Es una estructura de acero portable que a través de la tecnología de sus telas podría conectar y unir a sus usuarios en la nube
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Espíritus aventureros y personas aburridas de la rutina fantasean con un cambio de estilo de vida y pasar a ser ciudadanos del mundo. La cultura nómade sin ataduras es el sueño de los que desean pasar sus días libres, explorar distintos lugares y recolectar anécdotas. Para este perfil de trotamundos, es común trasladarse de una ubicación a otra con pocas pertenencias encima y saltar de un cama a la otra.
Para ir preparados y acarrear algo que es suyo, algunos viajeros podrían optar por elegir la nueva creación de diseñadora conceptual Anna Resei. Al igual que las casas modulares que pueden cambiar la distribución de sus ambientes y que las prefabricadas pueden construirse donde desee el dueño, Anna inventó una estructura de esta naturaleza que los nómades pueden usar como refugio móvil donde sea que estén.
Con el fin de promover una vida “elástica”, la denominada Unidad de Refugio Tele-nómada se compone por una estructura de acero, dos placas de vidrio acrílico reciclado, un asiento estampado, ladrillos de resina, una pequeña pantalla de matriz de puntos y una selección de textiles inteligentes.
La portabilidad es la característica estrella. El invento puede desmontarse y transportar sobre el cuerpo. De esta manera, una persona puede atar el asiento con el respaldo, enrollar las telas colgantes y -la parte más incómoda- sujetar los ladrillos a las plantas de los pies. El prototipo de refugio móvil es lo suficientemente liviano como para que lo lleve una sola persona.
Sin embargo, la diseñadora aclaró que el diseño todavía no es el final, pero que el concepto está logrado. Resei explicó que la estructura va a mantener esta misma configuración, para así aportar un marco alrededor del cual poder llevar a cabo el refugio. Por otro lado, el proyecto también incluye cinco tejidos jacquard ajustables.
Con la sustentabilidad en mente, la diseñadora imagina que las telas algún día podrían elaborarse con hilo conductor y así poder recolectar electricidad para los usuarios para que el sistema sea autosuficiente. Esta tecnología está presente en otros diseños, por ejemplo, un asiento cubierto de sensores que detectan el pasajero y las condiciones de su silla.
La tecnología de las telas iría aún más allá. La artista propone usar el patrón de puntos que llevan del lado interno para conectarse inalámbricamente a la nube y a partir de eso generar una red de nómades. De esa forma, podrían ubicarse entre ellos para reunirse e incluso hacer uso de otras funciones, como saber cómo va a estar el clima en cada lugar.
LA NACIONTemas
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