borrón y cuenta nueva para sostener y mantener a su comunidad y reacondicionar los espacios para el futuro regreso a los espacios de trabajo en el que primaran la distancia, la higiene y una interacción mínima e indispensable.
Cada dos semanas, la consultora PwC realiza una "encuesta de pulso" para rastrear el cambio de sentimientos y prioridades de los directores financieros de las principales firmas de Estados Unidos. En la última, publicada el pasado 27 de abril y en la que participaron más de 300 ejecutivos, surgieron resultados interesantes con respecto a "la vuelta a la oficina" y, en particular, la utilidad de los espacios físicos y las respuestas vislumbran un cambio de paradigma: el 49% de los encuestados ve como una opción implementar el trabajo remoto permanente para los roles que lo permiten, el 40% se propone acelerar la automatización y las nuevas formas de trabajo, y el 26% considera reducir su "huella de bienes raíces", es decir, reducir el uso de instalaciones.
Sin embargo, quienes manejan espacios de coworking en la Argentina, a pesar del impacto en el corto plazo, se muestran optimistas para el largo plazo. Desde WeWork, la red de coworking y espacios de trabajo que ya cuenta con 840 ubicaciones en 133 ciudades, explican a la nacion que trabajaron en un protocolo global y que la experiencia en sus instalaciones en otros países les permite responder rápidamente en el resto de los mercados. "Sabemos que muchos argentinos van a estar regresando a sus oficinas en los próximos días con la incertidumbre de saber si su espacio de trabajo será seguro. Nosotros lo hemos vivido hace varios meses atrás en las regiones de alto riesgo como China continental donde hemos introducido niveles elevados de medidas preventivas, como suspender eventos en áreas comunes, aconsejar a los miembros que limiten los visitantes, pausar los servicios de barista y desayuno, y exigir a los proveedores externos que entreguen productos en áreas designadas fuera de WeWork", adelanta Tomás Calusio, director de WeWork Argentina y aclara que en nuestro país el plan estará centrado en tres puntos: distanciamiento profesional, limpieza y señalética orientativa.
Calusio aclara que la empresa, cuya sede central está en los Estados Unidos, "sigue las pautas del Centro de Control de Enfermedades de los EE. UU. (CDC), la Organización Mundial de la Salud, y las autoridades gubernamentales y sanitarias locales". "Tenemos un plan global sólido listo para poner en práctica en caso de descubrir que un miembro o un colaborador contrajo coronavirus. En ciertas circunstancias, dependiendo de la gravedad del incidente y la orientación de las autoridades sanitarias locales, este plan puede implicar el cierre de un edificio por un período de tiempo específico". reconoce.
Desde la firma no informan la cantidad de bajas o bien mora en el pago de sus servicios en la Argentina, pero sí cuentan que los espacios -seis en total, tres en microcentro y Retiro y tres en Zona Norte- se mantuvieron abiertos los edificios para las empresas que forman parte de los sectores exceptuados por el Gobierno y, a nivel global, lanzaron la iniciativa WeWork for Good con la que ofrecen sus espacios a las ONGs e instituciones gubernamentales que están luchando para combatir el coronavirus.
Los casos
El arquitecto Alejandro Gawianski, presidente de HIT Group, explica que todos los espacios de HIT Cowork estaban completos antes de la cuarentena (siete en total, distribuidos en Belgrano, Palermo, Núñez, Las Cañitas, Parque Patricios y uno en Valparaíso, Chile) y que se encontraban por inaugurar el nuevo HIT, ubicado en el Centro Empresarial Libertador, en Nuñez, y otras locaciones en Perú, Brasil y Miami. "Nos vimos obligados a cerrarlos hasta nuevo aviso, pero sin cesar nuestras actividades", subraya. El ejecutivo confirma que a su comunidad no sufrió moras en los pagos ni caídas en los contratos y que ofrecieron financiamiento según cada necesidad, por ejemplo, a los trabajadores independientes les bonificaron sus membresías. "Algunos prefirieron continuar con un pago del 50% y acceder a los servicios que seguimos brindando, las grandes empresas siguen con sus contratos y a ellos también les brindamos una cantidad de servicios a distancias", relata. Entre estos servicios se destacan el envío a domicilio de las sillas ergonómicas y gestos como llevarles su taza de café y cuadernos de notas con mensajes motivacionales. "Organizamos zoom diarios con clases de gimnasia y meditación para el bienestar de cada uno, y eventos de capacitación personal y profesional", agrega.
Al hablar del regreso, Gawianski confirma que están en pleno movimiento para garantizar en sus espacios todas las medidas preventivas de seguridad e higiene con cámaras de temperatura, test de olfato, declaraciones juradas de cada miembro sobre y estado de salud y sus antecedentes y las condiciones para garantizar el distanciamiento social y la limpieza. Aunque por el momento no tiene un número redondo, el arquitecto destaca que cada cabina para tomar la temperatura cuesta $300.000 aproximadamente.
Un espacio en Palermo 100% ocupado e inauguraciones previstas en Quilmes y en Neuquén. Esa era la foto de La Comunidad de Negocios Inmobiliarios (LCNI), espacio de cowork de nicho dedicado al sector del Real Estate. Pablo Sanchez, General Manager de LCNI, divide el impacto en tres fases: corto, mediano y largo plazo. "En el corto plazo el impacto es catastrófico, tuvimos que contener a nuestros usuarios, repactar con los proveedores y desarrollar un plan de emergencia para operar a distancia", describe y continúa su análisis: "Para el mediano plazo, una vez levantada la cuarentena, en los primeros 60 o 90 días veo un regreso con cierta dificultad desde lo operativo y lo económico, pero a largo plazo soy optimista porque el modelo cooperativo es la mejor opción para que las empresas bajen los costos", explica. Sanchez aclara que solo tuvieron un 15% de bajas. "Las caídas fueron muy pocas pero la mora sí fue más importante. En todos los casos a quienes necesitan un acompañamiento, sin importar su tamaño y contrato, les hicimos una importante bonificación en su membresía para que el esfuerzo sea compartido", aclara el ejecutivo.
Huerta Coworking inauguró su primera sede en Palermo en mayo de 2018 y la segunda en microcentro para noviembre de 2019. "En Palermo estábamos al 100% y en microcentro al 40% con una alta demanda de consultas", destaca Agustín D’Elio, cofundador quien aclara que ya a principios de marzo incrementaron las medidas de seguridad e higiene y que antes de la cuarentena obligatoria ya habían cancelado todos sus eventos y muchos miembros de la comunidad no estaban asistiendo al espacio. "Hubo empresas que vieron afectada su facturación y decidieron dejar en hold su contrato, en su mayoría son empresas de servicios con clientes tanto en el mercado interno y externo. Para los planes más flexibles creamos una opción de abonar un 50% de la membresía la cual se va a descontar cuando podamos abrir los espacios. En la mayoría de los casos aceptaron la propuesta", destaca D’Elio. Sin embargo, aclara que ellos nunca dejaron de operar: "Mudamos la comunidad al formato digital y adaptamos nuestros productos como "45 minutos de networking" o micro charlas y afianzamos las plataformas que usábamos, como Slack y Notion", explica.
A la misma altura de la Torre Bellini, la ya emblemática sede de We Work a metros de la plaza San Martín, pero sobre la calle Maipú se encuentra Teamworks, espacio que dirige Tamara Gimenez quien aclara que tampoco tuvo bajas sustanciales, pero sí fueron analizando caso por caso y ofrecieron una reducción de costos para las oficinas tradicionales y congelaron los precios durante seis meses. Con respecto a la vuelta casa y la distribución, Gimenez destaca que el diferencial de la compañía que maneja es el espacio. "Hay hasta más tres metros de distancia entre un escritorio y otro, realmente son grandes y todas nuestras ventanas dan al exterior. Esta es una de nuestras características más apreciadas, por lo que en cuanto a la distribución no vamos a tener que plantear grandes cambios", afirma y agrega que el espacio también contaba, de por sí, con un sistema de aire central con los filtros necesarios para la circulación y limpieza del aire. Teamworks también se sumó al acompañamiento digital y hasta organizó un after a través de Zoom. "Ha hay que reinventarse, acompañarlos desde lo que somos, no solo desde el número desde la bonificación también desde lo emocional y las actividades", relata.
Un dato interesante que plantea una encuesta de Contract Workplaces -empresa que construye espacios de trabajo- es que solo un 7% elegiría trabajar en forma permanente desde su casa una vez terminada la cuarentena. Mientras que un 11% preferiría volver a realizar sus tareas solo desde la oficina y a un 82% le gustaría tener flexibilidad para optar por el lugar que le resulte más apropiado como, por ejemplo, un coworking.
Otras noticias de Propiedades
Más leídas de Propiedades
Créditos hipotecarios. Un nuevo banco se suma a los que dan préstamos UVA y acepta sumar los ingresos de 4 personas
Historias. La insólita decisión que tomó un empleado de Google porque no podía pagar el alquiler
El mercado inmobiliario. Cerró el mejor octubre en 6 años y récord en ventas con crédito hipotecario
La había comprado con Shakira. La insólita razón por la que un grupo de jóvenes “atacó” la mansión de Piqué