Una biblioteca no solo con libros: un edificio de 115.000 metros cuadrados, 4,8 millones de ejemplares y espacios innovadores de encuentro

Así como un imponente crucero que navega a través de la copa de los árboles, la biblioteca más nueva de Shanghái emerge del borde del parque más grande de la ciudad. Con una superficie de más de 115.000 de metros cuadrados en siete pisos y dos pabellones adicionales debajo, la Biblioteca Este de Shanghai es un buque gigante por derecho propio. Contiene no solo libros y los tipos de espacios de estudio que siempre tuvieron las bibliotecas, sino también una variedad de espacios comunitarios, sociales y culturales que muestran cómo está evolucionando la biblioteca como institución.

Diseñada por Schmidt Hammer Lassen Architects, la biblioteca es una de las más grandes del mundo y espera 10.000 visitantes al día. Chris Hardie, director de diseño de la firma, dice que tanto la ciudad como el equipo de diseño querían asegurarse de que el proyecto no fuera solo un almacén para los 4,8 millones de libros de la colección de la biblioteca, que es esencialmente lo que es la biblioteca central actual de la ciudad.

Hardie vive en Shanghái desde hace una década y vive a pocas cuadras de la biblioteca principal. El edificio antiguo tiene dos torres altas que actúan principalmente como una instalación de almacenamiento. “Estas torres son solo para libros. El público no puede entrar”, dice. “Solo el 20% está abierto al público. El otro 80% es puro almacenamiento”.

Para Shanghai Library East, los diseñadores invirtieron ese equilibrio, convirtiendo más del 80% de los metros cuadrados en espacios que no son libros: mesas de lectura y salas de estudio, lugares de actuación y salas de conferencias, cafeterías y jardines. Hardie dice que el diseño pretende celebrar la biblioteca como un espacio de intercambio de conocimientos y comunidad. “Se trata mucho más de en qué se está convirtiendo una biblioteca y qué tan importante es en la sociedad”, dice.

Este enfoque centrado en las personas fue impulsado en parte por los arquitectos, que diseñaron otras bibliotecas importantes en Canadá, Dinamarca y Nueva Zelanda. Pero también fue producto de la crítica constructiva de una amplia gama de expertos que el gobierno de la ciudad convocó para asesorar el proyecto desde sus primeras etapas. “Trajeron a mucha gente. Por supuesto, estaban los líderes y alcaldes , pero también académicos, expertos en arquitectura y artistas para preguntar cuál era el significado de la biblioteca”, dice Hardie. “El resultado final es una especie de culminación de estas ideas”.

El concepto de la biblioteca se basa en el diseño tradicional de los jardines chinos de la región, que durante siglos han presentado grandes rocas escarpadas conocidas como piedras Taihu . Estas rocas escultóricas y de forma extraña fueron históricamente el lugar central de reunión en los jardines, donde los académicos y las élites se juntaban para compartir información y debatir temas mucho antes de la invención de la imprenta. Hardie dice que el edificio de la biblioteca está destinado a ser una versión a tamaño ciudad de esa idea, un lugar donde la gente pueda venir a buscar información y conocimiento en diferentes formas.

En el interior, los diseñadores se propusieron crear espacios que atrajeran a la gente en direcciones inesperadas. “Nos gusta esta idea de la casualidad o el encuentro casual en una biblioteca”, dice Hardie. En un espacio tan enorme, la experiencia podría haberse convertido fácilmente en un laberinto. En cambio, los diseñadores tallaron un gran atrio en el centro del edificio, donde los visitantes pueden encontrar grandes obras de arte públicas y disfrutar de las vistas en diferentes pisos. “Se trata de mirar en la biblioteca, mirar dentro de uno mismo, descubrir, mirar hacia arriba y hacia abajo”, dice Hardie.

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