Adoptados por los desarrolladores, los townhouses atraen por sus espacios descubiertos y por sus bajos costos de mantenimiento; cómo son
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Su target es en verdad amplio: tanto parejas jóvenes como padres divorciados, en ambos casos acostumbrados al verde suburbano, y también matrimonios mayores, dueños de casas que atraviesan el proceso de “nido vacío” y les quedan grandes aunque se niegan a abandonar el barrio de toda la vida.
Los heterogéneos perfiles responden a quienes eligen townhouses, una opción que, de la mano de éstos y otros estereotipos, crece particularmente en zona norte del Gran Buenos Aires.
Evaluando sus ventajas, la elección parece tener cierta lógica, ya que la tipología combina las prerrogativas de una casa con los costos -y el trabajo- de mantenimiento de un departamento, dando lugar, dicen los que saben, a una ecuación casi perfecta.
Cómo son las townhouses y sus precios
Según la traducción literal del inglés, townhouses significa “casas adosadas”, por lo que desde la definición se entiende que se trata de propiedades que tienen una o más paredes que se comparten.
Pero además de las ventajas que inclinan la voluntad del comprador, hay, al parecer, un negocio para el desarrollador. “En un mismo lote, hay dos propiedades en lugar de una”, sintetiza Gustavo Iglesias, al mando de la inmobiliaria homónima, con actividad en Nordelta, Puertos y CABA. “Es una forma de sacarle más el jugo a la tierra”, sostiene en relación a la oferta, señalando que la tipología responde al FOT permitido de los barrios de la provincia de Buenos Aires.
“Lo que pasa en los barrios cerrados es que, por un lado, no hay mercado para construir en altura y, por el otro, no hay tanto mercado para casas de US$250.000 o US$300.000, por lo que la cuestión comercial se complica”, afirma Iglesias, quien explica por qué las townhouses se presentan como una solución: “Se construyen dos unidades muy funcionales sobre 1500 metros cuadrados de lote”, define.
Por otra parte, Nicolás Degano, responsable de la unidad de Vivienda de Eidico -la desarrolladora que cuenta con tres proyectos de este tipo en General Pacheco; en Villa Nueva, Tigre y en Pilar- afirma que “hay cada vez menos terrenos que tienen las hectáreas necesarias para proyectar un barrio privado. Quedan, a la vez, predios de menor tamaño donde los desarrolladores, a través de los townhouses, encuentran una solución de vivienda para la clase media de Capital y zona norte que desea ganar metros cuadrados en un entorno natural”.
En otras palabras, el formato combina un alto aprovechamiento de la tierra y espacio con un diseño de vivienda particular, con jardín y terraza propia, y pocos o nulos gastos de mantenimientos comunes. Y entre sus múltiples ventajas, destacan su relación precio-calidad.
“Además, su costo de mantenimiento es bajo y las expensas son mucho menores a las de, por ejemplo, los condominios”, continúa el ejecutivo, que, en el último barrio presentado, Oliden Joven, en Pilar, está desarrollando 136 townhouses de tres ambientes en PB y un piso, con posibilidad de ampliar a un segundo. Las unidades tienen jardín privado y dos espacios de estacionamiento. ¿El valor del metro cuadrado? Aproximadamente US$1700.
Desde la desarrolladora M2Spaces, Daniel Silva, su CEO, suma otro punto de vista: la tipología representa la posibilidad de acceder a un barrio aspiracional. “Es la oportunidad de vivir en un entorno cuidado y planificado”, comenta, subrayando que así los townhouses representan una solución ideal para quienes quieren disfrutar de todos los beneficios y servicios de una importante urbanización privada.
“En particular, en Pinares, los que se están lanzando tienen una ubicación privilegiada en Pinares Altos. Son 10 conjuntos de townhouses, cada uno de entre ocho y 12 unidades de entre 100 y 150 metros cuadrados-, con vista a una hermosa laguna central y rodeados de bosques”, describe Silva, quien detalla que los tickets arrancan en los US$98.000. “Los compradores no resignan los beneficios de una casa propia, pero sí las complejidades de mantenimiento y costos de una casa tradicional en un lote”.
También con su mirada posada en el cliente, Daniela Pérez de Graffe, directora comercial del Grupo Coria, comenta que el proyecto de la empresa Townhouse Arces, en Pilar, vendió todas las unidades en menos de dos meses. “El uso común del muro medianero permite una mejor optimización del lote o la posibilidad desarrollar en terrenos chicos, mejor optimizados, con lo que se logra un precio de venta muy tentador”, sostiene revelando que una townhouse de cuatro ambientes con jardín cotiza en unos US$100.000.
Horacio Benvenuto, director general de la filial Nordelta de Izrastzoff, habla de Town Kiri, un barrio con esta tipología que ya terminó el movimiento de suelos y que está arrancando con la platea, con unidades de dos dormitorios y un baño desde los US$137.500. “Nordelta ya tuvo experiencia con townhouses hace muchos años y le fue muy bien”, comenta el broker, antes de brindar los detalles sobre el nuevo emprendimiento.
Según explica, son unidades residenciales, de planta baja y dos pisos, con varios núcleos de acceso que las individualiza y las asemeja a una casa. La diferencia con los departamentos, informa Benvenuto, es que tienen interiores más amplios y espacios de transición, terrazas, pérgolas y pasillos, que pueden propiciar el encuentro pero sin perder individualidad.
En definitiva, la construcción de ese proyecto se ejecuta en 3500 metros cuadrados cubiertos, desarrollados en tres plantas, más 1500 m² de terrazas y espacios para cocheras. “Uno de los perfiles de los compradores son los padres mayores que vienen de la ciudad y que quieren estar cerca de sus hijos y nietos, que oportunamente eligieron el verde”, añade y afirma que también compran los estudiantes que cursan en algunas de las universidades de la zona.
¿Conviene comprar una townhouse para renta?
Para la gerenta de la división residencial de LJ Ramos Nordelta, Georgina Casuscelli, hay otro perfil de comprador más: el inversor que ha adquirido en pozo y ha optado por las townhouses para luego rentarlas. “El éxito de la tipología radica en que, por un lado, son amplias y cómodas, mucho más que un departamento y, por el otro, en que sus gastos son acotados”, desgrana, antes de comentar que actualmente está comercializando las últimas unidades de los complejos La Balconada y Las Piedras, en el barrio Los Castaños, de Nordelta, con tickets que varían entre los US$215.000 y los US$230.000. Hay mucha gente de la zona que los busca”, ratifica, en relación a toda el área de influencia de Nordelta. “Es un formato intermedio”, define la broker.
Para finalizar, una pregunta que despierta curiosidad es por qué la propuesta florece sobre todo en el norte del Gran Buenos Aires. En principio, porque hay zonas más urbanizadas y la demanda por este tipo de proyectos se multiplica en el área, y en segundo término, porque, de acuerdo con fuentes de zona sur, la normativa vigente en esta área no permite el formato, destinando los lotes a viviendas unifamiliares. Pero, además, es al norte donde se generan una mayor cantidad de nuevos emprendimientos que contemplan este tipo de formato. Incluso en los barrios del norte de la Capital como es el caso de la desarrolladora Ávilis que avanza con dos proyectos, uno en Nuñez y otro en Colegiales, y ahora planifica un barrio con este tipo de viviendas en la zona de Villa Nueva, Tigre.
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